Organizaciones en defensa de la libertad de prensa están exigiendo que Irán libere a la periodista italiana Cecilia Sala, que fue arrestada en Teherán el 19 de diciembre y desde entonces ha estado recluida en confinamiento solitario en la prisión de Evin de dicha ciudad. Sala, que trabaja para el periódico Il Foglio y una empresa italiana de producción de pódcast, había ingresado a Irán con una visa regular de periodista. Apenas unos días antes de su arresto, Sala presentó un informe desde Teherán en el que decía:
Cecilia Sala: “He regresado a Irán, el lugar al que más deseaba volver. Desde la última vez que estuve aquí, muchas cosas han cambiado. Una de ellas es que cientos de miles de mujeres ya no llevan el velo, o al menos no de la forma que dicta la ley, y no tienen miedo de que una extranjera como yo les tome una foto ni de que las cámaras inteligentes de fabricación china repartidas por toda la ciudad escaneen sus rostros y envíen alertas a la policía”.
Las autoridades iraníes han confirmado por primera vez el arresto de Cecilia Sala y han dado a entender que quizás estén buscando un intercambio de prisioneros. Un día antes de la detención de Sala, la policía detuvo en Italia, para su posible extradición a Estados Unidos, a un hombre iraní de 38 años acusado de trabajar para el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.