El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, despidió el martes a su ministro de Defensa, Yoav Gallant. Esta medida sorpresiva de Netanyahu desencadenó protestas a gran escala en todo Israel. Gallant había reiterado públicamente la necesidad de llegar a un acuerdo temporal con Hamás para intercambiar rehenes israelíes por prisioneros palestinos, algo con lo que Netanyahu no estaba de acuerdo. Asimismo, Gallant también insistió en que Israel debería realizar una investigación completa sobre las fallas políticas y de seguridad que desencadenaron en el ataque que Hamás llevó a cabo el 7 de octubre de 2023, una solicitud que fue rechazada por el primer ministro israelí. Netanyahu nombró al ministro de Relaciones Exteriores israelí, Israel Katz, para suceder a Gallant. Katz lideró recientemente una exitosa campaña para cancelar los acuerdos de Israel con la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA). A principios de 2024, Katz propuso crear una isla artificial frente a las costas de Gaza, donde los palestinos podrían ser reubicados por la fuerza. En agosto, Katz pidió la limpieza étnica del pueblo palestino en los territorios ocupados de Cisjordania y dijo: “Esta es una guerra en todos los frentes y debemos ganarla”. Tras el anuncio del martes, miles de personas se congregaron cerca de la residencia oficial de Netanyahu en la ciudad de Jerusalén para pedir la dimisión del primer ministro. Mientras tanto, decenas de miles de personas marcharon en Tel Aviv, donde los manifestantes bloquearon una importante autopista.
Itamar Berger: “Creemos que nunca ha sido tan urgente. Creemos que la peor amenaza a la existencia misma del Estado de Israel no la plantea Irán, Hizbulá ni Hamás, sino nuestro propio Gobierno. Nuestro propio Gobierno está haciendo todo lo que está a su alcance para destruirnos desde dentro”.