Por segunda noche consecutiva, la policía israelí llevó a cabo una incursión en la mezquita de Al-Aqsa, ubicada en la zona ocupada por Israel de Jerusalén Oriental, donde atacó y desalojó por la fuerza a palestinos que rezaban durante el mes sagrado del Ramadán. La policía lanzó granadas de aturdimiento y disparó balas de acero recubiertas de goma contra los fieles. Este jueves por la mañana, decenas de colonos israelíes ingresaron a los patios de la mezquita de Al-Aqsa bajo la protección de la policía israelí. Mientras tanto, testigos afirman que a los hombres palestinos menores de 40 años se les prohíbe ingresar a la mezquita. En respuesta al ataque, se dispararon cohetes desde el territorio ocupado de la Franja de Gaza hacia Israel. El miércoles, aviones de combate israelíes bombardearon instalaciones de Gaza luego de otro lanzamiento de cohetes en protesta por la incursión. Varias manifestaciones se llevaron a cabo en Gaza, Turquía, Jordania y otros lugares. Asimismo, funcionarios internacionales condenaron los ataques israelíes contra la mezquita de Al-Aqsa y advirtieron contra la posibilidad de que ocurran nuevos actos de violencia debido a la coincidencia de la Pascua judía y la celebración musulmana del Ramadán. Estas fueron las palabras expresadas por el embajador palestino ante las Naciones Unidas, Riyad Mansour.
Riyad Mansour: “Las autoridades de ocupación israelíes no tienen derecho alguno a decirle a la gente cuándo debe rezar y cuándo no”.