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El alcalde de Atlanta, Andre Dickens, anunció el martes avances en la construcción del centro de entrenamiento policial conocido como “Cop City”, que cuenta con un presupuesto de 90 millones de dólares, a pesar de la creciente oposición y el asesinato policial de una de las personas que estaba defendiendo el bosque. Hace pocas semanas fuerzas de seguridad de diferentes agencias, incluido un equipo SWAT, desalojaron violentamente a manifestantes que habían ocupado una zona boscosa afuera del centro. Dicha represión dejó una víctima mortal entre los manifestantes por disparos de la policía y 19 imputados por terrorismo doméstico. Desde hace meses, activistas sostienen un acampe en el bosque de Weelaunee con el fin de evitar su destrucción. Si bien el alcalde Dickens ha prometido responder a sus inquietudes, los y las manifestantes están decididos a no permitir que la “Cop City” se construya. Hablamos con la periodista de investigación Alleen Brown, quien dice que los “endebles” cargos de terrorismo doméstico contra manifestantes parecen ser parte de una estrategia para socavar el movimiento de protesta más que una acción jurídica frente a una amenaza real a la seguridad pública. “Es probable que estos cargos no se mantengan. Tal vez su objetivo no es más que enviar un mensaje amenazante”, dice Brown.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Alleen Brown.