En el estado de Texas, organizaciones de ayuda humanitaria se están preparando para las temperaturas heladas previstas para el fin de semana a medida que un número creciente de solicitantes de asilo continúa llegando desde la frontera entre Estados Unidos y México. En la ciudad de El Paso, cientos de solicitantes de asilo se han visto obligados a dormir en la calle después de que los albergues alcanzaran su capacidad máxima. Grupos de migrantes permanecen varados en México después de que la Corte Suprema de Estados Unidos suspendiera temporalmente la terminación de la política migratoria basada en el Título 42 del Código de Regulaciones Federales que se inició durante la presidencia de Trump para permitir que las autoridades de inmigración expulsen a solicitantes de asilo sin el debido proceso, alegando motivos de salud pública a raíz de la pandemia. La política se ha utilizado para impedir que más de dos millones de personas ingresen a Estados Unidos en busca de refugio. Al otro lado de la frontera, en Ciudad Juárez, México, cientos de personas hicieron fila este jueves, a pesar de las temperaturas heladas, con la esperanza de que se les permitiera ingresar a Estados Unidos. Estas fueron las palabras expresadas por Crismary Rodríguez, una ciudadana venezolana que viajó a la frontera entre Estados Unidos y México con su familia.
Crismary Rodríguez: “Uno que tiene a su familia y quiere sacar sus hijos adelante no puede pasar, no puede ingresar [a Estados Unidos]. Y, otra cosa, estamos en Navidad. Muchos están compartiendo con sus familias. Uno se tuvo que venir fuera de su familia, nuestros hijos están pasando necesidad y hay un 24 de diciembre que tú no sabes dónde van a dormir”.