
El sábado, se entregó el Premio Nobel de la Paz 2011 a tres activistas y líderes políticas del continente africano “por su lucha pacífica en pos de la seguridad y el derecho de las mujeres”. Estas tres mujeres se suman a las poco más de diez entre 85 hombres, así como una serie de organizaciones, que ganaron el premio de la paz en sus 110 años de historia. Emitimos algunos pasajes de los discursos de aceptación. “El Comité del Premio Nobel no nos puede dar permiso a las tres laureadas para que hablemos en nombre de todas las mujeres, pero sí nos dio una plataforma desde donde hablarles a las mujeres”, señala la presidenta de Liberia Ellen Johnson Sirleaf, que recibió el premio por su trabajo en derechos humanos y el avance de su país desde que en 2006, asumió el cargo de primera presidente mujer elegida democráticamente en el continente africano. “No hay tiempo para descansar hasta que nuestro mundo llegue a la plenitud y el equilibrio, donde los hombres y las mujeres sean iguales y libres”, señala Leymah Gbowee. Algunos le atribuyen al movimiento Mujeres por la Paz que Gbowee lidera haber puesto fin a la guerra civil en 2003. El movimiento comenzó modestamente en 2002 cuando Gbowee convocó a un grupo de mujeres para cantar y rezar en un mercado de pescado, por el fin de los combates. “El Premio Nobel no sólo llega como un premio personal para Tawakkul Abdul Salaam Karman, sino como una declaración de reconocimiento de todo el mundo por el triunfo de la revolución pacífica de Yemen y como una valoración de los sacrificios de su gran pueblo pacífico”, dice Tawakkul Karman, la primera mujer árabe que recibió el Premio Nobel de la Paz y la ganadora más joven de dicho premio hasta la fecha, luego de desplazar por poco a la activista irlandesa Mairead Corrigan que lo recibió en 1976. Ambas tenían 32 años.