Una jueza federal está considerando iniciar un proceso de desacato contra funcionarios del Gobierno de Trump en relación con el caso de Kilmar Abrego García, un padre de familia que en marzo fue enviado por equivocación a una megacárcel de máxima seguridad en El Salvador. La jueza Paula Xinis cuestionó el martes por qué Abrego García seguía “inexplicablemente detenido” en la tristemente célebre cárcel salvadoreña denominada Centro de Confinamiento del Terrorismo, o CECOT, a pesar de los fallos que ordenan que sea devuelto a Estados Unidos, incluido el emitido por la Corte Suprema estadounidense. Xinis también dijo que hasta el momento no hay pruebas que demuestren que los funcionarios de Trump hayan intentado siquiera facilitar el regreso seguro de García a su hogar, y les dio plazo hasta la próxima semana para entregar documentos y presentar declaraciones que expliquen las medidas que han tomado para garantizar el retorno de Abrego García. Grupos de manifestantes se congregaron el martes frente al juzgado de la ciudad de Greenbelt, en el estado de Maryland. Estas fueron las palabras expresadas por la esposa de Abrego García, Jennifer.
Jennifer Vásquez Sura: “Hoy se cumplen 34 días de su desaparición y estoy aquí ante ustedes con un espíritu que se resiste a quebrarse. No dejaré de luchar hasta que vea a mi esposo con vida”.
El senador demócrata de Maryland Chris Van Hollen está viajando este miércoles a El Salvador para presionar por la liberación de Abrego García. Asimismo, están aumentando los llamados para que otros legisladores demócratas se sumen a esa iniciativa. Al tiempo que el Gobierno de Trump continúa defendiendo su decisión de negarse a traer de retorno a Abrego García, han salido a la luz informes que indican que el agente de policía que acusó formalmente a Abrego García, sin pruebas, de pertenecer al grupo criminal MS-13 fue al poco tiempo suspendido por conducta indebida. A pesar de estas revelaciones, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, expresó el martes las siguientes declaraciones:
Secretaria de Prensa Karoline Leavitt: “De ninguna manera es posible que este individuo lleve una vida pacífica en Maryland, porque es un terrorista extranjero y es miembro de la pandilla MS-13”.
Abrego García vivió en Maryland durante casi 15 años, tras huir de la violencia de grupos criminales en El Salvador, y trabajaba como aprendiz de metalúrgico. El presidente de los Sindicatos de la Construcción de América del Norte, Sean McGarvey, fue ovacionado recientemente por una multitud de miembros del sindicato cuando exigió el regreso de García.
Sean McGarvey: “Tenemos que hacer que nuestras voces sean escuchadas. No somos rojos [republicanos]. No somos azules [demócratas]. Somos la industria de la construcción, la columna vertebral de Estados Unidos. ¿Quieren construir un centro de datos valuado en 5.000 millones de dólares? ¿Quieren más carreras [con ingresos] de seis cifras que tengan atención sanitaria y jubilación y que no tengan deudas universitarias? No llaman a Elon Musk. Nos llaman a nosotros, a los Sindicatos de la Construcción de América del Norte. Eso incluye a todos nosotros, incluido nuestro hermano Kilmar Abrego García, aprendiz del [sindicato] SMART. ¡Exigimos que lo regresen ya, a nosotros y a su familia! ¡Tráiganlo a casa!”.