Agencias de ayuda humanitaria están advirtiendo ante la difícil situación que enfrentan los refugiados afganos, que se han visto obligados a dormir a la intemperie sin los alimentos, el refugio, el saneamiento ni el agua adecuados tras huir de Pakistán para evitar ser arrestados y deportados. Se estima que 270.000 personas han cruzado la frontera con Afganistán después de que el Gobierno de Pakistán diera a los inmigrantes indocumentados hasta finales de octubre para abandonar el país. Desde entonces, las autoridades han ido de puerta en puerta exigiendo documentos de inmigración y han utilizado excavadoras para arrasar las viviendas de las comunidades afganas. La organización Human Rights Watch advierte que la represión que está llevando a cabo Pakistán ha provocado detenciones, golpizas y extorsiones. Estas fueron las palabras expresadas por Abdul Raheem, un inmigrante afgano de 50 años.
Abdul Raheem: “Estas personas están siendo muy crueles con nosotros. Si nos hubieran dado cuatro o cinco meses más, podríamos haber pasado el invierno aquí cómodamente. Después, Dios mediante, habríamos regresado a nuestro país”.