“Elisa y Marcela” es una fascinante película que narra la historia del primer matrimonio entre personas del mismo sexo en España. Fue en el año 1901. Dos mujeres, Elisa Sánchez y Marcela Ibeas, se hicieron pasar por una pareja heterosexual cuando Elisa adoptó una identidad de hombre. Para hablarnos más sobre el film y su importancia en el mundo actual hablamos con Isabel Coixet, directora de la película. Coixet es una galardonada directora española de Barcelona, creadora de 12 largometrajes que incluyen “Mi vida sin mí”, “La elegida”, “Aprendiendo a conducir” y “La librería”, que obtuvo el premio Goya, el equivalente español al Oscar. Coixet afirma que “Elisa y Marcela” trata sobre “la injerencia del Estado y de la Iglesia en la vida cotidiana”. “Eso es algo que para mí siempre ha sido un poco el sinónimo del infierno. En el momento en que el Estado más la Iglesia, que es otro Estado, quiere controlar la vida íntima de las personas, es cuando deviene la tragedia, el horror y la opresión”, añade.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracynow.org, el informativo de guerra y paz, soy Amy Goodman. Una fascinante película narra la historia del primer matrimonio entre personas del mismo sexo en España. Fue en el año 1901. Dos mujeres, Elisa Sánchez y Marcela Ibeas, se hicieron pasar por una pareja heterosexual cuando Elisa adoptó una identidad de hombre. Este es el tráiler de la película.
ELISA SÁNCHEZ LORIGA: [Interpretada por Natalia de Molina] Querida Marcela: Cuatro semanas, tres días y nueve horas nos separan de la última vez que pude olerte.
MARCELA GRACIA IBEAS: [Interpretada por Greta Fernández] Querida Elisa: Hay días en los que me imagino a tu lado mientras escribes.
ELISA SÁNCHEZ LORIGA: Esto es real, ¿verdad? No es un sueño.
PADRE DE ELISA: ¿Quién era esa, la que te acompañaba?
MARCELA GRACIA IBEAS: De la escuela. Su tía es la directora.
PADRE DE ELISA: Y como te importa tanto tu educación, tu madre y yo hemos decidido que vayas de interna a un colegio de Madrid. ¿A dónde vas?
MARCELA GRACIA IBEAS: ¡Déjeme! ¡Suélteme!
MARCELA GRACIA IBEAS: Tenemos que seguirles el juego. Fingir que somos como todo el mundo.
ELISA SÁNCHEZ LORIGA: Sabes lo que tenemos que hacer.
CURA: Los uno en matrimonio en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MARCELA GRACIA IBEAS: Amén.
CURA: ¿Podríamos conocer a tu marido?
MARCELA GRACIA IBEAS: Pero ¿porqué se meten en la vida de los demás?
POLICÍA: Ustedes dos están bajo arresto por orden del Gobierno portugués.
ELISA SÁNCHEZ LORIGA: La cárcel está bien. Lo que no está bien es allá afuera.
ELISA SÁNCHEZ LORIGA: No somos un fenómeno de feria.
HOMBRE: Ábreme la puerta.
MARCELA GRACIA IBEAS: No hay escapatoria.
CURA: Si eres un hombre, demuéstralo.
ELISA SÁNCHEZ LORIGA: Se lo ruego, no me haga esto.
MARCELA GRACIA IBEAS: Y, ahora, ¿qué va a pasar?
AMY GOODMAN: Ese era tráiler de “Elisa y Marcela”. Para hablarnos más sobre el film y su importancia en el mundo actual nos acompaña Isabel Coixet, directora de la película. Coixet es una galardonada directora española de Barcelona. Ha dirigido 12 largometrajes que incluyen “Mi vida sin mí”, “La elegida”, “Aprendiendo a conducir” y “La librería”, que obtuvo el premio Goya, el equivalente español al Oscar. Su película más reciente, producida por Netflix, es “Elisa y Marcela”. Además de sus largometrajes de ficción y no ficción ha dirigido varios documentales, entre ellos “Escuchando al Juez Garzón”.
Isabel, es un placer tenerla aquí hoy con nosotros. Cuéntenos la historia de “Elisa y Marcela”.
ISABEL COIXET: Elisa y Marcela eran dos mujeres, dos maestras, que se conocieron en Galicia en 1901, o sea, a principios del siglo XX, que se enamoraron y que, para poder estar juntas, urdieron una trama un poco complicada. Una se hizo pasar por un hombre y robó la personalidad de su primo, de un primo que se había ahogado, y engañaron a la Iglesia Católica y se casaron por la Iglesia. Evidentemente, a los pocos días, fueron descubiertas y fueron perseguidas, huyeron a Portugal, y cuando supe de la historia, pensé: “Tengo que hacer una película”.
AMY GOODMAN: ¿Así que estas mujeres se casaron como si fueran una pareja heterosexual? Elisa se disfrazó de hombre, lo que no significa que fuera una persona trans. Esta historia se basa en hechos reales. ¿Cuánto tiempo ha estado tratando de realizar esta película? ¿Diez años?
ISABEL COIXET: Sí.
AMY GOODMAN: ¿Qué impedimentos había para realizarla?
ISABEL COIXET: Yo creo que el momento en que yo empecé a querer hacer la historia, estas dos mujeres eran vistas como “freaks”, como fenómenos de feria. Entonces, la película pasó por… el proyecto pasó por muchos productores. Fue difícil encontrar el dinero. Hasta que hace apenas un año y medio, a Netflix le interesó la historia y me dijeron que adelante.
Conté con algo inestimable, que es la colaboración de Narciso de Gabriel, que fue el historiador que descubrió esta historia y que investigó todo lo investigable sobre sobre ella y que nos ayudó mucho durante el rodaje.
AMY GOODMAN: Isabel Coixet, a usted se le conoce por grabar sus propias películas. Explíquenos cómo surgió esto y cómo no ha soltado la cámara desde su niñez.
ISABEL COIXET: A mi siempre me han fascinado las cámaras. Siempre me han parecido eso. Desde mi primera cámara de súper 8, cuando me regalaron mi primera cámara hace muchos, muchos años, siempre me han parecido instrumentos maravillosos para contar historias. El procedimiento normal, que es que el director habla con los actores y luego se va al monitor, que está a la distancia, y luego hay alguien en la cámara filmándolos, siempre me ha parecido distante y frío. Y yo no hago películas ni distantes ni frías. Entonces, siempre me apasiona estar con la cámara junto a ellos. En mi experiencia, a los actores les funciona, se sienten acompañados y se sienten acariciados por la cámara. Es lo que pretendo siempre.
AMY GOODMAN: ¿Qué es la mirada femenina para usted?
ISABEL COIXET: La mirada femenina es una cosa que para que para mí siempre ha sido muy natural. Siempre me preguntan: “Pero ¿por qué todas tus películas tienen personajes centrales mujeres?”. Para mí es algo tan natural que ni me lo planteo. Yo siempre digo que es verdad que hay una mirada femenina, pero que esa mirada femenina es la mirada de la mitad de la población del mundo y que tiene que contar y tiene que estar. Las chicas tienen que tener referentes de historias donde ellas son las heroínas, pero también las villanas. Cuidado. La mirada femenina no significa que perdones más la conducta de la mujer. Simplemente significa que tú la comprendes más, la pones en un contexto patriarcal y puedes explorarla de una manera más profunda. La mirada femenina es tan interesante, fascinante, compleja, quizá incluso más que la mirada masculina.
AMY GOODMAN: Ha mencionado que John Berger, el autor de “Modos de ver”, tiene una profunda influencia en cómo usted entiende el mundo. Describa quién es él y por qué ha tenido tanto efecto sobre usted.
ISABEL COIXET: Para mí John Berger es el artista total. Él empezó como un crítico literario, perdón, un crítico de arte. De hecho, los programas que él hizo para la BBC en los años 70 todavía hoy, si ves esos programas, ves a un hombre en estado de éxtasis y capaz de contagiarte el éxtasis que el arte puede producir. Pero, no un éxtasis que se ciñe al mundo artístico, es un éxtasis que viene de la conexión del arte con la vida, con la política y con la sociedad. Y creo que esa conexión que John hace de todos los elementos de la vida, de los elementos externos e internos, es algo que hace que su discurso sea riquísimo.
John murió hace dos año. Ha escrito poemas, ensayos, ensayos políticos. Ha sido una persona que ha estado, yo creo que siempre, al lado de los oprimidos de todas clases desde un punto además absolutamente empático. Yo siempre cuento el momento en el que durante un viaje que él hizo a Gaza nos encontramos en París y cómo él era capaz de hablar del dolor, de la violencia, del odio que había visto en la población palestina, en los asentamientos de Gaza, pero, a la vez, no se le escapaba la mirada de un soldado israelí lleno de miedo, y cómo conseguía conectar esas dos cosas sin olvidar, evidentemente, un contexto sociopolítico del que hacía un análisis yo creo que absolutamente magistral.
La capacidad de extraer de cualquier conflicto o de cualquier situación mundana, desde los asentamientos de Gaza hasta cómo un pastor en un pueblo de Francia esquila sus ovejas, esta conexión que él hacía con todo, a mí me ha fascinado siempre. Para mí es una lección. Desde que conocí su obra y le conocí a él, siempre me ha influido esa conexión entre todas las cosas. Tú cuentas una historia, pero tu historia no es una historia aislada en la historia. En la historia influyen hasta las historias más íntimas de la vida cotidiana. En el caso, por ejemplo, de “Elisa y Marcela”, ese amor y esa pasión tienen que ver también con la injerencia del Estado y de la Iglesia en la vida cotidiana, que es algo que para mí siempre ha sido un poco el sinónimo del infierno. En el momento en que el Estado y la Iglesia, que es otro Estado, quieren controlar la vida íntima de las personas, es cuando deviene la tragedia, el horror y la opresión.
AMY GOODMAN: Háblenos de la influencia de Rilke, el poeta austríaco bohemio.
ISABEL COIXET: Cuando hablo en una escuela de cine procuro hablar poco de cine. Yo siempre creo que un director de cine tiene que tener una formación humanística. O sea, un director de cine tiene que saber quién es en el mundo y quién es él respecto a la historia que quiere contar y al contexto donde esa historia pasa. Siempre digo que hay dos libros que recomiendo a todos los estudiantes de cine que son: “Ways of Seeing”, “Modos de ver”, de John Berger y “Cartas a un joven poeta” de Rilke. Porque yo creo que todo lo que tienes que saber para desenvolverte en el mundo del cine está ahí. Cuando Rilke habla de humildad en las “Cartas a un joven poeta”, es lo mismo que yo diría a la gente que quiere hacer cine, pero que está más enamorada de la idea de ser director de cine que del cine en sí mismo. Eso es algo que, evidentemente, Rilke habla de él en la poesía, pero tu sustituyes la palabra poesía por cine y es exactamente lo mismo. De todas maneras, yo creo que en estos momentos, en la enseñanza de cine, veo que hay muy pocas escuelas, salvo grandes excepciones, que ponen filosofía o historia, y esto me preocupa. Creo que en el mundo hay grandes directores y directoras, muy formados técnicamente, pero que hay algo ahí que falta.
AMY GOODMAN: Veamos otra escena de la película “Elisa y Marcela”.
ELISA SÁNCHEZ LORIGA: [Interpretada por Natalia de Molina] Marcela, estás a tiempo de tener otra vida. Una vida normal.
bq. MARCELA GRACIA IBEAS: [Interpretada por Greta Fernández] shh… cállate. Mi vida normal es contigo.
AMY GOODMAN: Háblenos de cómo grabó esta película. De la intimidad que estableció con estas mujeres.
ISABEL COIXET: En “Elisa y Marcela” hay muchas escenas de un territorio que para mí era fundamental. De hecho, ha habido muchas críticas sobre la manera en que he contado las escenas de cama y de sexo entre ellas. Primero, para mí eran escenas fundamentales porque el sexo es el único territorio libre que les queda, y cuando ese territorio está amenazado, es cuando deciden dar el paso. Deciden dar el paso de arriesgarse a que una se disfrace de hombre. Desaparezca. Vuelva. Se casen. Toda esta peripecia, que ocurrió de verdad, para mí está justificada también por esa pasión que descubren cuando están solas y lo único que hay es ellas dos, sus pieles y el amor que sienten una por la otra.
Esas escenas yo creo que están filmadas desde un punto de vista de cómplice. Primero, en el equipo éramos todas mujeres. Yo creo que en “Elisa y Marcela” el 80 % del equipo, en todos los departamentos, arte, todo, somos mujeres. Todo el mundo sabía muy bien que eran escenas complicadas. Ahora cuando se habla… ahora hay está figura en el cine americano y en la televisión: “the intimacy coordinator”, el coordinador de intimidad. Yo pienso que un director de cine tiene que… me parece que su responsabilidad es proteger a sus actores, saber realmente cuando hay algo que no funciona, que no quieren hacer, que se ven obligados, estar con ellos. Y, en ese sentido, el hecho de que yo, el director que ha escrito el guión, esté detrás de la cámara, creo que garantiza que todo lo que enseñamos es algo que queremos enseñar, que nos sentimos orgullosas de enseñar y que no tiene, en ningún caso, ningún contenido con un propósito ulterior que no sea contar la historia. En ese sentido, la intimidad también es mi territorio. Todas mis películas, al final, donde tienen su dimensión más redonda, es el territorio de la intimidad. A mí me gusta la intimidad.
AMY GOODMAN: Estamos hablando con Isabel Coixet, la destacada cineasta española. Tengo aquí un artículo del Hollywood Reporter. El titular es el siguiente: “Cómo las cineastas están cambiando el cine español”. Aquí se indica que usted es la más conocida de todas y cómo esta nueva generación de mujeres directoras, mujeres catalanas directoras, se han distanciado del melodrama y del machismo vinculado a las películas españolas.
ISABEL COIXET: Seguramente el melodrama sí que se asocia con las películas españolas, pero el machismo… no creo que ese sea un tema que se haya tocado realmente en el cine español. Pero es verdad que hay una nueva generación de mujeres que están haciendo películas interesantísimas, brillantes, maravillosas y me siento muy orgullosa de haber sido parte en la producción de muchos de esos cortometrajes y películas. La última película, por ejemplo, de Elena Trapé, una joven directora de Barcelona, que se llama “Las distancias” y que para mí es un análisis muy bonito de esta generación de españoles que han tenido que irse a Alemania a vivir y a estudiar y hacer másters porque las condiciones de trabajo en España son mucho más precarias. Sí que es cierto que hay películas buenísimas. Uno de los grandes ejemplos es la película de Carla Simón, “Verano 1993”, que es para mí un ejemplo precioso de una mirada femenina, pero de una mirada femenina muy joven y muy sabia.
AMY GOODMAN: Más allá del cine, usted vive en Barcelona, la capital de Cataluña, región que se encuentra sumida en una controversia por el asunto de la independencia. Usted se manifiesta con franqueza sobre el tema. ¿Podría hablarnos sobre sus puntos de vista?
ISABEL COIXET: Bueno, yo soy de Barcelona. Me considero catalana. Me considero también española. Me considero europea. Creo que en este momento de la historia… los nacionalismos, históricamente, también han sido grandes ejercicios de nostalgia. Y la nostalgia, cuando está vacía de contenido social, para mí, no tiene mucho valor. Sé que hay mucha gente que, genuinamente, piensa que Cataluña independiente será mejor y la vida de sus ciudadanos será mejor. Yo pienso todo lo contrario y, sobre todo, lo pienso porque las propuestas de los partidos independentistas se cierran y paran en la independencia y en la autonomía. La siguiente pregunta que haces es: “Bueno, pero todo esto ¿para qué?”. Y, a partir de ahí, ya no hay plan. Ya no hay un modelo social que me parezca deseable y que me parezca que haga la vida de los ciudadanos mejor. Lo que ocurre ahora es una especie de impasse. Habrá unas nuevas elecciones pronto, creo. Yo creo que la población sigue estando dividida entre los que piensan que la independencia será y ocurrirá, y los que pensamos que ojalá no ocurra.
Pero claro, yo creo que mucha gente lo que no sabe es que en Cataluña los documentos legales son en catalán, las calles, en la escuela, la educación, la sanidad… hay un grado de independencia, yo diría que mucho mayor que cualquier República Federal de Alemania. No sé muy bien qué es… después de conseguir la independencia no hay, en ninguno de los partidos que la sostienen, ningún plan, ningún modelo social que sea deseable. De entrada no tienen ningún modelo social…
AMY GOODMAN: ¿Así como un plan progresista? ¿No lo ve como progresista o que promueva las causas socialistas?
ISABEL COIXET: Sí. Es que no hay plan. Justamente cuando se produjo hace dos años esa declaración de independencia que duró muy poco tiempo yo creo que, al menos, todo el mundo se dio cuenta de que los partidos que quieren la independencia no tienen ningún plan para el día después.
AMY GOODMAN: Y, ¿qué tiene que decir de la respuesta que tuvo el Estado, Madrid? Esta masiva represión policial que resultó en cientos de personas heridas en Cataluña.
ISABEL COIXET: Evidentemente me parece un espanto. Me parece horroroso. Me parece que fue completamente desmesurado y desde luego lo que yo vi clarísimo es que eso iba a alimentar todavía mucho más la independencia. Yo creo que mucha gente en ese momento, como respuesta a esa violenta reacción de Madrid, los que dudaban, se apuntaron también a la independencia. Yo creo que fue un error absoluto e innecesario, absolutamente innecesario. Qué voy a pensar. Es horrible.
AMY GOODMAN: ¿Qué hay del auge de la derecha? No solo se da en Europa, sino también en Estados Unidos. España no va en esa dirección precisamente. En Barcelona la alcaldesa Ada Colau ha sido reelecta. ¿Podría hablar de su importancia pero también sobre lo que se ve en otros países?
ISABEL COIXET: Para mí, Ada tiene una oportunidad en estos próximos cuatro años de completar su modelo social, porque Ada ha sido una activista, Ada tiene una idea para la ciudad y tiene unos intereses que para mí van en conexión con lo que necesita la mayoría, con las madres que trabajan, la situación de los inmigrantes. Hay que hacer un plan también para regular el turismo y ver cómo Barcelona sigue siendo una ciudad importante como capital del turismo, yo diría europeo, en este momento, pero a la vez analicemos realmente cómo esto afecta la vida de los ciudadanos.
Yo siempre digo que hay ese momento hace cuatro años cuando Manuela Carmena, una mujer progresista excepcional, estaba en la alcaldía de Madrid, Anne Hidalgo todavía sigue en la alcaldía de París y Ada estaba en Barcelona. Yo pienso si esas tres mujeres, con Angela Merkel, con todas sus contradicciones, hicieran un grupo, diría que sería un gran plan para Europa y para el mundo. Si estas cuatro mujeres realmente se pusieran de acuerdo para gobernarlo. Sería difícil, lo sé.
AMY GOODMAN: Para finalizar, hable de sus próximos proyectos. Acaba de estrenar “Elisa y Marcela”, que se puede ver en Netflix. ¿Cuál es su próximo trabajo?
ISABEL COIXET: Estoy montando, editando, una serie que he creado para HBO que se llama “Foodie Love”. Es una historia de amor. Es una historia en ocho capítulos de media hora donde una pareja se conoce tomando un café. Los “foodies” somos… la traducción en español de “foodies” sería comidista. Esa gente que somos capaces de ir a Queens porque hay un sitio, a “hole-in-the-wall”, donde hacen una pizza turca excepcional. Entonces son un hombre y una mujer, en los treintas, que han pasado por muchas historias de amor y por muchos desengaños y, bueno, se acercan, se alejan, comen mucho, hablan mucho, piensan mucho, follan un poco. No sé, es una historia de amor romántica con mucha comida, que hemos rodado en Barcelona, en el sur de Francia, en Roma y finalmente en Tokio.
AMY GOODMAN: Gracias por compartir con nosotros este tiempo y bienvenida de nuevo a Estados Unidos. Hemos estado conversando con Isabel Coixet, galardonada directora española de Barcelona. Sus películas incluyen “Mi vida sin mí”, “La elegida”, “Aprendiendo a conducir” y “La librería”, que obtuvo el premio español Goya. Su película más reciente, producida por Netflix y disponible en esa plataforma, es “Elisa y Marcela”. Además de sus largometrajes ha dirigido varios documentales, entre ellos “Escuchando al Juez Garzón”. Esto es Democracy Now! Democracy.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman.
Producido por Igor Moreno Unanua, Ileán Pérez y Democracy Now!.
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