Documentos demuestran que el gobierno de Clinton ignoró los asesinatos masivos en Ruanda

Reportaje07 de abril de 2014

Documentos estadounidenses desclasificados muestran que el gobierno de Clinton se negó a llamar genocidio a los asesinatos masivos ocurridos en Ruanda en 1994. Un documento del Departamento de Estado decía “Cuidado […] Si se confirma que se trata de un genocidio el gobierno de EE.UU. realmente podría quedar comprometido a ‘hacer algo’”. En una conferencia de prensa realizada en 1994, el corresponsal de la agencia de noticias Reuters Alan Elsner preguntó “¿Cuántos actos genocidas hacen falta que ocurran para que sea un genocidio? La vocera del Departamento de Estado Christine Shelly respondió “Alan, esa no es una pregunta que yo pueda responder”. Samantha Power, actual embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, describió la falta de acción de EE.UU. en el artículo “Espectadores del genocidio” publicado en 2001, donde escribió: “Estados Unidos hizo mucho más que no enviar tropas […] Hizo todo lo posible, con un gran éxito, por retirar la mayoría de las tropas de paz de la ONU que estaban en Ruanda. De manera agresiva, trabajó para bloquear la subsiguiente autorización de refuerzos de la ONU”. Hablamos con Emily Willard del Archivo de Seguridad Nacional y el profesor Scott Strauss de la Universidad de Wisconsin, Madison, autor del libro “The Order of Genocide: Race, Power, and War in Rwanda” (La orden de genocidio: raza, poder y guerra en Ruanda).

Transcripción
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AMY GOODMAN: Continuamos nuestra cobertura del 20 aniversario del genocidio en Ruanda. Vamos primero a Washington DC, donde nos acompaña Emily Willard. Ella es investigadora asociada en el Archivo de Seguridad Nacional. La organización está ejecutando el proyecto “20 años después de Ruanda”, que es parte de su más amplio Proyecto de Prevención de Genocidio. Willard y su equipo están utilizando documentos anteriormente clasificados publicados por la Agencia de Inteligencia de Defensa, para ayudar a establecer la rendición de cuentas por las atrocidades.

Bienvenida a Democracy Now! Emily. Comience por hablarnos sobre qué es lo que usted cree que es lo más importante de los documentos que ha publicado.

EMILY WILLARD: Creo que uno de los documentos más importantes que hemos publicado es… al pasar los años…uno de los documentos clave se muestra cómo Estados Unidos y la comunidad internacional fracasaron en su intervención en Ruanda cuando el genocidio ya estaba ocurriendo. Hay un memorandum del Departamento de Defensa enviado al Consejo de Seguridad Nacional. Es una página, un memorandum de tres párrafos, diciendo de forma clara que hay una idea de cómo Estados Unidos podría interferir en las radios, en el programa nacional de radio en Ruanda que estaban incitando las masacres. Y este documento dice claramente que se tomó la decisión de que sería ineficaz y demasiado caro interferir en los radios, y que sería más barato y más eficiente para Estados Unidos realizar un seguimiento y proporcionar ayuda después de que la violencia hubiera terminado. Así que esto muestra claramente la aprehensión de EE.UU. a estar militarmente involucrado y, ya sabes, su preferencia por la ayuda después de los hechos. Sin embargo, documentos claves…

AMY GOODMAN:El punto clave aquí, para las personas que no están familiarizadas con esto, es el papel de la radio en el genocidio, la incitación a matar tutsis, llamándolos de diferentes maneras, la más conocida, “cucarachas”.

EMILY WILLARD: Sí, sí. Y si bien este documento es sin duda clave… y hemos tenido acceso a este documento durante un tiempo… los documentos claves restantes van a ser los que realmente revelarán lo que pasaba entre bastidores y cómo algunas de estas decisiones claves que se tomaron todavía están clasificadas. Y están atascadas en el proceso de desclasificación. Así que, por desgracia, algunos de los documentos más importantes y que como comunidad internacional realmente necesitamos para entender cómo estas decisiones claves fueron tomadas aún no están disponibles para el público. Y estamos en el proceso de trabajar con el gobierno para conseguir que sean desclasificados, pero, por desgracia, las principales conversaciones que tuvieron lugar entre bastidores no están disponibles para el público.

AMY GOODMAN: Quiero ir a algunos de los clips de los funcionarios estadounidenses. El gobierno de Estados Unidos evitó cuidadosamente utilizar la palabra “genocidio” para describir lo que estaba ocurriendo en Ruanda. Este es un clip del documental del programa Frontline de PBS “Los fantasmas de Ruanda”. Comienza una sesión informativa del Departamento de Estado, el 28 de abril de 1994.

REPORTERO 1: Comente sobre eso, o una opinión en cuanto a si lo que está ocurriendo podría ser ​​o no un genocidio?

CHRISTINE SHELLEY: Bueno, como creo que ya sabes, el uso del término “genocidio” tiene un significado jurídico muy preciso, aunque no es estrictamente una determinación legal. Hay otros factores allí. Cuando…analizando una situación para tomar una determinación acerca de eso, antes de empezar a usar ese término, tenemos que saber lo máximo posible acerca de los hechos de la situación.

REPORTERO 2: Sólo por curiosidad, ya que muchas personas dicen que lo que esta ocurriendo es un genocidio, o algo que se parece mucho a ello, ¿por qué no sería invocada esta convención?

MADELEINE ALBRIGHT: Bueno, creo que, como ustedes saben, esto se convierte en un asunto de definición legal, por desgracia, en términos de… a pesar de lo horrendas que son todas estas cosas, esto se convierte en un asunto de definición.

AMY GOODMAN: Madeleine Albright, la entonces Secretaria de Estado, hablando en el 94. Siete semanas después de que comenzara el genocidio, el entonces presidente Bill Clinton actualizó la política de EE.UU. sobre la intervención en conflictos extranjeros.

PRESIDENTE BILL CLINTON: El fin del enfrentamiento entre superpotencias levantó la tapa de una caldera de odios antiguos. Ahora todo el planeta está ensangrentado con este tipo de conflictos, desde Ruanda a Georgia. Involucrarnos o no en cualquiera de los conflictos étnicos en el mundo, al final, debe depender del peso acumulado de los intereses estadounidenses que estén en juego.

AMY GOODMAN” :Ese fue el presidente Clinton. Durante una conferencia de prensa en junio del 94, el corresponsal de Reuters Alan Elsner cuestionó la portavoz del Departamento de Estado Christine Shelly sobre cómo describiría los eventos que tenían lugar en Ruanda.

CHRISTINE SHELLEY: Por lo tanto, tenemos todas las razones para creer que han ocurrido actos de genocidio.

ALAN ELSNER: ¿Cuántos actos de genocidio se necesitan para hacer que sea un genocidio?

CHRISTINE SHELLEY: Alan, esta no es una pregunta que estoy en condiciones de responder.

ALAN ELSNER:¿Es cierto que tiene una instrucción específica de no utilizar la palabra “genocidio” de forma aislada, sino que siempre prologarlo con la palabra “actos de”?

CHRISTINE SHELLEY: Tengo una guía, que la trato de utilizar lo mejor que puedo. No soy… yo tengo… hay formulas que estamos utilizando, que estamos tratando de que sean consistentes en su uso.

AMY GOODMAN: Esa fue la portavoz del Departamento de Estado, Christine Shelly, siendo interrogada por el corresponsal de Reuters, Alan Elsner. Scott Straus también está con nosotros, además de Emily Willard. Scott Straus es profesor de ciencias políticas y estudios internacionales en la Universidad de Wisconsin-Madison. Ha escrito varios libros sobre Ruanda, incluyendo “El Orden de Genocidio: raza, poder, y guerra en Ruanda”. Profesor Straus, ¿cuál es la importancia de la respuesta de EE.UU. en ese momento, no estando dispuesto a llamar a lo que estaba ocurriendo un genocidio?

SCOTT STRAUS: Bueno, EE.UU. fue uno de los actores clave en el momento. Y, ya sabes, la política era claramente no involucrarse en Ruanda. Pero Estados Unidos… y como el actor principal en el escenario internacional en ese momento, las acciones de EE.UU. fueron críticas. Pero EE.UU. no actuaba solo. Quiero decir, Gran Bretaña, y Bélgica en ese momento, y dentro de la burocracia de las Naciones Unidas, había una verdadera renuencia a involucrarse.

AMY GOODMAN:Y Francia, también, por supuesto, lo que lleva al desacuerdo que tiene lugar hoy con la delegación, la delegación de alto nivel, sacándola de las conmemoraciones del genocidio debido a que Kagame está diciendo que los franceses fueron los responsables.

SCOTT STRAUS: Sí, los franceses tenían una historia mucho más polémica con Ruanda, tanto antes del genocidio como incluso durante el genocidio. Francia fue el principal aliado del régimen en Ruanda, el régimen que en última instancia orquestó el genocidio. Así que la controversia se trata realmente de: ¿Cuánto sabían ellos? ¿Cuándo lo supieron? Algunas personas les acusan de estar involucrados en los preparativos para el genocidio. Creo que va demasiado lejos. Pero sin embargo, eran el principal aliado del régimen que orquestó el genocidio, y esa es una de las razones por las que su papel ha sido tan controversial en esta historia en particular.

AMY GOODMAN:En 2001, Samantha Power, ahora embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, escribió un artículo en la revista The Atlantic llamado “Los espectadores al genocidio”. En ese artículo, escribió, y cito, “Estados Unidos hizo mucho más que dejar de enviar tropas. Condujo un exitoso esfuerzo para eliminar la mayor parte de las fuerzas de paz de la ONU que ya estaban en Ruanda. Agresivamente bloqueó la posterior autorización de los refuerzos de la ONU. […] Estados Unidos de hecho, no hizo prácticamente nada “para tratar de limitar lo que ocurrió”. […] A fin de no declarar que el genocidio o algo similar a eso estaba en marcha, los funcionarios de EE.UU. tenían que ignorar informes públicos, así como los datos de inteligencia y el debate interno”, escribió. En ese momento, ella era la directora ejecutiva del Centro Carr para la Política de Derechos Humanos en la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard. Ahora, por supuesto, ella es embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, y está liderando la delegación de Estados Unidos para los actos de conmemoración del genocidio en Ruanda. Emily Willard, ¿cuál es la importancia de esto y de los documentos que subyacen a la clase de declaraciones que acabamos de escuchar del Presidente Clinton y Madeleine Albright, la secretaria de Estado?

EMILY WILLARD:Sí, el debate en torno a si el genocidio realmente ocurrió o no, fue muy claro justo después de que el avión fuera derribado y la violencia comenzara. Hubo un debate dentro del Departamento de Estado. Y al final… no fue sino hasta el final de abril que se declaró públicamente que se habían producido actos de genocidio, y luego no fue sino hasta principios de mayo que el secretario de Estado salió y dijo que lo que había ocurrido fue un genocidio. Y se ve en los documentos, en los informes del Departamento de Estado, una vacilación muy clara para no sobreestimar el numero de personas que fueron asesinadas. Y, de hecho, es muy interesante, a medida que esta teniendo lugar el proceso de obtención de los documentos desclasificados, hay ejemplos en los que Estados Unidos, en los documentos, dice: “No estamos seguros de si, 500.000, es una exageración”. Y en la primera versión del documento esa frase fue redactada, porque incluso después de que el genocidio ocurriese, todavía hay una vacilación en ser claros y abiertos acerca de la información de inteligencia y sobre cómo aquellos análisis de inteligencia fueron manejados.

AMY GOODMAN:Y el fax de Dallaire, su importancia, profesor Straus, si pudiera comentar sobre esto. El jefe de las fuerzas de paz de la ONU escribiendo a las Naciones Unidas que un genocidio estaba a punto de suceder.

SCOTT STRAUS:Creo que la gente han vuelto a mirar, y han visto que hubo advertencias claras de que algo realmente terrible estaba sucediendo, incluida la posibilidad, una clara advertencia a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, de que se estaban realizando esfuerzos para capacitar una milicia, que estaba teniendo lugar un almacenamiento de armas, había una clara advertencia de que iba a haber una violencia significativa contra civiles tutsis, incluso posibilidad de exterminio. Y Dallaire estaba esencialmente solicitando algún tipo de autorización para ser agresivos en el descubrimiento de los arsenales de armas y demás. Y la sede de la ONU, que tenía esencialmente una aversión al riesgo, dijo: “No lo hagas. Ya sabes, no te involucres”. Por lo que, se trató de una verdadera alerta previa, una oportunidad para haber hecho algo antes de que el genocidio comenzase en abril, y la decisión fue de no hacer nada. Así que creo que el significado es una negativa a actuar en la alerta previa, y hacer caso omiso de la posibilidad de que algo realmente terrible podía suceder en Ruanda.

AMY GOODMAN: Y, Emily Willard, lo extraño que es que usted no pueda obtener estos documentos desclasificados hace 20 años.

EMILY WILLARD: Eso es definitivamente algo preocupante, ya que, sobre todo con los registros presidenciales, 12 años después de que el presidente dejo el cargo, debería haber un mayor acceso a la información. Y esos 20 años expiraron en enero pasado. Así que es muy preocupante que todavía estemos teniendo dificultades para conseguir especialmente los documentos de lo que ocurrió entre bambalinas…

AMY GOODMAN: Estamos hablando sobre el presidente Clinton.

EMILY WILLARD:de la información sobre las deliberaciones. Sí, el presidente.. los registros presidenciales del Consejo de Seguridad Nacional, donde probablemente se tomaron una gran cantidad de estas decisiones. Por lo tanto, es preocupante porque han pasado 20 años de los hechos, y sobre todo porque son documentos e información que trata sobre un genocidio.

AMY GOODMAN:
Vamos a tener que dejarlo aquí. Emily Willard, muchas gracias por estar con nosotros, y al profesor Scott Straus, de la Universidad de Wisconsin.


Traducido por Igor Moreno. Edición: Verónica Gelman. Participaron en el subtitulado de este reportaje Noa Radosh, Rubén Gómez García, y Jenny Pedraza. Coordinación de la producción del reportaje en español: Clara Ibarra y Democracy Now! en Español.

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