En Estados Unidos, un gran jurado del estado de Texas imputó a tres policías del área de Dallas por un delito grave de agresión física contra manifestantes de Black Lives Matter en 2020. Las acusaciones fueron anunciadas este viernes, casi dos años después de que la muerte de George Floyd a manos de un oficial de policía de la ciudad de Mineápolis desatara protestas en Texas y en todo el mundo. Ryan Mabry y Melvin Williams, oficiales de la unidad SWAT de Dallas, enfrentan múltiples cargos de agresión agravada por parte de un servidor público y de conducta letal. Williams fue destituido del Departamento de Policía de Dallas a principios de 2022 por una acusación de uso excesivo de la fuerza en otro caso. Un tercer oficial del Departamento de Policía de Garland enfrenta un solo cargo de agresión. Una de las personas heridas en las protestas fue Brandon Sáenz, quien recibió un disparo en la cara en mayo de 2020 con un proyectil al que la policía denomina “menos letal” que fue disparado por un oficial de policía de Dallas. Sáenz habló con Democracy Now! menos de un mes después de la agresión.
Brandon Sáenz: “Cuando me desperté de la cirugía me dijeron que había perdido el ojo. Mi mandíbula estaba torcida; y mi nariz, rota. Tengo placas y tornillos de metal en la nariz y en la mejilla”.
Amnistía Internacional documentó al menos 125 casos de violencia policial contra manifestantes en 40 estados del país y en el Distrito de Columbia en las semanas posteriores al asesinato de George Floyd, donde los agentes reprimieron las protestas pacíficas con golpizas ilegales, gases lacrimógenos y balas de goma.
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