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Durante los debates presidenciales republicanos realizados este fin de semana, los candidatos apuntaron a la estrategia militar que el presidente Obama dio a conocer a fines de la semana pasada. La misma promete reducir el gasto militar y poner mayor atención en la región Asia-Pacífico, así como un mayor uso de ataques con los aviones no tripulados que han tenido como blanco a militantes de Pakistán, Afganistán, Yemen y todo el Cuerno de África. Hablamos con William Hartung, director del Proyecto Armas y Seguridad del Centro de Política Internacional, sobre la nueva estrategia de Obama que lleva el gasto al mismo nivel que en el gobierno de Bush y analizamos las alternativas presentadas por Mitt Romney, el favorito del Partido Republicano en New Hampshire. “Su plan daría un poco de risa si no fuera tan burdo”, dice Hartung. “Está diciendo que van a mantener el presupuesto militar en un 4 por ciento del PBI, como si fuera una especie de programa de ayuda social para el Pentágono. Que van a gastar algo así como $ 6.5 billones de dólares en 10 años, lo que equivaldría aproximadamente a un billón y medio de dólares más que el plan de Obama. Si no va a aumentar los impuestos, [ese dinero] va a salir directamente de los programas nacionales que ya están siendo afectados de forma sustancial”.