En Estados Unidos, un gran jurado del estado de Virginia acusó a diez personas, siete agentes de la oficina del sheriff y tres trabajadores de un hospital, por la muerte de Irvo Otieno, un hombre negro de 28 años que murió el 6 de marzo después de haber sido inmovilizado y sujetado contra el suelo durante más de once minutos por los agentes y el personal médico del hospital Central State Hospital de la ciudad de Petersburgo, estado de Virginia. Las imágenes del video de su muerte, que fueron difundidas públicamente esta semana, muestran al personal del hospital intentando, sin éxito, realizarle un procedimiento de reanimación cardiopulmonar a Otieno luego de que su cuerpo quedara inerte. Tres días antes a que se produjera su muerte, Otieno, quien padecía problemas de salud mental, fue sacado de su casa y arrestado por agentes de policía que respondían a la llamada de un vecino que denunció que Otieno había ingresado a su propiedad, tomado algunas lámparas y había empezado a golpear la puerta principal. La madre de Otieno, Caroline Ouko, quien se mudó a Virginia con su familia desde Kenia en la década de 1990, dijo en una conferencia de prensa que brindó el martes que su hijo era un hombre sensible y afectuoso y denunció que varias instituciones fueron incapaces de ofrecerle la ayuda que necesitaba.
Carolina Ouko: “Con mi equipo a mi lado, con mis amigos detrás de mí, con mi comunidad detrás de mí, con las madres y los padres que temen por lo que les pueda pasar a sus hijos después de ver lo que le pasó a Irvo, con los jóvenes que están pasando por angustia mental y con el mundo detrás de mí, todos lograremos justicia para Irvo Otieno”.
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