El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha invocado una ley del siglo XVIII para ordenar la deportación de ciudadanos venezolanos de Estados Unidos. El sábado, el Gobierno de Trump trasladó a más de 260 inmigrantes a El Salvador, incluidas más de 130 personas acusadas, pero no condenadas, de tener vínculos con la banda armada Tren de Aragua, a la que Trump ha calificado de organización terrorista. Las deportaciones se llevaron a cabo a pesar de una medida cautelar temporal dispuesta por el juez federal de distrito James Boasberg, que exigía el retorno de todos los vuelos de deportación que estuvieran en el aire. El periódico The Washington Post informa que tres vuelos con destino a El Salvador llegaron después de la orden del juez. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, aliado de Trump, compartió un video en redes sociales que muestra el momento en que las personas deportadas llegan a una tristemente célebre megacárcel de máxima seguridad donde sus guardias han sido acusados de graves violaciones contra los derechos humanos. Bukele escribió en la red social X: “Uy… Demasiado tarde”, junto con un emoji de una cara de risa. El comentario del presidente salvadoreño fue luego republicado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung.
La orden de Trump se basó en la Ley de Enemigos Extranjeros, una legislación promulgada en 1798 que se ha invocado muy pocas veces y que se utilizó por última vez para justificar el arresto y el internamiento de 30.000 ciudadanos japoneses, alemanes e italianos durante la Segunda Guerra Mundial.
Haga clic aquí para ver nuestra entrevista con Lee Gelernt, de la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles, que afirma que el presidente Trump está haciendo un uso “absolutamente ilegal” de la Ley de Enemigos Extranjeros.