
Seis estados de Estados Unidos con gobernadores del Partido Republicano están anunciando el envío de efectivos de sus guardias nacionales para apoyar la intervención del Gobierno de Trump en Washington D.C., que ya ha tomado el control de la policía de la ciudad. Con la medida anunciada por estos estados, sumada a la Guardia Nacional de capital estadounidense, que Trump ya controlaba, la cantidad total de soldados desplegados en las calles de la ciudad ascendería a más de 2.000. Esta intervención federal se ha ordenado con la justificación de combatir el crimen. Sin embargo, las estadísticas muestran que los delitos violentos en la capital se encuentran en el nivel más bajo de los últimos 30 años, datos que ahora el Gobierno de Trump cuestiona y el Departamento de Justicia está iniciando una investigación para averiguar si las estadísticas de delitos pueden haber sido manipuladas por funcionarios de la ciudad.
“Están actuando por fuera de la ley, pero son medidas que vienen desde la Casa Blanca”, señala la activista comunitaria Keya Chatterjee, directora ejecutiva de la organización Free DC.
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