La COP30 no logra superar la “línea roja” de los combustibles fósiles

Columna27 de noviembre de 2025
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Amy Goodman y Denis Moynihan

La cumbre sobre cambio climático de las Naciones Unidas de 2025, la COP30, celebrada en Belém, Brasil y conocida como “la COP de la Amazonia”, concluyó el 22 de noviembre. Poderosos “petroestados” y grandes países contaminantes lograron bloquear, en el acuerdo final de la cumbre, la inclusión de una hoja de ruta para abandonar gradualmente el uso de los combustibles fósiles. La COP30 es la trigésima “Conferencia de las Partes” de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Más de 190 países llevan una década negociando, con escasos resultados, la implementación del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015.

La alternativa al drástico giro adoptado en la COP30 —renunciar a la “hoja de ruta” que muchos países afectados por el cambio climático consideraban un punto innegociable o “línea roja”— era el posible colapso definitivo del Acuerdo de París. Las negociaciones globales sobre el cambio climático arrastran desde hace años fuertes tensiones, ya que el proceso requiere que países con recursos y objetivos muy dispares alcancen consensos. A pesar de que la crisis climática no deja de intensificarse y de que el ecosistema planetario del que todos dependemos para sobrevivir se acerca a un punto de no retorno, parece que el poder detrás de la industria de los combustibles fósiles, encarnado tanto por países como Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudí como por las corporaciones petroleras multinacionales, está saboteando las medidas necesarias para combatir el cambio climático en pos de preservar su poder y proteger sus ganancias. Como consecuencia, miles de millones de personas en todo el mundo están siendo condenadas a una catástrofe climática.

Brandon Wu, director de políticas y campañas de la organización ActionAid USA, dijo a Democracy Now! tras la conclusión de la COP30: “Me enoja este resultado tan débil. Me enoja que los lobistas de la industria de los combustibles fósiles hayan circulado libremente por la sede [de la cumbre], mientras que el activismo indígena fue enfrentado con una represión militarizada. Estoy indignado con todos los Gobiernos que no defienden a su gente”.

Wu fue uno de los miles de representantes de la sociedad civil presentes en la cumbre sobre el clima que exigieron una transición justa y eficaz para abandonar el uso de los combustibles fósiles. Estos activistas comparten causa con los países más afectados por la crisis climática, como los pequeños Estados insulares dispersos por los océanos Pacífico e Índico, a los que el aumento del nivel del mar pone en riesgo su propia existencia. Vanuatu es un archipiélago del Pacífico compuesto por unas 80 islas, en el que viven más de 325.000 personas. Ralph Regenvanu, ministro de Cambio Climático de ese país, habló con Democracy Now! en la última mañana de negociaciones de la cumbre:

“Esta mañana temprano, la presidencia [de la COP30] nos informó que alrededor de 80 países establecieron una línea roja y se negaron a considerar cualquier mención a los combustibles fósiles en la declaración final de esta [trigésima] Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, de esta COP”.

A lo largo de la cumbre se configuraron dos bloques. Uno de ellos, conformado por unos 80 países —entre ellos los principales productores de petróleo del mundo—, rechazó un plan de acción para eliminar gradualmente el uso de los combustibles fósiles. El otro grupo, integrado también por cerca de 80 países, incluido Vanuatu, reclamó que se incluyera. Con dos líneas rojas en pugna, el consenso parecía imposible.

Más de 1.800 científicos que integran el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el principal organismo internacional de investigación científica sobre el clima, han concluido que la temperatura global promedio no debe superar el umbral de 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, con el fin de evitar los efectos más graves del cambio climático.

Durante la conversación que mantuvo con Democracy Now!, Regenvanu agregó: “Debemos respetar el consenso científico establecido por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Debemos mantenernos firmes en el objetivo de [limitar el aumento de la temperatura global a] 1,5 grados Celsius. Pero hay varios países que tienen intereses estrechamente ligados a la industria de los combustibles fósiles, y no me refiero a sus poblaciones, sino a ciertos miembros de sus élites políticas. Estas personas están impidiendo el progreso de toda la humanidad. Es una consecuencia de este proceso, que tiene fallas”.

Los países que reclamaban un plan de acción para abandonar el uso de los combustibles fósiles terminaron cediendo y se conformaron con pequeños logros. Entre ellos, se incluyó un apartado que respalda una futura discusión sobre un mecanismo de “transición justa”, cuyo objetivo es garantizar que los derechos humanos desempeñen un papel en la respuesta a la crisis climática.

Pero, en definitiva, es necesario poner fin a los impactos de la actividad humana sobre el clima y, para lograrlo, debemos avanzar hacia el abandono del uso de los combustibles fósiles.

Colombia, un país productor de petróleo y carbón, ha ofrecido una alternativa. En el último día de las negociaciones de la COP30, Colombia y los Países Bajos anunciaron que serán coanfitriones de la Primera Conferencia Internacional para la Eliminación Progresiva de los Combustibles Fósiles, que se llevará a cabo en abril de 2026 en la ciudad colombiana de Santa Marta.

La ministra de Medio Ambiente de Colombia, Irene Vélez Torres, dijo en la conferencia sobre cambio climático de la ONU: “La raíz de este problema son los combustibles fósiles. […] No podremos mirar a las generaciones futuras a los ojos si no hacemos algo ahora. No podemos aceptar una declaración que no aborde los problemas reales”.

Al promediar la COP30, Democracy Now! conversó con Kumi Naidoo, un activista sudafricano que luchó contra el apartheid en su adolescencia y que luego estuvo al frente de Amnistía Internacional y Greenpeace Internacional. Durante la entrevista, Naidoo expresó: “Una vez más, los intereses corporativos dominan por completo la cumbre. Hay 1.600 lobistas de la industria de los combustibles fósiles. Es toda una hazaña lograr que aquí se pronuncie la ahora expresión proscrita “combustibles fósiles” […], pero necesitamos un plan para su eliminación gradual. […] Sin duda, lucharemos para lograr tenerlo en abril del año que viene, en Colombia”.

Tras la COP30, mientras el proceso climático de la ONU avanza con dificultades, todas las miradas están puestas en la cumbre que se celebrará en Colombia, donde se espera dar impulso al movimiento global que ponga fin, de una vez por todas, a nuestra adicción a los combustibles fósiles.


© 2025 Amy Goodman

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

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