A pesar de los llamados a un alto el fuego, Israel continúa con sus incesantes ataques en la Franja de Gaza, donde el número oficial de muertes ya ha superado las 36.400. Se han recuperado más de 120 cadáveres en el campamento de refugiados de Yabalia, el cual las fuerzas armadas israelíes han reducido a escombros. Los residentes que regresaron al campamento encontraron sus casas destruidas.
Abu Siraj Al-Bal’awi: “Después de 20 días pudimos volver a casa, rogando a Dios que no hubiera pasado nada. [Pero] regresamos y no encontramos nada. Ni siquiera sabemos qué cosas recuperar. ¿Qué podríamos recuperar? Nada. Los israelíes nos han desplazado, nos han humillado. Nos están matando de hambre y están provocando una Nakba. No sabemos adónde ir. ¿A dónde podrá ir la gente? A ninguna parte. El norte está destruido. Así lo hemos encontrado al volver. No sé qué cosas recuperar. Mire, la ropa de cama está rota. Cualquier cosa que agarremos está rota. ¿A dónde podremos ir? Esta era mi casa. Ni siquiera la reconozco, lo juro. Está todo hecho pedazos. ¿Qué haremos? Dios proveerá”.
En el centro de la Franja de Gaza, un ataque israelí contra el campamento de refugiados de Bureij causó la muerte de seis mujeres y menores de edad. Asimismo, otros cuatro palestinos murieron en un ataque israelí contra el campamento de refugiados de Nuseirat.
Mientras tanto, Naciones Unidas informa que más de un millón de palestinos han huido de Rafah en medio de los crecientes ataques israelíes contra esa ciudad. Los albergues de la ONU en Rafah están actualmente vacíos. Las autoridades palestinas advierten que más de 3.500 niños y niñas en Gaza corren el riesgo de morir de inanición.