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Mientras toda Italia se declaró en cuarentena, cerca de treinta cárceles del país tuvieron disturbios el domingo 8 y el lunes 9 de marzo luego que se suspendiera el derecho a recibir visitas, en respuesta al brote. En una revuelta producida en una cárcel del sur de Italia, murieron al menos seis personas detenidas mientras que cincuenta escaparon. Según se informa, los presos provocaron incendios, atacaron a los guardias e incluso se escaparon de varios centros de detención. Esto se produce en momentos que la ONU confirmó que el coronavirus había llegado a las cárceles de Irán, mientras que el número de casos en ese país continua aumentando dramáticamente. Irán liberó temporariamente a unos setenta mil presos en respuesta al coronavirus. Y aumentan las preocupaciones acerca de la salud de, al menos, un millón de musulmanes uigures que están detenidos en campamentos en el oeste de China. Se confirmaron, al menos, trece casos de coronavirus en la región de Xinjiang. En Estados Unidos, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, enfrenta una reacción violenta tras anunciar el lunes 9 de marzo que el estado de Nueva York respondería al creciente brote de coronavirus con la producción de su propio desinfectante de manos hecho por los presos con una paga inferior a un dólar la hora. Los presos harán el desinfectante de manos con 75% de alcohol por un promedio de 65 centavos de dólares la hora. Pero no está claro si podrán usar ese producto para protegerse de una posible infección. Los artículos que contienen alcohol generalmente se consideran contrabando de presos.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Keri Blakinger, periodista de The Marshall Project, que se comunica desde Houston.
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