El Poder Judicial de Irán afirmó el domingo que el ataque de Israel contra la cárcel de Evin en Teherán, ocurrido el mes pasado, dejó 71 muertos, entre ellos guardias penitenciarios, reclusos, familiares que estaban de visita y personas que vivían en las inmediaciones. Las autoridades israelíes no han explicado por qué atacaron la prisión, que durante décadas ha albergado a presos políticos y disidentes. Mientras tanto, Irán ha rechazado una solicitud del director del organismo de control nuclear de la ONU para visitar las instalaciones nucleares que Israel y Estados Unidos bombardearon en junio. El ministro de Relaciones Exteriores de Irán afirmó el lunes que la solicitud del director del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, “no tiene sentido y es posible que incluso sea malintencionada”. El domingo, Grossi señaló que está convencido de que el ataque estadounidense contra Irán no logró “destruir por completo” el programa nuclear de ese país, como ha afirmado repetidas veces el presidente Trump.
Rafael Grossi: “En cuestión de meses, o incluso menos, podrían tener varias centrifugadoras en cascada produciendo uranio enriquecido. Francamente, como dije, no se puede afirmar que todo ha desaparecido y que no queda nada allí”.