En la ciudad estadounidense de Búfalo, en el estado de Nueva York, el adolescente blanco que en mayo de 2022 asesinó a diez personas en un ataque con motivaciones raciales ocurrido en un vecindario mayoritariamente negro de la ciudad ha sido condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Este miércoles se vivieron escenas dramáticas en la sala del tribunal, cuando los familiares de las víctimas confrontaron al autor de la masacre. El atacante, que en el momento del tiroteo tenía solo 18 años de edad, había publicado un manifiesto de contenido racista en internet en el que explicaba que su objetivo era “matar a tantos negros como fuera posible”. Luego de publicar ese manifiesto, el adolescente concurrió a un supermercado y perpetró la masacre con un rifle semiautomático Bushmaster del tipo AR-15 que había adquirido de manera legal. El asesino transmitió el tiroteo en vivo a través de las redes sociales. Barbara Massey, hermana de Katherine Massey, una de las víctimas del ataque, confrontó al atacante con estas palabras:
Barbara Massey: “Usted decidió que no le gusta la gente negra y vino a nuestra ciudad. No sabe nada sobre las personas negras. Somos humanos. Nos gusta que nuestros hijos vayan a buenas escuelas. Amamos a nuestros hijos. Nunca vamos a otros vecindarios a matar gente”.
Massey fue interrumpida cuando un hombre se abalanzó sobre el autor del tiroteo masivo. El hombre fue sujetado por funcionarios del tribunal mientras el asesino era sacado de la sala. El fiscal de distrito del condado de Erie dijo más tarde que no se presentará ningún cargo contra el hombre que protagonizó el incidente. Simone Crawley, nieta de Ruth Whitfield, otra de las personas fallecidas en el tiroteo, habló durante las declaraciones de impacto de las víctimas.
Simone Crawley: “Todos conocemos el odio puro y las motivaciones que usted tuvo para perpetrar este crimen atroz, y estamos aquí para decirle que falló. Continuaremos siendo cada día mejores y seguiremos siendo todo lo que usted no es, todo lo que odia y lo que intentó destruir. […] Sabemos muy bien que no es un lobo solitario, sino un peón de una red organizada de terroristas domésticos. Y a esa red le decimos: 'nosotros, como pueblo, somos inquebrantables'”.
El asesino se disculpó y dijo: “No quiero que nadie se sienta inspirado por mí ni por lo que hice”.
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