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En Pasadena, California, la organizadora del movimiento Black Lives Matter Jasmine Richards enfrenta cuatro años de cárcel después de haber sido condenada conforme a un estatuto rara vez usado en la ley de California, originalmente conocido como “delito por linchamiento”. Conforme al código penal de California, “el delito por linchamiento” se definía como un intento de sacar a una persona de la custodia policial. Jasmine fue detenida y acusada de delito por linchamiento en septiembre del año pasado, después de que un agente de policía la acusara de tratar de alejar a un compañero manifestante de la policía para impedir su detención durante una marcha pacífica en La Pintoresca Park en Pasadena, el 29 de agosto de 2015. La detención y el encarcelamiento de la joven activista negra acusada de delito por linchamiento desataron una gran polémica. Históricamente, el delito por linchamiento hacía referencia a una horda compuesta por personas blancas que sacaba a una persona negra de la custodia policial, con el propósito de colgarla extrajudicialmente. De hecho, el nombre de la ley era tan polémico que menos de dos meses antes de que Jasmine fuera detenida, el gobernador de California, Jerry Brown, aprobó una ley para anular la palabra “linchamiento” del código penal. Hablamos con la abogada de Richards, Nana Gyamfi, y con la organizadora del movimiento Black Lives Matter Melina Abdullah. “No sólo la condena, sino el mismo uso del término linchamiento, son usados para castigar a Jasmine Richards”, afirma Abdullah. “Es realmente asqueroso e irónico que la acusen y la condenen de linchamiento cuando el verdadero linchamiento es realizado de la misma manera en que era realizado a fines del siglo XIX y principios del XX, donde se suponía que se castigaba a quienes se atrevían a levantarse contra un sistema”.
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