
La población palestina está emprendiendo la huida de Jan Yunis, segunda ciudad más grande de Gaza, tras las órdenes de evacuación emitidas por el ejército israelí. Esto se produce en el marco de una intensificación de los bombardeos sobre el territorio sitiado por parte de Israel que, durante el fin de semana, mataron a cientos de personas palestinas, entre ellas cinco periodistas. En particular, las instalaciones de salud han estado bajo ataque constante. El domingo 18 de mayo, Israel anunció el inicio de una renovada invasión terrestre a la que denomina “Operación Carros de Gedeón”. También el domingo, el primer ministro del país, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel permitirá el ingreso de una cantidad limitada de alimentos a Gaza, en momentos en que las más de dos millones de personas que habitan la Franja están al borde de la hambruna después de once semanas de bloqueo total por parte de Israel, pero hay pocos detalles sobre cuándo se concretarían dichos envíos de ayuda. Según datos del Ministerio de Salud de Gaza, Israel ha matado al menos a 53.300 personas palestinas en Gaza desde octubre de 2023, aunque se cree que dicho recuento está muy por debajo de la cifra real.
“La situación, como puede ver cualquiera que esté siguiendo las noticias, es totalmente apocalíptica”, dice el analista especializado en Medio Oriente Mouin Rabbani. “No solo hay un asedio sin precedentes, sino también una intensificación nunca antes vista de la campaña militar genocida de Israel en la Franja de Gaza”. Rabbani también enfatiza que cualquier progreso en el ingreso de ayuda, el levantamiento del sitio o un acuerdo de un alto el fuego depende de que el Gobierno de Trump use su influencia sobre Israel. “Sólo se necesita una llamada telefónica desde Washington”, señala.
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