El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierte que la guerra que Israel está librando en la Franja de Gaza ha generado una crisis ambiental sin precedentes debido al empeoramiento de la contaminación del suelo, el agua y el aire, y a los riesgos de daños irreversibles a los que están expuestos los ecosistemas naturales del enclave palestino. En un nuevo informe, la ONU concluye que los ataques israelíes han generado 39 millones de toneladas de escombros; dañado gravemente los sistemas de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene de Gaza; destruido paneles solares y desplegado municiones con metales pesados y sustancias químicas explosivas. Estas fueron las palabras expresadas por Fatima al-Shenbary, una palestina desplazada cuya familia se refugia en Yabalia.
Fatima al-Shenbary: “Cada semana mi hijo llora por la contaminación del agua de aquí. Tenemos hepatitis, que provoca ojos amarillentos. También tenemos infecciones intestinales, no solo yo, sino todas las personas que se están refugiando aquí. Todo el mundo padece esta afección. No hay agua potable. El agua no es apta para beber. Nos vemos obligados a beberla aunque no está para nada limpia. Lo juro por Dios, no aceptamos esta realidad. Incluso el agua filtrada no está realmente filtrada. Nos engañamos a nosotros mismos y fingimos que está filtrada”.