Altos funcionarios estadounidenses llegaron a la ciudad de Damasco en lo que constituye la primera visita diplomática de Estados Unidos a Siria en más de una década. Se espera que los funcionarios se reúnan con miembros del Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, el grupo armado islamista que ayudó a derrocar a principios de diciembre el régimen de Bashar al-Assad. La reunión se llevará a cabo a pesar de que el HTS sigue estando en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Esto ocurre al tiempo que aún sigue siendo incierto el destino de la población kurda en Siria. Un comandante de las fuerzas kurdas sirias respaldadas por Estados Unidos dijo que estarían dispuestos a retirar a todos los combatientes kurdos no sirios del norte de Siria si Turquía aceptara un alto el fuego total.
Mazloum Abdi: “Dijimos que estamos dispuestos a retirar nuestras fuerzas de la frontera y que estas ya no estén más en la zona, [permitir] que las fuerzas de seguridad interna estén presentes en la zona en lugar de las nuestras, así como las fuerzas armadas estadounidenses, cuyo fin será supervisar esta zona. [Todo esto] con la condición de que haya una tregua completa”.
El periódico The Wall Street Journal informa que un funcionario de la administración civil de los kurdos sirios ha apelado directamente al presidente estadounidense electo, Donald Trump, para que presione al presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, para que no envíe tropas a Siria.
Mientras tanto, organizaciones en defensa de la libertad de prensa han condenado la muerte de las periodistas kurdas Jihan Belki y Nazim Dashdam. Ambas periodistas perdieron la vida durante un ataque turco con drones mientras informaban sobre los bombardeos contra la represa de Tishreen en las afueras de la ciudad de Kobane.