“El antisionismo no es antisemitismo”: la profesora palestina Shalhoub-Kevorkian explica por qué fue suspendida de la Universidad Hebrea

Reportaje15 de marzo de 2024

Actualización: La Universidad Hebrea de Jerusalén ha reincorporado a la profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian. Según se informa, la Universidad Hebrea no le exigió a Shalhoub-Kevorkian que se retractara de sus comentarios, pero sí la reintegró después de que ella aclarara sus apreciaciones acerca de los informes de agresiones sexuales durante los ataques del 7 de octubre. La suspensión de la profesora palestina provocó protestas entre los estudiantes y otros miembros del cuerpo docente de la universidad.

La Universidad Hebrea de Jerusalén suspendió a una profesora palestina de renombre internacional por decir que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. La profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian es una académica feminista cuyo trabajo se centra en los impactos de la militarización, la vigilancia gubernamental y la violencia en las vidas de las mujeres, niñas y niños palestinos. El lunes 11 de marzo, en una entrevista en el Canal 12 israelí hizo referencia a la actual guerra en Gaza como genocidio y, además, dijo que era hora de “abolir el sionismo”. Shalhoub-Kevorkian venía recibiendo presiones para renunciar a sus cargos tanto en el Instituto de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad Hebrea, como en la Escuela de Trabajo Social y Bienestar Público desde que firmó, junto a más de 1.000 académicos una solicitud por un alto el fuego inmediato en Gaza, en octubre de 2023. Desde el inicio del actual ataque israelí, casi 5.000 estudiantes y trabajadores universitarios han muerto y, en estos momentos, ya no hay ninguna universidad funcionando en la Franja de Gaza. “Estoy llamando a abolir el sionismo porque lo veo como algo muy violento hacia la gente y como un factor causante de criminalidad”, sostiene Shalhoub-Kevorkian, quien también destaca el clima de censura y represalias que hay en Israel contra quienes critican las políticas del Gobierno hacia el pueblo palestino. “El antisionismo es negarse a aceptar la desposesión continua, es negarse a aceptar esta ideología de supremacía y es negarse a aceptar que un grupo humano utilice el argumento de la seguridad para imponer sus ideas en contra de otro grupo humano”.

Para ver la entrevista en inglés, haga clic aquí.

Transcripción
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AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman.

Más de un centenar de destacados académicos europeos han firmado una petición condenando lo que llaman “La aniquilación [sistemática] por parte de Israel” del sistema educativo de la Franja de Gaza. La petición, que fue organizada por la organización Euro-Med Human Rights Monitor, condena el ataque de Israel contra académicos, instituciones educativas y sitios del patrimonio cultural de Gaza. Como informó The Intercept recientemente, dentro de los primeros cien días de su guerra contra Gaza, el ejército israelí destruyó sistemáticamente todas y cada una de las universidades en la Franja de Gaza. Cerca de 100 decanos y profesores universitarios y tres rectores de Gaza han muerto en el asalto israelí. Por su parte, más de 4.300 estudiantes y al menos 230 maestros, profesores y administradores han muerto.

Mientras tanto, la Universidad Hebrea de Jerusalén está siendo criticada por suspender a una profesora palestina de renombre internacional por decir que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. Nadera Shalhoub-Kevorkian es una académica feminista de renombre mundial cuyo extenso trabajo se ha centrado en los impactos de la militarización, la vigilancia y la violencia en la vida de las mujeres y menores palestinos. Ella hizo esos comentarios en una entrevista en el Canal 12 de Israel el lunes 12 de marzo, donde también dijo que era hora de “abolir el sionismo”.

Al día siguiente, la universidad emitió un comunicado que decía: “Como una institución orgullosamente israelí, pública y sionista, la Universidad Hebrea condena enérgicamente los recientes comentarios impactantes e indignantes de la profesora Shalhoub-Kevorkian. […] Para garantizar un entorno seguro y propicio para nuestros estudiantes en el campus, la universidad ha decidido suspender a la profesora Shalhoub-Kevorkian de sus actividades docentes, con efecto inmediato”.

La profesora Shalhoub-Kevorkian había estado bajo presión para que renunciara a la universidad desde finales de octubre, cuando, junto con 1.000 académicos de todo el mundo, firmó una petición llamando a un alto el fuego inmediato en Gaza. Tras su firma, la dirección de la Universidad Hebrea le envió una carta formal denunciándola y presionándola para que renunciara. Este 10 de marzo, estudiantes palestinos de la Universidad Hebrea se manifestaron en contra de la suspensión de la profesora Shalhoub-Kevorkian en el campus y cantaron el himno nacional palestino “Mawtini” a modo de protesta.

Bien, la profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian se une a nosotros ahora en el programa. Académica, feminista, escritora y activista, residente en Jerusalén. Hasta su suspensión, ocupaba la cátedra de la Facultad de Derecho, Instituto de Criminología y Escuela de Trabajo Social y Bienestar Público en la Universidad Hebrea. También es la catedrática de derecho internacional en la Universidad Queen Mary de Londres. Es además autora de varios libros, incluyendo “Security Theology, Surveillance and the Politics of Fear” (Teología de la Seguridad, Vigilancia y la Política del Miedo), así como “Militarization and Violence Against Women in Conflict Zones in the Middle East: The Palestinian Case Study” (Militarización y violencia contra las mujeres en zonas de conflicto de Oriente Medio: estudio de caso palestino). Hoy nos acompaña desde Londres, a donde acaba de llegar.

Profesora Shalhoub-Kevorkian, bienvenida a Democracy Now! ¿Puede explicar su decisión de irse y qué pasó exactamente?

NADERA SHALHOUB-KEVORKIAN: Sí. Gracias por invitarme a Democracy Now!

En realidad, no ocupo la cátedra de la Facultad de Derecho. Soy miembro del cuerpo facultativo, y soy investigadora en el campo de los crímenes de Estado y el genocidio y de las víctimas de abuso de poder. La decisión de suspenderme fue tomada por la universidad después de que en un podcast me preguntaran sobre mi campo de especialización. Quiero recordarles que soy académica en el campo de los crímenes de Estado. Soy una académica que estudia el genocidio. Soy una académica que analiza lo mundano, el efecto de lo que sucede, así como el antirracismo desde una perspectiva feminista.

Así que lo que sucedió es que yo… En realidad, la carta fue publicada antes de que yo la leyera, y nadie me contactó. Y esta no es la primera vez que la Universidad Hebrea hace público algo así. Lo hicieron en octubre, cuando dije que lo que está sucediendo en Gaza es un genocidio. Por supuesto, dos meses después, la Corte Internacional lo está analizando, e incluso emitieron medidas provisionales contra el Estado de Israel.

Pero también debo recordar que todo espacio académico es un espacio donde se supone que podemos compartir nuestras ideas, todo tipo de ideas. Y luego la Universidad Hebrea me envió una carta diciéndome que dicha institución académica, la Universidad Hebrea, es una institución sionista, lo que significa que si mi narrativa es antisionista… y mi narrativa es claramente antisionista, y estoy llamando a abolir el sionismo, porque lo veo como algo muy violento hacia la gente y causante de crímenes, y, por lo tanto, analizo la criminalidad estatal. Y el hecho es que la universidad no solo me envió una carta, el decano de la Escuela de Trabajo Social llamó mis estudiantes y les dijo, de una manera muy contundente, que yo había sido expulsada, y que no había lugar para mí en la Universidad Hebrea, la cual ha sido mi institución académica durante los últimos 30 años. Este es el lugar donde enseñé, donde hice mi investigación.

La pregunta sigue siendo: Qué se puede enseñar, qué se debe escribir, qué es publicable, de qué podemos hablar como académicos que están estudiando la criminalidad estatal, como oposición a lo que está pasando, como oposición a lo que el Estado está haciendo. Y eso no se acepta, así que nos expulsan de la universidad. Y esta es la misma política que el Estado de Israel está ejerciendo. Está silenciando. Está impidiendo que la gente hable. Está amenazando. Está aplicando castigos. Y está haciendo eso de una forma muy degradante e indigna. Llamar a mis estudiantes un día antes del final del primer semestre y decirme: “Está suspendida”, es algo que está más allá de cualquier expectativa. E hicieron hincapié en que es una institución sionista. “No puede cumplir con estas reglas, está expulsada”.

Mi única preocupación a día de hoy es la seguridad de los estudiantes, la seguridad de mis estudiantes, judíos y palestinos, que se oponen al genocidio y a la guerra, y se niegan a continuar viendo las atrocidades en curso. Mi verdadera preocupación es el silenciamiento de la disidencia en todo el mundo, porque lo vemos en instituciones académicas. La pregunta es: Si pensamos que las instituciones académicas deben funcionar de acuerdo y bajo las órdenes del Estado, entonces no sé por qué tenemos instituciones académicas. La academia y la investigación requieren que estemos atentos a los detalles, a lo que pasa en la vida de mujeres, hombres, niños y niñas. Y hoy estoy realmente preocupada. Y, por supuesto, debo decir claramente que el comportamiento de la universidad es un comportamiento que amenaza la seguridad de nuestros estudiantes, la seguridad de los compañeros que hablan en contra del genocidio, y mi propia seguridad personal como una persona que vive en Jerusalén y la seguridad de mi familia.

AMY GOODMAN: Profesora, ¿puede decirnos qué quiere decir con su llamado a abolir el sionismo?

NADERA SHALHOUB-KEVORKIAN: Sí. Bueno, veo que la entidad sionista comenzó desplazando personas, causando graves daños, por medio de masacres que fueron documentadas por historiadores, por sociólogos, por politólogos y por expertos en relaciones internacionales. Veo que el sionismo ha utilizado la ley e impuesto su ley, pero no ha respetado el Estado de derecho. He visto a los sionistas causando graves daños desde 1948, desde la Nakba palestina, en relación con lo que está sucediendo. Y esa no es solo mi postura, es la postura de muchos académicos que ven el sionismo como una ideología muy racializada, racista, que promulga la vida y la viabilidad de un grupo y la exclusión y la marginación y la muerte del otro grupo.

Creo que definitivamente podemos convivir sin la ideología sionista si podemos hablar más en términos de y sobre conceptos de justicia, de igualdad, de equidad, de multiplicidad de ideas, y no usar una ideología para afirmar que estamos aquí y el resto debe ser excluido. Y creo, Amy, que lo vemos hoy claramente en Gaza, lo que está sucediendo hoy en Gaza, cuando hay bebés muriendo, descomponiéndose en incubadoras. He escrito sobre las infancias robadas. Escribo sobre los ataques contra los niños, sobre los ataques contra las comunidades. Lo que vemos en Gaza, que está siendo convertida en una fosa común, es realmente muy revelador. En realidad es la culminación de una ideología muy, muy, muy violenta. Por eso creo que es hora de reconsiderar la ideología sionista, porque comenzó, desde principios de los 90, con violencia, con despojo y con muchas masacres; es hora de llamar a un diálogo que se desvincule de esa ideología tan racista, injusta e inhumana.

AMY GOODMAN: Profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian, ¿puede hablar sobre el concepto que propone de infancia robada?

NADERA SHALHOUB-KEVORKIAN: Sí. Yo he trabajado durante años con niños, observándolos, viendo cómo interactúan en un espacio que está tan militarizado como Jerusalén oriental —yo vivo en Jerusalén oriental; crié a mis tres preciosas hijas en Jerusalén— y los efectos de un sistema que ve a los niños palestinos como algo diferente, que ve a los niños como carentes de infancia. Y lo veo hoy. Hace solo dos días, Rami, un niño de 12 años del campo de refugiados de Shuafat, fue asesinado a tiros sin ningún motivo. Estaba jugando. Estamos en el Ramadán.

Entonces, lo que explico en mi libro sobre la infancia robada es que, primero, nuestros niños son capital político en manos del Estado. El Estado los mira y los define claramente como no niños. Pueden ser asesinados. Pueden ser encarcelados. Está permitido impedir que estudien. Y vemos, de nuevo, la culminación de ese despojo de la infancia en este momento en Gaza. Pero miremos a la Jerusalén oriental ocupada, el número de niños que han sido arrestados, que han sido encarcelados, el número de niños en Cisjordania, en Hebrón, y demás lugares. La niñez en Palestina requiere ser vista con una lente política diferente. La niñez en Palestina, como en otros contextos coloniales… Y debo recordarle a la audiencia que esta es una entidad colonial de asentamientos. Hay una estructura, no es un evento que sucede aquí y otro evento allí. Está construida en torno a la indigenización del colono y el desalojo del nativo. Y está integrada en la lógica de la eliminación, así que la eliminación de nuestros niños en varias formas, ya sea encarcelándolos —y vemos la maquinaria necrocarcelaria contra ellos en todas partes—, o controlando la forma en la que viven y se desplazan, o controlando… Y estos son… de nuevo, estos son temas que yo he discutido, que he tratado por más de 30 años como profesora en la Universidad Hebrea tanto en la Facultad de Derecho como en la Escuela de Trabajo Social.

Y mi pregunta siempre, y especialmente ahora que decidieron… cuando tomaron esta decisión, es: ¿Cómo puede alguien que estudia los crímenes de Estado, una académica que estudia las víctimas del abuso de poder, que habla con ellas, que escucha las voces de los niños, escucha las voces de los padres y madres que tratan de salvaguardar [a sus hijos], padres también despojados de su condición de ser padres, cómo puede una académica como yo, que está trabajando e investigando, sentarse y guardar silencio en tiempos de genocidio? ¿Cómo pueden silenciar las voces disidentes en todo el mundo? Y creo que, como institución académica, realmente necesitan reconsiderar sus acciones.

Y hasta ahora, Amy, nadie ha hablado conmigo, ni el rector ni el director. Todo lo que hacen es enviar cartas, esas cartas las envían a los medios de comunicación y así es como me entero. Y debo decirle que, en esta ocasión, tras la carta que enviaron a los medios, que hizo que de repente todo el mundo esté hablando de mí, viendo mi foto, mis imágenes, me causa mucho temor en un área que está fuertemente militarizada.

Y tal vez debería enfatizar una cosa que es importante. La Universidad Hebrea está altamente militarizada. Nuestros estudiantes… quiero decir, los estudiantes judíos caminan con rifles, con pistolas. Y los estudiantes palestinos están extremadamente preocupados y temerosos. Y, como profesora palestina, yo hablo de esas cosas. Yo estudio. Estoy al frente de un estudio importante, financiado por la Fundación de Ciencias de Israel, sobre el tema del efecto de matricularse en una universidad que habla y piensa de una manera específica. Pero pensé que estarían abiertos a una multiplicidad de ideas, ya que he escrito sobre esos temas durante años. Y esta soy yo. Esta es mi carrera. Este ha sido mi análisis por años.

Pero quiero subrayar, de nuevo, que hoy estoy muy preocupada, porque ayer uno de los estudiantes que participaron en la manifestación fue arrestado. Estoy muy preocupada. Estuvieron tomando fotos de los diferentes estudiantes que estaban allí. Y tengamos en cuenta que había profesores. Había profesores judíos y palestinos. Había estudiantes judíos y palestinos manifestándose en contra de mi suspensión. Y que los incriminen, los avergüencen y los ataquen, como lo están haciendo conmigo, y que traten de castigarlos es algo que no se debe hacer en una institución académica.

AMY GOODMAN: ¿Y cómo responde a la afirmación por parte del primer ministro Netanyahu y su Gobierno, que dice que ser antisionista es ser antisemita, profesora Shalhoub-Kevorkian?

NADERA SHALHOUB-KEVORKIAN: El antisionismo definitivamente no es antisemitismo. El antisionismo es negarse a aceptar la violencia y eso no es antisemitismo. El antisionismo es negarse a aceptar el despojo continuo, es negarse a aceptar esta ideología supremacista, es negarse a aceptar que un grupo use el argumento de la seguridad para imponer sus ideas sobre el otro —lo contrario, totalmente opuesto, en realidad, de pensar a través de la lente del antisemitismo—, es recordar que no se puede describir a ningún grupo o a ninguna persona como seres ontológicamente inferiores a un humano. Y eso es exactamente lo que Netanyahu y el sionismo están haciendo contra el pueblo palestino. En realidad el antipalestinismo y el antisemitismo son paralelos. Y creo que necesitamos recordar siempre que los abusos del poder son antisemitismo, que categorizar un grupo como no humano es antisemitismo, y esto es lo que el sionismo está haciendo con nosotros.

AMY GOODMAN: Vamos a hacer una pausa, pero le voy a pedir que se quede con nosotros para nuestro siguiente segmento con la académica israelí, Maya Wind, que ha escrito el libro “Towers of Ivory and Steel: How Israeli Universities Deny Palestinian Freedom” (Torres de marfil y acero: cómo las universidades israelíes niegan la libertad palestina). Hemos estado conversando con la reconocida académica palestina, la profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian, escritora y activista feminista que generalmente reside en Jerusalén; fue suspendida hace poco por la Universidad Hebrea después de enseñar allí durante décadas. Es autora de varios libros, incluyendo “Security Theology, Surveillance and the Politics of Fear” (Teología de la Seguridad, Vigilancia y la Política del Miedo), así como “Militarization and Violence Against Women in Conflict Zones in the Middle East: The Palestinian Case Study” (Militarización y violencia contra las mujeres en zonas de conflicto de Oriente Medio: estudio de caso palestino). Quédense con nosotros.


Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.

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