Israel continúa bombardeando el Líbano y ha causado la muerte de decenas de personas a lo largo del fin de semana. Mientras tanto, la comunidad internacional ha condenado a Israel por atacar repetidas veces a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en el sur del Líbano. Cinco miembros de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL, por sus siglas en inglés) han resultado heridos en los últimos días. La ONU también ha acusado a Israel de entrar por la fuerza y destruir parte de una base de la Fuerza Provisional situada cerca de la frontera israelí con el Líbano. Israel ha negado la acusación. Asimismo, militares israelíes dispararon el jueves contra una torre de vigilancia de la UNIFIL. La ONU ha rechazado los pedidos del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU se retiren del Líbano. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió el domingo que los ataques contra las fuerzas de paz de la ONU “pueden constituir un crimen de guerra”.
El viernes, los líderes de Francia, Italia y España emitieron una declaración conjunta en la que afirman que los ataques israelíes contra las fuerzas de mantenimiento de la paz son “injustificables” y deben “cesar de inmediato”. El primer ministro interino del Líbano, Najib Mikati, también condenó los ataques a las fuerzas de la ONU.
Primer ministro Najib Mikati: “El ataque de Israel contra la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano es un crimen que condenamos, dirigido contra la comunidad internacional, cuya sacralidad está siendo violada y cuya existencia se ve amenazada por estos ataques contra las fuerzas de seguridad de la ONU”.