Tanto la Organización Mundial de la Salud como organizaciones de ayuda humanitaria han instado al Gobierno de Libia a que deje de enterrar a las víctimas de las inundaciones en fosas comunes a una semana de que lluvias sin precedentes provocaran el colapso de dos represas y devastaran Derna, una ciudad costera que se encuentra al este del país. La ONU informa que unas 4.000 personas murieron a causa de las inundaciones y que más de 9.000 siguen desaparecidas. El número de víctimas fatales es inferior a las más de 11.000 que la organización había informado anteriormente. Más de 30.000 supervivientes se han quedado sin hogar y necesitan agua potable, alimentos y refugio de forma urgente. Por su parte, los trabajadores humanitarios siguen recuperando los cadáveres de las personas fallecidas.
Yasser Ibrahim Muhammad: “Como libio, les juro que lloro cuando saco cadáveres. No puedo evitarlo. Pero esta es la voluntad de Dios, así que uno debe aguantar y sacar los cadáveres. Teníamos un cadáver dividido en dos partes al frente nuestro. No queda más remedio que sacarlo. ¿Qué se puede hacer?”.