El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el lunes que la bala que mató a la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh probablemente provino de disparos militares israelíes, pero evitó decir que los investigadores habían llegado a una “conclusión definitiva” sobre su muerte. Abu Akleh, quien trabajaba para la cadena Al Jazeera, recibió un disparo en la cabeza el 11 de mayo mientras cubría una incursión del ejército israelí en los territorios ocupados de Cisjordania, aun cuando vestía un chaleco antibalas y un casco claramente marcados como ”PRENSA”. Organizaciones palestinas y varios medios de comunicación, incluidos la cadena de noticias CNN, el periódico The New York Times y la cadena Al Jazeera, han determinado que fueron las fuerzas armadas israelíes las que mataron a Abu Akleh. También lo ha hecho la organización israelí para los derechos humanos B’Tselem, la que acusó al Gobierno de Biden de encubrir su muerte. La sobrina de Shireen Abu Akleh, Lina Abu Akleh, respondió el lunes a los hallazgos no concluyentes del Departamento de Estado [de Estados Unidos].
Lina Abu Akleh: “Esperábamos que semejante investigación de hecho responsabilizara a los perpetradores y llevara a cabo una investigación transparente y libre de cualquier presión política. Sin embargo, ese no fue el caso. […] Seguiremos pidiendo justicia. Seguiremos pidiendo a EE.UU. que lleve a cabo una investigación transparente mediante un organismo independiente. Además, seguimos acudiendo a la ONU y a la Corte Penal Internacional para que lleven a cabo una investigación y responsabilicen a Israel y pongan fin a esta grotesca impunidad de la que Israel sigue disfrutando”.