Al comenzar la cumbre del G7 en la ciudad japonesa de Hiroshima, los líderes mundiales acordaron imponer nuevas sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania. Previo a la primera reunión conjunta del viernes, el presidente Joe Biden y otros líderes mundiales depositaron coronas de flores en el Monumento de la Paz de Hiroshima y plantaron un árbol en honor a las víctimas del bombardeo que Estados Unidos lanzó contra Hiroshima el 6 de agosto de 1945, que constituyó el primer ataque nuclear en la historia de la humanidad. El presidente Biden no emitió ninguna disculpa por el ataque. Un grupo de activistas contra las armas nucleares se manifestó en las calles de la ciudad.
Niishima: “Biden está en Hiroshima y ha traído consigo [un maletín con el que puede apretar] un botón y lanzar un misil nuclear. No puedo perdonarlo por esto. Tiene que pedir perdón a la gente de Hiroshima”.
Al menos 140.000 personas murieron en el bombardeo atómico de Hiroshima, que destruyó por completo a la ciudad. Tres días después, Estados Unidos lanzó otra bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki, que causó la muerte de otras 74.000 personas. La familia del primer ministro de Japón, Fumio Kishida, es de Hiroshima y varios de sus parientes murieron en el bombardeo de la ciudad. Kishida ha abogado por la abolición de las armas nucleares, mientras que lidera el mayor desarrollo militar de Japón desde la Segunda Guerra Mundial.
Mientras tanto, la organización Oxfam informa que los países del G7 adeudan colectivamente a los países pobres del Sur Global más de 13 billones de dólares, destinados a fomentar su desarrollo y mitigar los impactos de la crisis generada por el cambio climático. Sin embargo, estos países deben afrontar en conjunto pagos de deuda diarios de 232 millones de dólares, lo que agrava aún más la profunda desigualdad que existe en el mundo. Se anticipa que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, comparecerá ante la cumbre del G7 durante el fin de semana para pedir más armas y ayuda para la guerra.