Las fuerzas armadas israelíes continúan con sus mortíferas operaciones militares en los territorios ocupados de Cisjordania, incluidas las ciudades de Nablus, Belén, Hebrón y Ramallah, y el campamento de refugiados de Balata. Asimismo, las fuerzas armadas israelíes se retiraron de Yenín y Tulkarem tras haber llevado a cabo una incursión de diez días en la que mataron a 36 personas y provocaron gran destrucción. Estas fueron las palabras expresadas por Wasfiya Rahaima, una mujer del campamento de refugiados de Tulkarem.
Wasfiya Rahaima: “Esta fue la peor noche. Todos abandonaron sus casas, pero yo no, porque tengo una discapacidad. Mis sobrinos me dijeron que se iban a ir, y yo les dije que no iría a ningún lado. Que sea lo que Dios quiera. Se oía el ruido de los ataques aquí y detrás de la casa. Destruyeron todo, miren. [Se escuchaban] disparos y granadas de aturdimiento. Yo leí el Corán toda la noche para que Dios nos proteja. […] En 78 años, nunca he presenciado algo como esto. Desde 1948 hasta 1967 y hasta las Intifadas, he presenciado muchas cosas, pero nunca nada que se asemeje a esto”.
En la mañana de este viernes, el ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, pidió al primer ministro Benjamín Netanyahu que incluya en los objetivos de guerra de Israel la derrota de Hamás y de otras organizaciones en los territorios ocupados de Cisjordania. Ben-Gvir ha pedido repetidamente que Israel se anexe los territorios ocupados de Cisjordania.