En Irán, la familia de un manifestante de 23 años que murió recientemente bajo custodia policial afirma que su cuerpo mostraba signos de tortura severa. La familia de Hamed Salahshoor, quien era taxista, exhumó su cuerpo después de que las fuerzas de seguridad lo enterraran, y afirmaran que había muerto de un ataque al corazón después de ser detenido y haber desaparecido durante cuatro días a finales de noviembre. Tras ver sus restos, la familia de Salahshoor dijo que tenía la cara destrozada, su nariz, mandíbula y barbilla rotas; y que tenía puntos de sutura que se extendían desde el cuello hasta el ombligo y sobre los riñones.
Mientras tanto, los padres de otro joven suplican que se salve la vida de su hijo, quien enfrenta la ejecución por su participación en las protestas antigubernamentales. El padre de Mehdi Mohammad Karami publicó un video en las redes sociales pidiendo a los funcionarios iraníes por la vida de su hijo.
Mashallah Karami: “Estoy suplicando desesperadamente a las autoridades judiciales, al propio señor Ejei, que retiren esta sentencia de muerte del caso de mi hijo”.
Amnistía Internacional advierte que al menos 26 personas corren riesgo de ser ejecutadas por participar en las protestas masivas que se han apoderado de las calles de Irán desde septiembre.