Bruselas está en alerta roja, pero ¿qué hará Europa con los musulmanes que viven en “guetos marginales”?

Reportaje23 de noviembre de 2015

Bruselas, la capital de Bélgica, se encuentra en alerta de máxima seguridad. Sus residentes permanecen bajo llave, se indica a la gente que se mantenga alejada de las ventanas y las escuelas están cerradas, mientras la policía y los soldados realizan redadas en busca de los sospechosos del atentado que tuvo lugar en París hace 10 días, en el que murieron 130 personas. Las redadas policiales nocturnas tuvieron como resultado 16 arrestos, sin que se encontraran armas de fuego ni explosivos. Salah Abdeslam, el principal sospechoso del atentado en París, que escapó hacia Bruselas en auto, sigue prófugo. Mientras tanto, el primer ministro belga, Charles Michel, ha dicho que Bruselas seguirá en alerta del más alto nivel de amenaza a la seguridad del país, que se declara cuando la amenaza de un ataque es “grave e inminente”. Hablamos del tema con el activista de derechos humanos nacido en Bélgica, Peter Bouckaert, director de emergencias de Human Rights Watch, que durante los últimos meses ha mantenido contacto con refugiados que llegan a Europa provenientes, en su mayoría, de Siria, Afganistán e Irak. Él analiza lo que llama “guetos marginales” en los que viven muchos inmigrantes en las ciudades europeas, como ser el suburbio de Bruselas llamado Molenbeek, donde vivían algunos de los responsables de los ataques en París. “Realmente Europa debería ocuparse más de las comunidades musulmanas marginadas que existen dentro de sus fronteras, tratando de satisfacer mejor sus necesidades y garantizando a la gente joven el acceso a la educación y la disponibilidad de trabajo. Porque la realidad es que la mayor parte de las personas que llevaron a cabo el atentado en París eran ciudadanos franceses —algunos de ellos residentes en Molenbeek— que vivieron en Francia toda su vida”, dice Bouckaert. También señala que Bélgica es, hace décadas, un centro de tráfico ilegal de armas.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Los habitantes de Bruselas, la capital de Bélgica, permanecen encerrados en sus casas mientras policías y soldados recorren la ciudad en busca de personas sospechosas de estar vinculadas a los atentados que tuvieron lugar en París hace diez días, dejando 130 personas muertas. Se han realizado redadas nocturnas en las que se produjeron dieciséis detenciones. No se encontraron armas ni explosivos y Salah Abdeslam, principal sospechoso de los atentados de París que luego viajo hacia Bruselas en auto, sigue en libertad. Mientras tanto, el primer ministro belga, Charles Michel, dice que Bruselas permanecerá bajo la alerta de seguridad más alta prevista por las regulaciones de su país, que se establece al considerar que la amenaza de un ataque es seria e inminente. Las autoridades han indicado a la gente que se mantenga alejada de las ventanas se ha suspendido el transporte público, y se han cerrado las escuelas y museos. Bruselas es, además, la capital de la Unión Europea. Estas oficinas permanecerán abiertas, con una mayor cantidad de patrullas de vigilancia.

Para ampliar esta información, estamos en comunicación con Peter Bouckaert, director de emergencias de la organización Human Rights Watch, que ha trabajado en zonas de guerra durante décadas. En los últimos meses ha estado en contacto con refugiados llegados a Europa principalmente desde Siria, Afganistán e Irak. A través de sus publicaciones en Twitter, Bouckaert ha ayudado a difundir cómo viven realmente los refugiados que huyen de la violencia en sus países de origen. Él fue una de las primeras personas que compartió las imágenes de Alan Kurdi, un niño sirio de tres años que se ahogó en una playa de Turquía. La semana pasada, Bouckaert pasó unos días por Nueva York. Conversamos con él sobre el conflicto de los refugiados, comenzando por su país natal, Bélgica, y su capital, Bruselas, y la descripción de lo que él llama “guetos marginales” urbanos, en los que viven muchos inmigrantes en las metrópolis europeas. En particular, mencionó las condiciones de vida en Molenbeek, Bruselas, donde vivían algunos de los responsables de los ataques en París.

PETER BOUCKAERT: Algunos de los atacantes vivían en un suburbio marginal de Bruselas, llamado Molenbeek. Es el lugar donde el atentado parece haber sido planeado y donde otros tantos ataques terroristas se han planeado anteriormente. Es también un lugar de tráfico… un lugar donde es muy fácil conseguir armas.

Y creo que hay dos lecciones que podemos aprender en este sentido. La primera es que… y esta es una lección importante para Estados Unidos. Cuando acogemos refugiados —o migrantes, para el caso— es muy importante integrarlos en nuestras sociedades y brindarles el aprendizaje del idioma y el apoyo que necesitan para convertirse en miembros productivos de la sociedad. Y uno de los errores más graves que Europa ha cometido, ya hace varias décadas, es poner a gente en estos guetos marginales, que es, básicamente, donde se ha desarrollado el extremismo. Y por eso son tan peligrosas las políticas que están impulsando los gobernadores de Estados Unidos, porque no pueden impedir que estos refugiados lleguen a sus estados —esa es una decisión del gobierno federal— pero sí pueden negarles el apoyo que necesitan para integrarse en sus comunidades. Y eso ciertamente podría generar un peligro en el futuro.

AMY GOODMAN: Cuéntanos más sobre Molenbeek.

PETER BOUCKAERT: Bueno, es un barrio donde el acceso a las armas es muy fácil.

AMY GOODMAN: ¿Por qué?

PETER BOUCKAERT: Porque Bélgica viene siendo un centro de tráfico ilegal hace décadas. Históricamente, desde allí han salido armas para diferentes conflictos como el de Angola. Y ese tráfico ha facilitado el acceso a las armas en general. Y ese es un proceso muy peligroso, porque por unos pocos miles de dólares, en el mercado negro de Bélgica se pueden comprar Kalashnikovs y otras armas de guerra.

AMY GOODMAN: ¿Te sorprendió enterarte de este vínculo entre quienes hicieron el atentado en París, algunos de ellos, y el barrio Molenbeek en Bruselas, Bélgica?

PETER BOUCKAERT: No me sorprendió realmente, porque hace muchos años que trabajo sobre el conflicto sirio y he visto mucha gente de estas zonas de Bélgica y Francia que se iba a luchar en Siria. Y bueno, Europa se ha concentrado tanto en el tema del pasaporte falso, cuando debería más bien concentrarse en ver qué pasa en las comunidades musulmanas marginadas de sus propios países, tratar de satisfacer mejor sus necesidades y garantizar el acceso de los jóvenes a la educación y el trabajo. Porque la realidad es que la mayor parte de las personas que llevaron a cabo los atentados en París eran ciudadanos franceses, algunos de ellos residentes de Molenbeek, y habían vivido en Francia toda su vida.

AMY GOODMAN: Cuéntanos la historia de esta gente. Creo que la gente se interesa más los refugiados, no cuando escucha cifras como un millón o mil, sino cuando escucha la historia de una persona en concreto.

PETER BOUCKAERT: He conocido muchas personas, cuyas historias son trágicas y muchas veces también motivadoras. He conocido mucha gente siria que pasó por ese viaje en bote y luego se quedó en Grecia, de hecho, para ayudar a recibir a sus compatriotas sirios. Pero una persona cuya historia me movilizó mucho fue un médico proveniente de Siria, el Dr. Ali Jabour [fonética]. El realizó este viaje y cuando lo conocí, hace unos dos meses en Hungría, estaba durmiendo en la calle. Y simplemente imagina que te has pasado cuatro años en Siria, sacando gente de los escombros y salvándole la vida en el hospital… eres ciertamente un héroe. Y acabas pasando por este viaje, de total humillación. Escribí algo sobre él y mi texto termina diciendo que ahora está en Austria, un paso más cerca de lograr su sueño de continuar con sus estudios de medicina en Alemania. Y él me contactó desde Alemania y me dijo: “en realidad, esa última frase no es correcta, porque mi sueño es volver a Siria”.

AMY GOODMAN: Cuéntanos sobre el viaje que hizo. Explícanos cómo es que sale la gente de Siria.

PETER BOUCKAERT: La mayoría de esta gente tiene que vender su tierra y su casa, y endeudarse fuertemente con vecinos y familiares para poder hacer este viaje, ya que los contrabandistas de personas piden enormes sumas de dinero. Luego tienen que cruzar la frontera y entrar a Turquía, a menudo ilegalmente, pasando por encima de los alambrados, y allí tienen que llegar a encontrarse con los contrabandistas de personas, a quienes pagan como mínimo unos 1200 dólares, algunas veces mucho más, para que los metan en esos botes. Y a todos se les dice que el viaje será seguro, que en los botes sólo van 30 o 35 personas. Pero una vez en la costa, en cada bote terminan metiendo hasta 55 o 60 personas. Y los “coyotes” usan armas para obligar a la gente a embarcar. No hay nadie que guíe los botes. Le dan a alguno de los refugiados el mango del motor del bote de goma y se embarcan hacia la mar. Muchos botes se dañan en el mar y quedan durante horas a la deriva. Alguna gente nos ha contado que estuvo en el mar durante dos días. A veces, los botes son atacados.

AMY GOODMAN: ¿Y hacia dónde los lleva este viaje en bote?

PETER BOUCKAERT: Salen de Turquía, de la costa turca hacia las islas griegas. Y la cantidad de gente que lo hace ha ido creciendo de manera exponencial. En julio, llegaron 24.000 personas a la isla de Lesbos. En agosto, la cifra subió a 50.000. Y en septiembre fueron 111.000.

AMY GOODMAN: Entonces, ¿cuántos serían por día? Peter Bouckaert: Pueden ser hasta 5.000, 8.000 personas por día. Son unos 100 barcos.

AMY GOODMAN: Un centenar de barcos. Peter Bouckaert: Saca la cuenta. Yo lo hice, los contrabandistas de personas están ganando más de 100 millones de dólares a costa de la necesidad de esta gente.

AMY GOODMAN: ¿Y qué ocurre cuando llegan a Lesbos? ¿Qué pasa ahí?

PETER BOUCKAERT: Bueno, mucha gente cree que su viaje… que la peor parte de su viaje ha terminado cuando llegan a Lesbos. Pero en realidad, el sufrimiento apenas está comenzando. Cuando llegan a la playa, húmedos y muchas veces con frío, son recibidos por voluntarios que los ayudan y les dan ropa seca, cuando hay ropa seca disponible. Luego terminan en unos campamentos horribles, totalmente hacinados, donde hay muy poca protección y alimento, donde tienen que esperar días únicamente para obtener el papel que les permite tomar el barco a Atenas. Y luego siguen durmiendo a la intemperie con sus hijos… es impresionante la cantidad de bebés que hacen en este viaje, bebés y niños pequeños… así día tras día, día tras día hasta que finalmente llegan a Alemania. Y bueno, creo que el verdadero escándalo es que esta crisis lleva ya cinco meses, o un año. Y sigue creciendo, sin que haya aún ninguna una acción organizada de la Unión Europea, ni en términos de asumir una política coherente hacia los refugiados, ni en términos de salvar vidas en el mar, ni de satisfacer las necesidades humanitarias de estas personas. Esta no es una tarea inabarcable. O sea, es cierto estamos hablando de hasta 8000 personas al día y que parece un número enorme, pero todos los días manejamos multitudes así de grandes en conciertos de rock y partidos de fútbol. Y sí tenemos la capacidad para responder a las necesidades de esta gente de hacer que su viaje sea mucho más humano, pero no lo hacemos.

AMY GOODMAN: ¿Cómo incide el atentado en París en esta situación y en empeorar el horror que ya viven los refugiados? Me gustaría ir a lo que pasa en Estados Unidos, a Donald Trump, el republicano… uno de los principales candidatos presidenciales del partido republicano y sus palabras el lunes sobre los atentados en París.

DONALD TRUMP: Con todos los problemas… y probablemente han oído que al menos uno, y probablemente más, de los asesinos, los animales, que hicieron lo que hicieron en París, llegaron con la migración, ¿verdad? Llegaron con la migración. Y nuestro presidente quiere agarrar cientos de miles… cientos de miles de personas y meterlas en nuestro país. Y nosotros no… no, piénsenlo. Ni siquiera sabemos quiénes son. No hay ninguna averiguación, no hay nada.

AMY GOODMAN: Escuchábamos a Donald Trump. ¿Peter Bouckaert?

PETER BOUCKAERT: Bueno, generalmente mi política es no responder a declaraciones tan estúpidas. Pero bueno, en realidad, todo refugiado sirio que llega a Estados Unidos ha pasado por cuatro niveles de análisis de seguridad. Son los refugiados más meticulosamente investigados del mundo. Y no se ha producido ningún incidente con los cientos de miles de refugiados que EE.UU. ha recibido a través de los años. El sistema de valores de Estados Unidos se basa en la buena acogida de refugiados. Y nuestra herramienta más poderosa en la guerra contra el extremismo islámico, son nuestros valores. No nuestros aviones militares y bombas. La única forma en que podemos luchar contra esta brutalidad, esta barbarie, es con nuestros valores. Y si cerramos la puerta a los refugiados, le damos una victoria propagandística a ISIS. Y creo que exactamente por eso dejaron un pasaporte sirio falso en el lugar del atentado, porque les encantaría que le cerremos la puerta a la gente que está huyendo del denominado califato islámico.

AMY GOODMAN: ¿Y qué sucede con los refugiados afganos?

PETER BOUCKAERT: Bueno, creo que se ha prestado mayor atención a los refugiados sirios y sus dificultades. Pero lo que me decía un refugiado afgano es: “Los sirios han tenido cuatro años de guerra, ahora ya cerca de cinco. Nosotros hemos tenido 40”. Y no deberíamos ignorar las dificultades de las personas que huyen de Afganistán. El Talibán está resurgiendo en Afganistán. El Estado Islámico está persiguiendo a la gente también allí. La Alianza del Norte ha cometido muchos abusos. Y también hay refugiados afganos que están huyendo de Irán. Hay millones de afganos viviendo en Irán y uno de los motivos por los que están huyendo de allí, algo que se sabe muy poco, es que Irán está reclutando gente por la fuerza para a ir a luchar en Siria. Acorralan a los refugiados afganos, haciéndolos elegir entre ser deportados a Afganistán, un país en el que muchos de ellos no viven hace décadas y al que temen volver, o ser llevados por la fuerza a luchar para Assad en Siria.

AMY GOODMAN: Quiero seguir con este tema, esto de entender qué ha causado que la gente huya y cuál es nuestra responsabilidad al respecto, no solo como seres humanos sin mayor implicación en el tema que el hecho de ser seres humanos a quienes nos importan los otros seres humanos, sino también nuestra responsabilidad como causantes del conflicto de los refugiados.

PETER BOUCKAERT: Bueno, yo creo que es importante que la gente entienda que la invasión a Irak en 2003, y en particular las políticas irresponsables implementadas por el gobierno de Bush, tuvieron una incidencia muy directa en la creación del Estado islámico. Todo eso destrozó al Estado iraquí y dio lugar al crecimiento del extremismo islámico. Hay una única forma en que podemos responder a eso, y no es con una estrategia militar; y ciertamente no es con el uso de la fuerza. O sea, ya hemos visto que las políticas brutales llevadas a cabo por el gobierno de Bush, Rumsfeld y Cheney fracasaron totalmente. Fracasaron en el territorio. No lograron nada en lo referido a estabilizar Irak o lidiar con la amenaza del extremismo islámico. Así que bueno, me parece totalmente comprensible que después del atentado en París la gente quiera respuestas, que quieran ir a atacar al Estado Islámico, pero tenemos que ser inteligentes y aprender de nuestra propia historia. Y lo cierto es que una parte importante de la lucha contra el tipo de extremismo islámico que expresa el Estado Islámico, son nuestros valores, nuestro respeto por los derechos humanos y nuestra apertura a recibir refugiados.

AMY GOODMAN: Peter Bouckaert, fuiste uno de las primeras personas que publicó tuits con la imagen del niño de tres años de edad, Alan Kurdi. Cuéntanos su historia.

PETER BOUCKAERT: Bueno, Alan Kurdi vino de la ciudad de Kobani, que fue completamente destruida, en parte por el Estado Islámico pero también por los ataques aéreos que lanzó Estados Unidos en respuesta por la ocupación de la ciudad. Y él partió desde…

AMY GOODMAN: La ciudad de Kobani…

PETER BOUCKAERT: …de Kobani.

AMY GOODMAN: En Siria.

PETER BOUCKAERT: En Siria. Y él subió a uno de estos botes de goma y se ahogó junto a su madre y su hermano. Dos niños como Alan Kurdi mueren cada día en estos viajes. Y bueno, la imagen de Alan Kurdi atrajo mucha atención. Todos nos horrorizamos. Y por un breve momento, nos unimos en el sentimiento de que tenemos que hacer algo al respecto. Bueno, todavía es necesario que hagamos algo al respecto. Y algo que tenemos que hacer, lo más importante, es generar formas seguras y legales para recibir a las personas que buscan asilo, ayudarlas a salir de los horrores de la guerra, darles la oportunidad de educar a sus hijos porque esos niños y niñas representan el futuro de Siria. Y ahí… sólo en Turquía hay 400.000 niños, niños sirios, que no pueden ir a la escuela…

AMY GOODMAN: Explícanos…

PETER BOUCKAERT: …no tienen acceso a la educación, al haber huido de Siria. Así que es necesario hacer frente a esta verdadera crisis que sufre la región. O sea, incluso en las proyecciones que hace la Unión Europea para los años 2015, 2016 y 2017, los refugiados que recibiría Europa representarían un 0,4 por ciento de la población europea. Es una persona cada 250. Y bueno, en el Líbano una de cada cuatro personas es refugiada, proveniente de Siria. Así que los refugiados no están inundando Europa y ciertamente los refugiados sirios no están inundando el mundo. Podemos… no se trata de un problema de capacidad. Es un problema político.

AMY GOODMAN: Explícanos qué debería hacer EE.UU. ¿Qué cantidad de refugiados ha recibido EE.UU. y qué cantidad debería recibir?

PETER BOUCKAERT: Bueno, EE.UU. acoge 70.000 refugiados al año, muchos de los cuales vienen de lugares como Siria, Somalia e Irak. Ahora el presidente Obama ha prometido recibir más de 10.000 refugiados sirios al año. Son personas que serán investigadas meticulosamente y estoy seguro de que van a contribuir favorablemente a la sociedad estadounidense. O sea, me ha sorprendido el número de médicos, ingenieros y empresarios que he conocido en este viaje. Esta gente no viene esperando vivir del servicio social. Quiere venir y contribuir en la sociedad. Quiere construir un nuevo futuro para ellos y para sus hijos. Incluso la gente que está hoy en Alemania, en campos de refugiados, lo único que me pedían que les lleve son libros de idiomas. Quieren aprender alemán, salir de estos campamentos y comenzar una vida nueva.

AMY GOODMAN: En EE.UU., más de dos docenas de gobernadores se han negado a recibir refugiados sirios después de los atentados en París. Vamos a escuchar a uno de ellos, el gobernador de Texas, Greg Abbott.

GOB. GREGG ABBOTT: Del lado sirio, simplemente no existen bases de datos. Por lo tanto, con todos los refugiados sirios que dejemos entrar en el país, estaremos jugando a la misma ruleta que Europa jugó con los individuos que dejó entrar en Europa y luego terminaron participando en el atentado terrorista de París. Como gobernador del estado de Texas, me niego asumir el riesgo de tirar los dados y exponer a los texanos a ese peligro simplemente por aceptar recibir unos pocos refugiados.

AMY GOODMAN: Ese es el gobernador Abbott de Texas. Peter Bouckaert, de Human Rights Watch, ¿tu respuesta?

PETE BOUCKAERT: Bueno, creo que los hechos hablan por sí mismos. Cada año llegan 70.000 refugiados a Estados Unidos y ninguno de ellos ha estado involucrado en un acto terrorista. En Europa, la situación es diferente. Los procedimientos actuales allí son caóticos y Europa sí necesita elaborar una política coherente respecto a los refugiados, para poder lidiar con su llegada y realizar las investigaciones necesarias por cuestiones de seguridad. Pero la realidad es que EE.UU. tiene procedimientos de monitoreo que funcionan bien y una política de refugiados coherente, de modo que estas personas no presentan ningún peligro para Estados Unidos.

AMY GOODMAN: Escuchemos al gobernador Bentley, de Alabama.

GOB. ROBERT BENTLEY: Y creo que lo que yo quiero hacer como gobernador es garantizar que la gente de Alabama esté segura. Y si hay siquiera… si hubiera siquiera el más mínimo riesgo de que la gente que llega de Siria no es el tipo de gente que nos gustaría recibir, entonces no podemos correr ese riesgo.

AMY GOODMAN: Ese es el gobernador de Alabama, Robert Bentley. ¿Peter Bouckaert?

PETER BOUCKAERT: Mira, le puedo asegurar al gobernador que las personas que van a venir de Siria a Estados Unidos son exactamente el tipo de gente que queremos recibir en Estados Unidos. He conocido mucha gente en este viaje a quienes hubiera deseado tener como vecinos. Es gente que está huyendo de la guerra. Y Estados Unidos tiene una larga tradición de abrir sus puertas a quienes necesitan refugio.

AMY GOODMAN: ¿Cuál crees que es la solución al conflicto en Siria?

PETER BOUCKAERT: El conflicto en Siria es muy difícil de resolver. Básicamente, la solución es política. Y una cuestión realmente importante es garantizar que las diversas comunidades minoritarias, incluidos los cristianos, los asirios y los yazidis, así como los alauitas —que son la base de apoyo del presidente Bashar al-Assad— tengan una proyección de futuro en Siria. Porque muchas de estas comunidades hoy están apoyando al gobierno sirio, no porque les guste la política de Assad, sino por miedo al futuro. Y tienen toda la razón de tener ese miedo, porque lo que pasó en Irak es que muchas de estas comunidades fueron borradas del mapa. Los yazidis y los cristianos, sólo en el año pasado, perdieron la mayor parte de sus pueblos. Pero también hay otras cuestiones. O sea, hace dos años colaboré en la organización de una conferencia para mujeres sirias en Ginebra, con la activista Madeleine Rees, que trabaja por los derechos de las mujeres. Y fue realmente la primera vez que las mujeres tuvieron voz en el proceso de paz. Y bueno, llevamos la propuesta a los diplomáticos y se quedaron como diciendo, qué gran idea.

AMY GOODMAN: ¿Y cuál era la propuesta?

PETER BOUCKAERT: Hacer una conferencia de mujeres para hablar de sus ideas para el futuro de…

AMY GOODMAN: ¿Y cuáles eran sus ideas?

PETER BOUCKAERT: Su idea es que las mujeres tienen que estar presentes en las negociaciones, que no sólo se sienten hombres con armas a negociar. Hasta ese momento, la voz del 50% de la población de Siria había sido completamente ignorada en el proceso de paz. Y esto es algo que sucede todo el tiempo. Tenemos que garantizar que en la mesa de negociación no estén sólo quienes tienen las armas, que no se acceda a esa mesa solamente derramando sangre, sino que las voces morales de la comunidad, las mujeres, los líderes de la sociedad civil, quienes tienen mejores ideas para el futuro de Siria —lo mismo que en Congo y en todos estos conflictos— se sienten también en la mesa y tengan voz en las negociaciones.

AMY GOODMAN: Antes decías que crees que este pasaporte falso colocado junto a uno de los responsables del atentado en París, indicando que eran de Siria aunque en realidad no lo eran, fue de hecho un plan de ISIS para establecer el vínculo, ¿eso crees?

PETER BOUCKAERT: Sí. O sea, ISIS quiere que la gente vaya en manada a su califato islámico. Porque, realmente, que la gente huya del califato islámico muestra su oposición a la ideología de ISIS. Y he conocido mucha gente de Deir ez-Zor, Raqqa y Mosul que huye del terror de ISIS. Así que para ISIS es un logro que Europa les cierre la puerta en la cara a los refugiados. Realmente es un aporte para ISIS que haya musulmanes humillados en las calles de Europa.

AMY GOODMAN: ¿Y cómo ves la reacción de Francia y Estados Unidos de bombardear Raqqa tras los atentados de París? El bombardeo incesante que se está llevando a cabo, al que ahora Rusia también se suma, luego de confirmar que había estallado una bomba en el avión de pasajeros ruso. Cientos de miles de civiles viven en Raqqa todavía.

PETER BOUCKAERT: Sí. Bueno, claro, por desgracia es probable que tenga que existir un componente militar en el combate contra ISIS. Pero creo que debemos tener siempre presente que nuestro arsenal contiene mucho más que aviones y bombas. Y es muy importante entender que nuestros valores como sociedad, valores que radicalmente opuestos a la barbarie de ISIS, valores basados en el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas y sus vidas, son nuestra herramienta más importante para luchar contra este tipo de extremismo. Y a mí me preocupa que todo se haya centrado en la estrategia militar, cuando en realidad la lucha es por el corazón y la mente de la gente. Y para eso, el respeto por los derechos humanos y la dignidad humana son fundamentales.

AMY GOODMAN: Peter Bouckaert, director de emergencias de Human Rights Watch, que está en el país sólo por dos días y luego regresa a Europa, donde está trabajando con refugiados. Millones de personas están huyendo de la guerra en Irak, Afganistán, Siria. Peter está cubriendo el tema. Encontrarán la primera parte de nuestra entrevista con él en democracynow.org. Peter es originario de Bélgica. Esto es Democracy Now! Después de la pausa, conversamos con el alcalde de la ciudad más grande de Nueva Jersey. Quédense con nosotros.

Traducido por Frank Jiménez. Revisado por Verónica Gelman y Democracy Noe! en Español.

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