En la ciudad de Atlanta, en Estados Unidos, la alcaldesa Keisha Lance Bottoms ordenó al Departamento de Policía de la ciudad modificar su política de uso de la fuerza tras la muerte a manos de la policía de Rayshard Brooks, un hombre afroestadounidense que se encontraba desarmado y fue baleado a muerte en el estacionamiento de un restaurante de comida rápida Wendy’s. Inicialmente, los agentes se acercaron a Brooks porque se había quedado dormido en su automóvil. La alcaldesa Bottoms describió la muerte de Brooks como un “asesinato”. El lunes, la familia de Rayshard Brooks dialogó con la prensa. Estas son las palabras expresadas por su primo Jymaco.
Jymaco Brooks afirmó: “Si se preguntan cómo era este joven negro, observen a sus hijos cuando los vean reír, esa inocencia, esa alegría, esa pureza de espíritu, y vislumbrarán lo que perdimos. Vislumbrarán cómo se siente”.
Mientras tanto, el Departamento de Policía de Atlanta reveló que Garrett Rolfe, el agente que le disparó a Brooks, había sido objeto de varias denuncias ciudadanas que se remontan hasta 2015, pero nunca se adoptaron medidas en su contra. Rolfe fue despedido después del tiroteo del viernes. Registros disciplinarios recientemente publicados muestran que el otro policía que se encontraba en la escena, Devin Brosnan, también disparó su arma ese día. A Brosnan se le impuso licencia administrativa.