En el oeste de Canadá, activistas indígenas y defensores del medioambiente han estado luchando durante varios meses contra la tala de árboles en los bosques ancestrales de la isla de Vancouver. Los defensores de la tierra han bloqueado el acceso al bosque de Fairy Creek y están pidiendo que más gente se una a esta gran protesta de desobediencia civil —la mayor de este tipo en Canadá— para salvar los árboles restantes, que tienen cientos de años.
Activista en defensa de la tierra: “No solo es muy importante proteger a estos árboles contra la incursión de las empresas en los territorios pacheedaht y ditidaht, que no han sido cedidos por los indígenas al Estado, donde están robando los recursos naturales de los pueblos originarios, sino que también los necesitamos para proteger los bosques vírgenes, porque conservan gran cantidad de agua, lo que ayuda a combatir el cambio climático y a prevenir los incendios forestales. Los necesitamos más que nunca en este momento”.
Más de 800 activistas han sido arrestados desde abril, y la policía ha golpeado y rociado con gas pimienta a los defensores de la tierra.
Canadá ha experimentado de primera mano los estragos del cambio climático. En junio, el pueblo canadiense de Lytton, ubicado en la provincia de Columbia Británica, fue devastado por un incendio forestal masivo un día después de alcanzar una temperatura récord de 49 grados. La ola de calor de junio provocó la muerte de unas 500 personas en la Columbia Británica.
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