El periódico The Washington Post informa que casi una cuarta parte de los aproximadamente 13.000 agentes del FBI están actualmente asignados a labores migratorias, y que la cifra asciende a más del 40% en las oficinas más grandes de dicha agencia federal. Los datos revelan que dichos agentes han sido removidos de investigaciones sobre delitos informáticos, tráfico de drogas, terrorismo y contrainteligencia, entre otras cosas.
Mientras tanto, la compañía Apple ha eliminado silenciosamente de su tienda de aplicaciones la aplicación de alerta comunitaria DeICER. Activistas y comunidades de inmigrantes utilizan esta aplicación para rastrear la actividad del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. El medio Migrant Insider informa que esta decisión constituye efectivamente un indicio de que los agentes federales de inmigración están siendo considerados como un grupo vulnerable protegido, una interpretación novedosa de la política de incitación al odio de Apple, que protege del escrutinio público a una de las ramas más poderosos del Gobierno federal.