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El gobierno de Obama empezó a realizar allanamientos y a detener familias como parte de un esfuerzo de deportar a los centroamericanos que huyeron de la violencia en sus países de origen. Al menos 121 personas fueron detenidas hasta ahora. En un hogar de Georgia, Ana Lizet Mejia, una hondureña que huyó de su país después de que su hermano fuera asesinado por bandas, fue detenida junto a su hijo de nueve años de edad en un allanamiento realizado en horas tempranas de la mañana. “De la misma manera en que huimos de un país donde la gente desaparecía en medio de la noche y era llevada por miembros del gobierno, personas armadas, las mismas cosas están ocurriendo hoy en este país [Estados Unidos] y eso es aterrador”, dijo Isabel Sousa-Rodríguez, estudiante de doctorado del Centro de Graduados de CUNY y ex organizadora juvenil de la Coalición Inmigrantes de Florida. “Ese es el motivo por el cual nos ponemos de pie y luchamos, porque nos rehusamos a seguir siendo deshumanizados”. Hablamos con Sousa-Rodríguez que en junio de 2010 fue invitada por el presidente Obama a la Casa Blanca para analizar la política inmigratoria y las perspectivas para una reforma migratoria y ella se rehusó a estrecharla la mano al presidente.
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