
El presidente Trump ha señalado que su orden de intervenir y federalizar la policía de Washington D.C. es un ejemplo de las políticas que tiene la intención de implementar en otras grandes ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Los Ángeles y Chicago. Todas las ciudades enumeradas por el mandatario son gobernadas por alcaldes negros y, en su mayoría, tienen políticas de “santuario” que restringen la cooperación de las autoridades locales con las autoridades federales de Inmigración.
En conversación con Democracy Now!, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, responde a las amenazas de Trump y señala que su ciudad “no se acobardará, no se doblegará ni se dejará intimidar por estos intentos de dividir y conquistar nuestras comunidades”. Además, Johnson sostiene que, en contraposición al enfoque militarizado de Trump, Chicago viene invirtiendo en servicios de salud mental, aumentando los salarios y construyendo viviendas asequibles como parte de una estrategia más amplia para mejorar la calidad de vida. Las estadísticas muestran que, contrariamente a lo que afirma Trump, en los últimos años los delitos violentos han disminuido en Chicago.
“Estamos construyendo la ciudad más segura y asequible entre las grandes ciudades de Estados Unidos, la ciudad con políticas más favorables para la clase trabajadora de Estados Unidos. Y lo estamos haciendo de una manera muy colectiva”, añade Johnson.
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