El presidente de Sri Lanka volvió a imponer un toque de queda en todo el país y tomó juramento a un nuevo primer ministro este jueves, pocos días después de que su hermano renunciara al cargo en medio de protestas generalizadas por los casos de nepotismo y corrupción, así como por la devastadora crisis económica que vive el país. Esta medida no logró calmar la indignación pública y los políticos de la oposición se unieron a los manifestantes para rechazar el nombramiento del nuevo primer ministro.
Cardenal Malcolm Ranjith: “Esta medida va seriamente en contra de lo que quiere la gente. Queremos decir públicamente que la población rechazará a cualquier presidente que designe a una persona rechazada por el pueblo en lugar de una persona independiente, así como a los legisladores que apoyen esa designación”.
Al menos nueve personas han muerto y más de 300 han resultado heridas desde que partidarios del presidente Gotabaya Rajapaksa atacaron a manifestantes este lunes.