La hermana Dianna Ortiz, una monja católica y ferviente opositora a la tortura, falleció de cáncer a la edad de 62 años. En 1989, la hermana Dianna Ortiz fue secuestrada en su lugar de trabajo por miembros del Ejército guatemalteco entrenados en Estados Unidos. Veinticuatro horas después, Ortiz consiguió escapar. Sin embargo, en ese breve período de tiempo, Ortiz fue torturada, violada y obligada a torturar a una mujer que ya estaba al borde de la muerte. En su autobiografía, titulada “Los ojos vendados: Mi viaje de la tortura a la verdad”, Ortiz escribió sobre la complicidad de Estados Unidos con el sistema político represivo de Guatemala y con la tortura y el asesinato de más de 150.000 guatemaltecos. En 2002, habló con Democracy Now! en una entrevista en nuestro estudio.
Hermana Dianna Ortiz: “Hago un verdadero llamado al pueblo estadounidense: Por favor, hagan todo lo posible para evitar que la tortura destruya y devaste más vidas. Nuestro Gobierno habla de poner fin a la guerra contra el terrorismo. La tortura es una forma de terrorismo. Esa es mi súplica”.
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