En Nepal, un sismo de 5,6 grados de magnitud sacudió el viernes la provincia occidental de Karnali y se cobró la vida de al menos 157 personas. Este fue el peor terremoto que se registró en el país desde el catastrófico sismo de 2015, donde murieron 9.000 personas. Los equipos de rescate tuvieron que despejar las carreteras, que se encontraban bloqueadas por deslizamientos de tierra y escombros, para llegar a las localidades montañosas donde se registró el epicentro del terremoto. Se estima que unas 5.000 casas fueron destruidas o dañadas a causa del sismo. Los supervivientes dicen que siguen esperando recibir ayuda a tres días de la catástrofe.
Pavitra Chalaune Giri: “No nos queda nada. El polvo de los escombros se mete en nuestras narices y bocas, y además no nos permite ver bien. Tenemos polvo en los oídos. ¿Qué podemos hacer? Estamos en una situación terrible. Los niños y niñas se están quejando de hambre. No tenemos un lugar donde quedarnos, ni comida que comer ni ropa que ponernos. Nadie se ocupa de nosotros”.