El llamado “zar fronterizo” del Gobierno de Trump, Tom Homan, advirtió el jueves que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos “intensificará” las redadas migratorias en Los Ángeles y otras “ciudades santuario” que limitan la cooperación con las autoridades migratorias. La amenaza de Homan se produjo al tiempo que la Casa Blanca informaba sobre su plan de utilizar la base naval Great Lake, una instalación militar estadounidense ubicada en las afueras de la ciudad de Chicago, como centro de operaciones para que el Departamento de Seguridad Nacional lleve a cabo redadas migratorias.
Mientras tanto, el Gobierno de Ruanda anunció el jueves que aceptó a siete inmigrantes procedentes de Estados Unidos como parte de un acuerdo para recibir a personas de “terceros países” deportadas desde territorio estadounidense. El Gobierno de Trump también está intentando enviar inmigrantes a Sudán del Sur y Esuatini, aunque no tengan ningún vínculo con esos países.
En el estado de Florida, las autoridades están desalojando, según se informa, una cárcel para inmigrantes que fue construida en los remotos pantanos de los Everglades y que ha sido apodada por los republicanos como “Alligator Alcatraz” (el Alcatraz de los caimanes). Esto ocurre después de que una jueza federal ordenara el cierre de gran parte de las instalaciones debido a violaciones relacionadas con las leyes medioambientales.
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