La Corte Suprema parece estar a punto de derogar la Sección 2 de la Ley de Derecho al Voto de 1965, lo que pone en riesgo la representación equitativa del electorado negro y, potencialmente, habilita la manipulación de los distritos electorales por parte del Partido Republicano de cara a las elecciones de mitad de período de 2026. El juicio por el cual la Corte Suprema está frente a esta decisión se refiere a una disputa sobre los seis distritos congresuales de Luisiana, dos de los cuales son mayoritariamente negros, lo que guarda una proporción aproximada con la población negra del estado.
El año pasado, un fallo judicial dictaminó que el mapa anterior, que contemplaba solo un distrito en el cual el electorado negro era mayoría, violaba la Sección 2 de la Ley de Derecho al Voto. Ahora, un grupo de activistas conservadores ha llevado esta disputa a la Corte Suprema, impugnando directamente a la Sección 2 en sí misma.
“Es muchísimo lo que está en juego en este caso. En él se definirá si sigue siendo posible en este país tener distritos que representen de manera equitativa a toda la población estadounidense”, sostiene la abogada Megan Keenan, de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), quien integra el equipo jurídico que defiende el mapa actual de distritos congresuales de Luisiana. “En este país tenemos una lamentable historia de discriminación racial del electorado” y “durante 40 años ininterrumpidos, hemos aplicado una herramienta rigurosa, basada en datos concretos, para determinar si existe discriminación y cómo detenerla. Este juicio pone en riesgo justamente esta herramienta”.
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