El Gobierno de Biden y algunos de sus países aliados europeos han prometido suministrar nuevas armas pesadas a Ucrania, que incluyen obuses, sistemas de defensa antimisiles y envíos por primera vez de vehículos blindados. El Pentágono anunció el jueves que el nuevo paquete de ayuda militar estadounidense de 2.500 millones de dólares incluirá docenas de vehículos de combate Bradley y vehículos blindados de transporte de personal Stryker. Estados Unidos no enviará tanques de combate M1 Abrams, como había pedido Ucrania; y Alemania se ha negado hasta el momento a enviar los tanques Leopard 2, solicitados por el Gobierno ucraniano. En Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió a Estados Unidos y la OTAN contra el suministro de tanques a Ucrania.
Dmitry Peskov: “Eso podría ser sumamente peligroso. Eso significaría llevar el conflicto a un nuevo nivel, lo que, por supuesto, no será un buen augurio desde el punto de vista de la seguridad global y europea”.
Mientras tanto, el periódico The Washington Post informa que el director de la CIA, William Burns, viajó en secreto a Kiev la semana pasada para informar personalmente al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, sobre los planes militares de Rusia para las semanas y meses venideros.