La Premio Nobel Rigoberta Menchú celebra la condena por genocidio al dictador guatemalteco Ríos Montt

Breve15 de mayo de 2013
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A sólo días de la condena por genocido al dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt —que operó con el apoyo de EE.UU.—, nos acompaña una mujer que en gran medida fue la responsable de lograr que Montt fuera llevado ante la justica. Rigoberta Menchú empezó el proceso hace más de una década, presentando causas judiciales contra los generales guatemaltecos por las atrocidades cometidas en la región maya. Sus demandas judiciales contribuyeron a que la semana pasada se emitira un fallo histórico contra Ríos Montt de ochenta años de cárcel por su participación en los asesinatos de más de 1.700 personas de la etnia maya ixil. Menchú perdió a su padre, madre y hermano durante el genocidio guatemalteco; más tarde recibió el Premio Nobel de la Paz por su campaña a favor de los pueblos indígenas guatemaltecos.

“La condena a Ríos Montt puede brindar una oportunidad para cerrar un capítulo de nuestras vidas, un capítulo de profundo dolor; eso nos permitirá empezar una nueva relación entre los guatemaltecos”, afirma Menchú. “Porque durante el genocidio nos sentimos muy solos, impotentes y sin el apoyo de nadie. El hecho de que ahora se reconozca que hubo genocidio significa que nunca nadie se olvidará de eso”.

Escuche/Vea/Lea (en inglés)

Amy Goodman: ¿Qué opina del fallo y la sentencia de 80 años para Ríos Montt?

Rigoberta Menchú: Gracias Amy Goodman por esta oportunidad, quiero expresar mis condolencias a la víctimas de Boston y también a las víctimas de Pensilvania, estoy con ustedes. Esta sentencia es histórica, es grande, la sentencia de Ríos Montt. Esperamos más de 33 años para que hubiera justicia en Guatemala. Queda claro que una paz sin justicia, un paz sin verdad, no es paz. Es la paz de los victimarios. Y por eso es tan importante esta sentencia, porque viene a complementar un largo proceso que hemos llevado, de investigación, un proceso largo de denuncia, y sobre todo, un proceso que esperan las víctimas, que ese proceso es el resarcimiento. El resarcimiento no puede ser solamente pedir perdón, yo creo que pedir perdón es muy importante, y que hoy el presidente Otto Pérez tiene que hacerlo, porque está obligado por el tribunal a hacerlo. Otto Pérez está obligado a hacerlo porque el tribunal le exigió hacerlo. Pero no sólo eso, no sólo eso.

Nermeen Shaikh: ¿Cree que el presidente Pérez Molina debe renunciar?

Rigoberta Menchú: Yo no quisiera entrar en este debate porque lo más importante es separar el enjuiciamiento del genocidio en Guatemala a todo proceso. Este es un gran proceso que inicia, yo estoy segura que la investigación continúa. Y si hay otras cabecillas que cometieron el genocidio en Guatemala, pues debe presentarse una denuncia. Una denuncia fehaciente, una denuncia que se sostenga en el tiempo, y luego debe continuar el juzgamiento. Pero en este caso, el propio tribunal sentó un precedente. Y estoy segura que el señor Mauricio, que era jefe de inteligencia, que era parte del equipo de Ríos Montt, fue absuelto, y nosotros creíamos que también debería haber sido condenado por genocidio, porque sí sabía lo que estaba pasando.

Entonces, demuestra este tribunal que por un lado calificó a Ríos Montt bajo criterios muy específicos porque Ríos Montt era el jefe más alto, era el responsable más alto del genocidio en Guatemala. Más si hay un proceso contra otros oficiales, que yo creo que la historia lo va a decir, lo más importante es que se cumpla esta sentencia que ya se dictaminó por el tribunal de alto riesgo contra Ríos Montt, que se cumpla esa sentencia, que se respete al tribunal, que se garantice la vida de la juez Jazmín, igual que la de todos los testigos, y todas las personas, porque muchas personas que participaron en el genocidio aún están libres en Guatemala, y son muy agresivos. Porque su argumento fue muy claro: decir que las víctimas eran comunistas, eran subversivos y por eso merecían ser aniquilados. Y acusan al tribunal también de ser comunista, en este tiempo donde el mundo a cambiado, donde la política global internacional ya no es la Guerra Fría. Sin embargo la Guerra Fría está presente en Guatemala. Entonces, éste es un proceso muy delicado.

Quizás lo más importante es que en Guatemala no se retroceda. Para mi hay cuatro razones importantes por las que debemos exigir que se cumpla la sentencia dictada el 10 de mayo: uno, es un precedente, el primer precedente en todo el mundo donde existe un genocidio y se juzga ese genocidio en el mismo lugar donde se cometió; segundo, que este genocidio acredita la verdad de las víctimas. Son 32 años que las víctimas buscaron un tribunal, que las víctimas documentaron los hechos. Y las víctimas fueron atacadas por los propios responsables de genocidio. Fueron… fuimos acusados de mentirosos, de que inventábamos la situación. Nos dieron las espalda, nunca nos apoyaron. Más bien, el odio contra los mayas, el odio contra las víctimas ha sido una historia real en estos últimos 32 años. La justicia llegó, aunque sea tarde, pero llegó, y lo más importante es sostener esa resolución. El tercer elemento muy importante es que esto está centrado en una región, el genocidio que se está condenado es contra el pueblo Ixil. Ustedes saben que hubo 200.000 víctimas en Guatemala, hay 50.000 desaparecidos, y hay muchas víctimas en todo el país. Por eso es que la consigna es que todos somos ixiles, es que nos sentimos ixiles. ¿Por qué? porque el genocidio fue extensivo en todos los pueblos mayas. Y hay que recordar también que la política de exterminio fue también contra los guatemaltecos, mayas y no mayas. Los estudiantes, los sindicalistas, toda la gente que perdió la vida no sólo fue en el área Ixil.

Por eso es importante que este juicio está sentando un precedente muy importante para nuestro país. Yo creo que inicia una nueva relación entre los guatemaltecos. Y yo quiero puntualizar, un punto que hace mucho años hemos señalado. Se creó el Tribunal Penal Internacional, pero eso Tribunal Penal Internacional no juzgó a los genocidios ya cometidos . Sino tendría que esperar nuevos genocidios y eso no va con nosotros. Eso no es posible, pensar que un tribunal debe esperar a que se cometan nuevos genocidios para que los juzguen. Por eso la sentencia contra Ríos Montt, tiene un enorme desafío para la humanidad. Yo creo que es un gran desafío para todos los países que deben sentir vergüenza porque permitieron el genocidio en Guatemala. Y no quiero polemizar esto, pero quiero decirles que la época de Reagan y la época de Bush se mantuvo en Guatemala esa fantasía, esa fantasía de la tercera Guerra Mundial y esa fantasía de la tercera Guerra Mundial hizo mucho daño a la mente de los oficiales guatemaltecos, a la mente de muchos guatemaltecos fascistas y todavía hoy creen que existe el comunismo, no sé qué sea el comunismo para ellos, pero la realidad aquí es que violaron mujeres, violaron niñas, estrangularon niños, asesinaron pueblos enteros, sólo porque creían que eran subversivos y que eran comunistas. La humanidad debe explicar esta situación.

Amy Goodman: ¿Podría contarnos lo qué le pasó a su propio padre?

Rigoberta Menchú: Sí, primero como ustedes vieron esta sentencia condenatoria contra Ríos Montt nos despertó ese sufrimiento, ese dolor, ese algo que nunca se va a poder recuperar, que es el sentimiento de las víctimas.
Y en el caso de mi familia , mi hermano Patrocinio fue quemado vivo en el área Ixil, no se encontraron sus restos, nosotros los hemos buscado, posiblemente está en una finca que se llama San Francisco y estará en una fosa común. Lo de mi madre nunca se esclareció exactamente; si está en una fosa común o si fue comida por animales, lo más probable es que si no es ella la que fue comida por los animales, después de ser torturada, humillada, seguramente estará en la fosa común muy cerca de la finca. Nosotros en realidad somos parte del área Ixil, aunque hablamos en Maya Quiché. Igualmente mi padre fue quemado vivo en la Embajada de España el 31 de enero del año 80. Por eso es que entiendo mucho el dolor de la gente que juzga a Ríos Montt, porque el último momento del General Lucas García, antes del golpe de Estado de Ríos Montt, ocurrió la quema de la Embajada de España el 31 de enero de 1980.

Yo puedo decir que cada hecho que ocurrió en Guatemala en el año ochenta y dos y ochenta y tres lo viví con angustia, muy cerca porque en ese entonces era muy cerca la quema de mi padre Vicente Menchú. Pero también en el caso nuestro, en el año 83, fue fusilado mi hermano Víctor Menchú. Fue fusilado en Uspantán igualmente muy cerca de la región de Ixil. Mi hermano huyó con sus tres hijos a la montaña, mi cuñada había sido degollada y él sobrevivió con sus tres hijos; después de varios meses lo capturaron y lo trajeron al pueblo de Uspantán, lo encarcelaron en el pueblo pero a los tres hijos los llevaron, los confinaron en un destacamento militar que se llamaba Chejul, mis dos sobrinas murieron de hambre en el destacamento y mi hermano Víctor fue fusilado. Hasta la fecha no encontramos los restos de Víctor, encontramos un expediente que dice que se encontraron su cadáver con múltiples balas en el lugar donde la gente dice que fue fusilado.

Pero un juez, un juez que dictaminó sobre su muerte, que lo dio por muerto, pero no dice donde lo dejaron, no dice donde dejaron sus restos. Lo que supimos es que mi hermano Victor también está en una fosa común. Esto es lo más cercano a mi, de quienes perdieron la vida hay muchos otros. Pero lo que es mi mamá, mi padre, mi hermano Victor, mi hermano Patrocinio, mi cuñada María fueron lo mas cercano a nosotros. Ahora es por eso creo, creo que el juicio contra Rios Montt posiblemente sea una oportunidad para empezar a cerrar un capítulo de nuestros vidas, un capítulo de dolor, y un capítulo de, pues de volver a empezar una relación nueva con todos los guatemaltecos.

Porque nosotros durante el genocidio nos sentimos solos. En aquellos años, nos sentimos con mucha impotencia. Como que nadie estuviera a favor de nosotros. Y hoy un tribunal que ha dicho que hubo genocidio. Y para nosotros es suficiente que se reconozca el genocidio. Y que nadie olvide lo que ha nosotros en carne propio nos toco vivir.

Transcripción por: Andres Conteris, Igor Moreno, Amalia Ospina y Clara Ibarra.

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