Mientras tanto, en Los Ángeles, miembros de la comunidad hicieron una vigilia para llorar la muerte del mexicano-estadounidense Jesse Romero, de 14 años, quien murió el miércoles a manos de la policía. Esta dice que actuó en respuesta a una llamada que había denunciado que un grupo de adolescentes estaba escribiendo grafitis en el vecindario de Boyles Heights, y que le disparó y mató a Romero luego de que este huyera y disparara un arma. Sin embargo, los testigos contradicen la versión policial. Una mujer declaró a Los Angeles Times que vio cómo Romero tiraba un arma corta hacia un cerco mientras huía de la policía. Ella afirmó que el arma se disparó cuando golpeó el suelo, y que luego oyó dos disparos, vio a Romero caer y luego a la policía esposarlo. La policía afirma que los oficiales estaban usando cámaras portátiles, pero todavía no se ha divulgado el video de registro del hecho. Esta es Yohana Miranda, amiga de Romero.
Yohana Miranda expresó: “¿Para qué dispararle si él no le apuntó a nadie? No hizo nada. ¿No están capacitados para hacer su trabajo? ¿Por qué no lo derribaron, si no les estaba disparando? No les apuntó el arma. ¿Qué razón tendría para disparar? Este chico solo tenía 14 años”.
Romero estudiaba en la secundaria Hollenbeck. El 24 de agosto habría de cumplir 15 años.
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