En el estado de California, agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza abrieron fuego contra una familia durante una operación de arresto en la ciudad de San Bernardino. El sábado, la familia se encontraba dentro de su vehículo cuando agentes armados y enmascarados salieron de vehículos no identificados y rodearon su camioneta. Un padre de familia indocumentado oriundo de México conducía el vehículo, su hijo de 18 años y su yerno de 23, que son ciudadanos estadounidenses, estaban en los asientos de pasajeros. Los tres hombres se negaron a salir del vehículo, lo que llevó a los agentes a romper las ventanas. El conductor temió por su vida y se alejó a toda velocidad, al tiempo que un agente disparó su arma. Al menos dos balas impactaron en el vehículo. Según se informa, las fuerzas del orden llegaron más tarde a la casa de la familia, pero no realizaron arrestos debido a las llamadas “políticas de santuario” de California, que prohíben que la policía local colabore con las agencias federales de inmigración.
Todo esto ocurre al tiempo que el periódico The Washington Post informa que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos planea duplicar su capacidad de detención para encarcelar a más de 100.000 inmigrantes. El Servicio de Inmigración ya ha ampliado la capacidad de sus cárceles, al tiempo que tiene planes de abrir nuevas instalaciones en diferentes partes de Estados Unidos, incluido el estado de Nebraska, donde una prisión remota denominada “campo de trabajo”, que ha sido apodada por los republicanos como “Cornhusker Clink”, albergará a cientos de inmigrantes que esperan ser deportados. Haga clic aquí para obtener más información sobre la creciente maquinaria de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, y ver la entrevista que mantuvimos con Eunice Cho, abogada principal del Proyecto Nacional de Prisiones de la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles.