
El lunes 15 de septiembre, el presidente Trump anunció que Estados Unidos había bombardeado una embarcación en aguas internacionales y había matado a tres personas. Fue el segundo ataque contra lo que el Gobierno de Trump afirma que son narcotraficantes de Venezuela. En el ataque anterior habían muerto once personas. Además, hubo un tercer incidente, en el cual la Marina estadounidense abordó un barco pesquero en aguas venezolanas y retuvo a nueve pescadores durante ocho horas. Esta intensificación de las acciones militares por parte de Estados Unidos se enmarca en una directiva secreta firmada por Trump que aprueba el uso de la fuerza militar en América Latina y fue precedida por un sostenido aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe.
“Este es un ejemplo muy claro de teatro político, un intento de provocación, un esfuerzo sostenido para lograr un de cambio de régimen y la estrategia de usar a las fuerzas armadas para frenar el narcotráfico que ha fracasado notablemente en México, Colombia y en todas partes donde Estados Unidos la ha aplicado”, plantea el historiador venezolano Miguel Tinker Salas, quien añade que el Gobierno de Trump está “engañando a la sociedad al afirmar que se trataba de narcotraficantes sin ninguna evidencia”. Tinker Salas afirma que este intento de fabricar una crisis en Venezuela trae reminiscencias del período previo a la guerra de Estados Unidos contra Irak.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracynow.org. El informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman con Juan González.
El lunes, el presidente Trump anunció que Estados Unidos bombardeó otra embarcación en aguas internacionales cerca de Venezuela y mató a tres personas. Trump afirmó que el bote transportaba drogas desde Venezuela y publicó un video de una lancha rápida que explotó en llamas tras el presunto ataque aéreo. Hace dos semanas, Estados Unidos bombardeó otra embarcación en la región y mató a 11 personas. Trump también afirmó que el bote transportaba drogas, aunque se especula que los 11 pasajeros a bordo podrían haber sido simplemente migrantes.
En un tercer incidente reciente, la Marina estadounidense interceptó un barco pesquero en aguas venezolanas. Según informes, el personal de un buque de guerra estadounidense abordó esta embarcación y detuvo a nueve pescadores durante ocho horas.
La escalada militar estadounidense contra Venezuela se produce después de que Trump firmara una directiva secreta que aprueba el uso de la fuerza militar por parte del Pentágono en América Latina, según el Gobierno, para atacar a los cárteles de la droga. El lunes, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, emitió una advertencia a los cárteles de la droga en la red social X que dice: “Vamos a rastrear, matar, y desmantelar sus redes en todo nuestro hemisferio, en el lugar y el momento que elijamos”.
En las últimas semanas, Estados Unidos ha enviado varios buques de guerra al Caribe. El ejército también ha realizado ejercicios militares en Puerto Rico. La semana pasada, Pete Hegseth y el general de la Fuerza Aérea Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, realizaron una visita sorpresa a Puerto Rico. Trump también ordenó el despliegue de 10 aviones de combate F-35 en Puerto Rico.
Ahora vamos a California, donde nos acompaña Miguel Tinker Salas, profesor emérito de Historia en el Pomona College en Claremont, California, y autor de “Una herencia que perdura, petróleo, cultura y sociedad en Venezuela” y “Venezuela: lo que todo el mundo necesita saber”.
Profesor Miguel Tinker Salas, bienvenido de nuevo a Democracy Now! ¿Qué necesita saber todo el mundo sobre los últimos ataques contra embarcaciones venezolanas? ¿Hasta el momento han matado a 11 personas en las últimas semanas?
MIGUEL TINKER SALAS: Lo que hay que entender son varias cosas. Primero, que aquí hay teatro político, acá la administración Trump está creando un escenario, un conflicto en Venezuela que tiene varios propósitos: uno es teatro político interno para Estados Unidos y el otro es buscando fisuras dentro de Venezuela, buscando fisuras dentro de la administración Maduro, buscando fisuras dentro del Ejército venezolano. En cierta forma esto es parte de una estrategia que busca cambio de régimen, cambio de gobierno. Nos estamos regresando al contexto en que Estados Unidos usa el Gran Garrote en toda América Latina. Regresamos a la política del Gran Garrote, donde usa la fuerza para buscar sus objetivos.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Puede hablar en particular sobre el papel de Rubio en esto? Obviamente, con los dos altos cargos que ocupa, Secretario de Estado y Asesor de Seguridad Nacional, es alguien muy influyente en el Gobierno de Trump. Y, por supuesto, la duplicación de la recompensa por Maduro y las acusaciones del Gobierno de Estados Unidos de que él es el jefe del llamado Cartel de los Soles nos recuerda lo que sucedió hace décadas con Noriega en Panamá.
MIGUEL TINKER SALAS: El caso de Marco Rubio, es importante entender, es el interlocutor entre la oposición de Venezuela, que reside en gran parte en Miami y la otra realidad que es el Departamento de Estado. Por un lado estamos ante una situación donde seguro la oposición es el sector que favorece una intervención directa en Venezuela, mientras que en el país, la mayoría, incluso la oposición, está en contra de una intervención. También nos hace recordar el caso de Irak, donde se utilizaban las armas de destrucción masiva como el contexto para una intervención. Aquí se utiliza supuestamente el narcótico, el intercambio de narcóticos, para buscar una intervención o una provocación. Recordemos que la gran mayoría del tráfico de drogas ocurre, no en Venezuela, donde supuestamente menos del 7% ocurre, pero la gran mayoría ocurre por el Pacífico, donde casi el 90% del tráfico de drogas ocurre saliendo de países como Ecuador, aliado de Estados Unidos, Colombia, por cuatro décadas aliado de Estados Unidos. Entonces, regresamos al tema del llamado Cártel de los Soles, donde en realidad el narcotráfico en Venezuela se utiliza en 1993, donde la CIA está involucrada en el tráfico de más de una tonelada de drogas y de donde sale supuestamente el Cártel de los Soles, que en realidad nunca se ha podido comprobar.
JUAN GONZÁLEZ: Quería preguntarle también sobre los ataques contra embarcaciones. Según el The New York Times y otros medios de comunicación, el primer bote atacado, en donde se reportaron once personas muertas, en realidad había dado la vuelta y se dirigía de regreso a tierra luego de ver que los aviones estadounidenses lo estaban siguiendo. ¿Cómo responde a estas, en esencia, ejecuciones extrajudiciales?
MIGUEL TINKER SALAS: Esto fue un asesinato en alta mar. Viola toda ley internacional, viola toda norma internacional. Entre el estado de Sucre y la isla de Trinidad ha habido un tráfico comercial históricamente desde el siglo XVIII o XIX a través del siglo XX. Estos individuos, once personas en un barco, indica que eran inmigrantes, no indica que eran narcotraficantes. Ningún narcotraficante va a llenar su barco de once personas cuando ese espacio puede ser para drogas, que van a ser mucho más importantes, lucrativas a largo plazo. Por eso, en ese contexto, fue un ataque contra individuos donde no se ha probado el narcotráfico en lo absoluto. Y aún cuando se prueba que eran narcotraficantes, la pena por narcotráfico no es ejecución en alta mar, la pena es un juicio y encarcelamiento. En este contexto no se ofreció ninguna de esas situaciones, no hubo ninguna orden de ley. Esto fue un acto de violencia internacional que nos hace recordar el Estados Unidos del Gran Garrote que Roosevelt utilizaba para lograr sus metas en América Latina.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Cómo evalúa esta continua afirmación por parte de Estados Unidos de que la pandilla venezolana conocida como Tren de Aragua es una organización terrorista?
MIGUEL TINKER SALAS: Yo creo que sigue el ejemplo de tratar de resolver el tema del narcotráfico utilizando la fuerza militar, que ha sido un fracaso rotundo en el contexto de Colombia, en el contexto de Venezuela; en ninguna parte se ha logrado utilizar el ejército para detener el tráfico de drogas. Es mucho más profundo que simplemente una acción militar. Y mientras se busca utilizar al ejército o a la fuerza naval para lograr destruir el narcotráfico, nunca se va a lograr. Aquí hay que dirigirnos a los temas más profundos, que tiene que ver con la adicción que existe en Estados Unidos.
AMY GOODMAN: Profesor Tinker Salas, un juez dictaminó recientemente que Estados Unidos no puede usar la Ley de Enemigos Extranjeros para expulsar a los venezolanos del país, porque Estados Unidos no está en guerra. ¿Cree que el presidente Trump está tratando de provocar a Venezuela para que ataque de alguna manera a Estados Unidos, a sus barcos, y es por esto que sigue bombardeando embarcaciones venezolanas, incluso si es posible que solo haya migrantes a bordo, para crear esa situación de guerra? ¿O cree que esto es solo una distracción de, por ejemplo, los archivos de Epstein? ¿Cuál es el objetivo del presidente Trump?
MIGUEL TINKER SALAS: Yo creo que son las dos cosas a la vez. Por un lado, estamos ante lo que llamamos en un artículo que escribimos mi colega Víctor Silverman y yo en La Jornada, donde dijimos que parece en cierta forma… nos hace recordar en cierta forma la película “Cortina de humo”, o “Wag the Dog”, que salió en el 97, donde un presidente crea una guerra en Albania para distraer la atención de lo que ocurre en Estados Unidos. Entonces, por un lado, creo que sí es cierto que la política internacional tiene un impacto nacional en el contexto interno de Estados Unidos. Y la segunda parte, por supuesto, creo que al crear un conflicto con Venezuela le permite al Gobierno de Trump ir ante el Tribunal Supremo de Justicia [de EE.UU.] para decir: “Ah, tenemos un conflicto, podemos utilizar la Ley de Enemigos Extranjeros para deportar a venezolanos”.
Hay 650.000 venezolanos que tienen la amenaza de deportación y que Trump está buscando cualquier pretexto para poder deportarlos. Siendo presidente, que durante la campaña prometió no deportar cubanos, venezolanos, nicaragüenses, hondureños, está haciendo exactamente lo contrario, deportándolos y buscando un pretexto para su deportación. Y si eso implica un conflicto con Venezuela, parece que eso sí es la política de esta administración.
AMY GOODMAN: Y finalmente, a principios de este mes, el vicepresidente Vance desestimó las acusaciones de que el primer ataque que se reportó contra una embarcación venezolana podría ser un crimen de guerra si hubiera civiles a bordo. Vance escribió en X: “Me importa una mierda cómo lo llamen”. El senador republicano de Kentucky Rand Paul criticó los comentarios de Vance y dijo: “Qué sentimiento tan despreciable e irreflexivo es glorificar el hecho de ejecutar a alguien sin un juicio previo”. ¿Cuál es su respuesta?
MIGUEL TINKER SALAS: Yo creo que el senador Paul tiene toda la razón. Es un acto extrajudicial. Es un asesinato en alta mar. Es regresar a los piratas del Caribe donde Estados Unidos juega el papel del pirata en el Caribe atacando a individuos sin juicio, sin procedimiento, sin ninguna apelación. Es una ejecución en alta mar.
AMY GOODMAN: Miguel Tinker Salas, muchas gracias por estar con nosotros, profesor emérito de Historia en el Pomona College en Claremont, California. Autor de “Una herencia que perdura: petróleo, cultura y sociedad en Venezuela” y “Venezuela: lo que todo el mundo necesita saber”.
Para escuchar, ver o leer nuestra entrevista en inglés, pueden ir a democracynow.org. Soy Amy Goodman, con Juan González. Muchas gracias por acompañarnos.
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