La educación de la estudiante palestino-estadounidense Sereen Haddad

Columna01 de agosto de 2025
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Amy Goodman y Denis Moynihan

“Nunca dejes que tus estudios se interpongan en tu formación” dice una frase atribuida a Mark Twain o a un contemporáneo suyo, el escritor canadiense Grant Allen. Desde hace unos dos años, esta idea se ha estado manifestando en diversos campus universitarios de Estados Unidos, donde los estudiantes han realizado protestas en solidaridad con el pueblo palestino y han sido objeto de acciones represivas, a menudo violentas, por parte de autoridades universitarias, fuerzas policiales y contramanifestantes.

Un ejemplo notorio de la represión de la disidencia ocurrió en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia, una universidad pública de investigación ubicada en la ciudad de Richmond, estado de Virginia. El lunes 29 de abril de 2024, decenas de estudiantes se congregaron frente al edificio de la biblioteca Cabell para protestar por el apoyo de Estados Unidos al ataque de Israel contra Gaza.

Sereen Haddad, una estudiante palestino-estadounidense, fue una de las organizadoras de la protesta. El padre de Sereen, el doctor Tariq Haddad, es un cardiólogo de Virginia que se crio en Gaza. Dos meses antes de la protesta co-organizada por su hija, el Dr. Haddad había sido invitado a una mesa redonda con el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. Durante una entrevista que mantuvo en aquel entonces con Democracy Now!, en la que más de una vez tuvo un nudo en la garganta, Tariq Haddad explicó a Democracy Now! por qué se negó a asistir al evento:

“Es necesario un poco de contexto para entender por qué rechacé esta invitación. Tengo cientos de familiares en Gaza, tanto por parte de padre como de madre, repartidos entre Jan Yunis y la ciudad de Gaza. Hasta el momento, unos cien miembros de mi familia han perdido la vida [en los ataques israelíes], entre los que hay médicos, farmacéuticos, abogados, ingenieros, decenas y decenas de niños y niñas, y varios bebés. No puedo relatar todas sus historias, pero quisiera compartir algunas con la audiencia. El 25 de octubre [de 2023], diez miembros de mi familia, tres generaciones de un lado de mi familia, murieron [en un bombardeo israelí]. Mi primo Jamal El-Farra; su hijo médico, el doctor Tawfiq El-Farra; su esposa, que estaba embarazada; dos de sus hermosas hijas, Reem y Hala; el hermano de Jamal, Esam; su esposa Semad; y sus hijas, Rusul, Tuqa y Nadian. Todos ellos, varias generaciones, murieron [ese día] en un bombardeo israelí”.

El doctor Haddad siguió nombrando a familiares que perdieron la vida a manos de Israel. Actualmente, 18 meses después de esa entrevista, el número de sus familiares muertos asciende a más de 200.

Por su parte, en una conversación reciente con Democracy Now!, Sereen recordó la protesta que se llevó a cabo en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia:

“Muchas personas de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia instalaron un campamento con el objetivo de exigirle a la universidad que deje de invertir en la muerte y deje de invertir [en empresas e instituciones] vinculadas con Israel. En lugar de apoyar y escuchar a los estudiantes —y de comprender que estaban allí porque no querían que el dinero de sus matrículas, el dinero de nuestras matrículas, se utilizara para matar a nuestra gente y a mi familia—, enviaron esa noche a tres cuerpos policiales distintos para reprimirnos con brutalidad”.

Trece estudiantes fueron arrestados ese día. Sereen, ensangrentada y magullada, no fue acusada de ningún cargo. Si los estudiantes eran culpables de algo, era de haber creído en la palabra de la universidad. En el sitio web de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia se proclama con orgullo: “Sin miedo a desafiar el 'statu quo'”. De hecho, en 2023, en el discurso anual sobre el estado de la universidad, el rector del centro educativo, Michael Rao, expresó:

“A quienes formamos parte de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia no se nos conoce por seguir el 'statu quo' porque no lo hacemos. Estamos aquí para transformar la vida de los estudiantes […], así como también para ayudarlos [a transformar la vida] de todas las personas por las que ellos se preocupan. Amo a esta generación. Ellos aman a los demás seres humanos”.

Usar gas pimienta, gases lacrimógenos y fuerzas policiales es una forma algo extraña de demostrar amor por los estudiantes.

En abril de este año, Sereen y otros 40 estudiantes se congregaron en los jardines del campus para conmemorar el aniversario de la protesta. Una persona que presenció la actividad comparó la reunión pacífica con un picnic. La policía, una vez más, disolvió la acción pacífica de los estudiantes. Sereen fue señalada como una de las organizadoras de la actividad, y tanto a ella como a otra estudiante se les informó que la Universidad de la Mancomunidad de Virginia iba a retener sus diplomas de graduación. Sereen es una estudiante brillante, que completó en tres años una licenciatura en psicología que normalmente requiere cuatro años de estudio.

Durante la conversación con Democracy Now!, Sereen expresó: “Para obtener mi título me exigían que tomara una clase sobre moral y ética. […] No necesito, para obtener un título, la validación de una universidad que ha invertido materialmente en la muerte de niños y niñas, en la muerte de miles de personas. No necesito que me digan que debo tomar una clase sobre moral y ética para contar con su validación. Sé que estoy del lado correcto de la historia”.

Sereen apeló la retención de su diploma y esta semana, 82 días después, obtuvo una resolución favorable. Al respecto, la joven dijo a Democracy Now!:

“Esto no se debe a que la Universidad de la Mancomunidad de Virginia decidió hacer lo correcto o se despertó y se dio cuenta de que habían cometido un error. Es el resultado de la presión ejercida en relación con un caso que no podían defender. Es el resultado de que la verdad prevaleciera; y no les quedó otra opción porque la verdad siempre estuvo de nuestro lado. No puedo separar esta pequeña victoria de lo que está ocurriendo en Gaza en este mismo momento, en el que a millones de palestinos se los está forzando a pasar hambre de manera intencional y sistemática y con el apoyo de los mismos sistemas que intentaron silenciarme. El hecho de que tuviera que luchar para obtener mi propio diploma, algo que me gané de manera legítima, es una prueba de que se trata propiamente de los mismos sistemas que están defendiendo y permitiendo el genocidio”.

Sereen Haddad ha obtenido, por fin, su diploma. Y, lo que es más importante, al alzar la voz contra la política de hambre y genocidio en Gaza, esta talentosa joven recién graduada ha demostrado que sus estudios no se interpusieron en su formación.

En vez de verse obligada a tomar una clase de ética y moral, Sereen bien podría impartirla.


© 2025 Amy Goodman

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

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