En la República Democrática del Congo, al menos 773 personas murieron durante la última semana después de que combatientes rebeldes tomaran el control de la ciudad oriental de Goma. Otras 3.000 personas resultaron heridas en esa ciudad, según el Ministerio de Salud del país. Las autoridades sanitarias locales afirmaron que las morgues y los hospitales están desbordados. Estas fueron las palabras expresadas por Abdou Rahmane Sidibé, cirujano de la Cruz Roja en Goma.
Doctor Abdou Rahmane Sidibé: “Por lo general estamos acostumbrados a tratar heridas de bala. Son heridas de entrada y salida que alcanzan un órgano o una extremidad. Pero en los últimos días hemos recibido muchos heridos, no solamente de balas. Son civiles que no llevan chalecos antibalas y muchos de ellos han sufrido heridas en el abdomen. Además de eso, hemos recibido pacientes con heridas causadas por artefactos explosivos. El uso de explosivos en una zona poblada ha provocado muchas heridas. Son heridas difíciles de tratar. La atención médica para estos pacientes es muy difícil y complicada”.
Organizaciones de ayuda humanitaria advierten que la población de Goma, de más de dos millones de personas, corre el riesgo de sufrir consecuencias humanitarias “catastróficas”. Asimismo, ha habido informes generalizados de violaciones contra mujeres y niñas cometidas por grupos armados.
La República Democrática del Congo ha pedido un embargo de armas contra Ruanda por su respaldo a los combatientes del grupo rebelde M23, y que dicho país retire sus soldados de la región. El país africano alberga vastas reservas de metales y minerales raros, que Ruanda, Estados Unidos, China, Europa y Uganda han explotado a expensas del pueblo congoleño.