Los revolucionarios últimos años de MLK: el líder de los derechos civiles fue aislado tras criticar el capitalismo y la guerra en Vietnam

Reportaje25 de enero de 2018

El próximo mes de abril se cumplen cincuenta años del asesinato del reverendo Martin Luther King en Memphis, Tennessee. Tenía apenas 39 años de edad. Hoy analizamos los tres últimos años de su vida, empezando con el período posterior a la aprobación de Ley de Derecho al Voto firmada por el presidente Lyndon Johnson en el año 1965. A pesar de la aprobación de esa ley monumental, King exploró nuevas batallas a través del lanzamiento de la Campaña de los Pobres y de la participación en la campaña contra la guerra en Vietnam. La decisión de King de oponerse públicamente a la guerra lo aisló de muchos de sus partidarios más cercanos. Para saber más de este tema, emitimos fragmentos del nuevo documental de HBO que analiza los últimos años de King, “King in the Wilderness” (King en el desierto), y hablamos con Taylor Branch, Peter Kunhardt y Trey Ellis. Taylor Branch es el historiador ganador del premio Pulitzer autor de la trilogía “America in the King Years” (EE.UU. en los años de King) que aparece en la película. Kunhardt es el director de la película y Ellis es escritor.

Transcripción
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AMY GOODMAN: Estamos transmitiendo desde el Festival de cine Sundance en Park City, Utah. En abril se cumplen cincuenta años del asesinato del reverendo Martin Luther King en Memphis, Tennessee. Tenía apenas 39 años de edad. Hoy hablaremos acerca de los tres últimos años de su vida, período que comienza cuando el presidente Lyndon Johnson firma la Ley de Derecho al Voto, en 1965. Después de la aprobación de esa ley fundamental, King decidió asumir nuevas batallas, como el lanzamiento de la Campaña de los Pobres y la participación en la campaña contra la guerra en Vietnam. La decisión de King de oponerse públicamente a la guerra lo aisló de muchos de sus partidarios más cercanos. Bueno, aquí se acaba de estrenar, en el Festival de cine Sundance, un documental de HBO sobre los últimos años de King. Se titula “King in the Wilderness” (King en el desierto). Se emitirá por HBO en abril. Esta semana entrevisté al director de la película, el documentarista de larga trayectoria Peter Kunhardt, junto a los productores ejecutivos de la película, el escritor Trey Ellis y el historiador ganador del premio Pulitzer Taylor Branch. Branch es autor de la trilogía “America in the King Years” (EE.UU. en los años de King). La primera pregunta a Peter Kunhardt fue por el título de la película “King in the Wilderness” (King en el desierto).

PETER KUNHARDT: El título lo decidimos cuando estábamos terminando la edición de la película. Y elegimos ese título porque se nos volvió cada vez más claro el hecho de que en esos últimos tres años, King luchó de todas las formas posibles para encontrar su lugar, ramificando o ampliando sus líneas de acción. A su trabajo contra el racismo sumó el trabajo contra la pobreza, buscó extender su movimiento hacia el norte, hacia las ciudades del norte, y salió a oponerse a la guerra en Vietnam. Y al dar esos pasos, el apoyo del que había gozado durante la primera parte del movimiento por los derechos civiles, desapareció. Y él quedó sin hoja de ruta. Sintió que sus amigos lo abandonaban y que se quedaba solo en la lucha, intentando encontrar su camino. Y bueno, sentimos que el título captaba esa soledad que él estaba viviendo.

AMY GOODMAN: Trey Ellis, hiciste muchas entrevistas con figuras legendarias, que vivieron esos años junto al Dr. Martin Luther King. Háblanos sobre las personas que entrevistaste y sobre este período particular de la vida de King. O sea, el Dr. King es una leyenda, un ícono y quizás para mucha gente es difícil imaginar que hubo un período en el cual se haya sentido tan solo y tan vilipendiado.

TREY ELLIS: Sí. En primer lugar, me gustaría decir que para mí fue una experiencia increíble poder hablar con todas estas personas que forman parte de la generación de mis padres, como ser Xernona Clayton, que abre nuestra película diciendo que Martin murió de corazón roto. Eso es realmente desgarrador. En mi conversación con Diane Nash, me dijo que había conocido a mis padres de… en la Universidad Howard, algo que yo no sabía hasta que la entrevisté. Entonces, realmente… el viaje de entrevistar a todas esas leyendas fue realmente una experiencia transformadora. Se trataba de gente a quien solo conocía a través de los libros.

AMY GOODMAN: Cuéntanos quién fue Diane Nash.

TREY ELLIS: Claro. Creo que Diane Nash es realmente una de las… para mí es un poco como la mujer maravilla. Es una activista legendaria de los derechos civiles, responsable de —Taylor sabrá más de esto— la marcha a Selma, del movimiento a favor del derecho al voto en Alabama y de las sentadas estudiantiles de Nashville contra la segregación, siendo alumna de la Universidad Fisk. Y también era madre y tuvo que… te imaginarás todos los problemas de ser una mujer en un movimiento social y ser una leyenda en ese movimiento. Así como sabemos quién es John Lewis —ahora congresista y un personaje reconocido— bueno, Diane Nash debería ser tan famosa como él. Y ojalá que con… que esta película ayude a lograr eso.

AMY GOODMAN: ¿Cuál fue la mirada que aportó Diane Nash sobre el Dr. King y sobre las diferencias que tuvo con él en esos últimos tres años? ¿Ella creía que el trabajo del movimiento por los derechos civiles debía mantenerse en la misma línea?

TREY ELLIS: Bueno, ella aún es… hasta el día de hoy tiene un temperamento muy pasional. Lo que dice es que esta idea… está muy en contra del culto a la personalidad, esta idea de que la gente, el pueblo renunciemos a nuestro poder, nuestra capacidad de acción en pos de uno o dos líderes. Y habla con mucha elocuencia acerca de poder encontrar al movimiento en nuestro interior y que cada quien pueda involucrarse y colaborar. Entonces creo que, al estar en las bases del movimiento, ella sabía que alrededor del Dr. King había otras personas que también eran grandes líderes. Y de alguna manera se nos hace fácil delegar nuestro activismo en personas que son más activas que nosotros.

AMY GOODMAN: Taylor Branch, cómo fueron esos tres últimos años de King, cuando se estaba extendiendo hacia el norte. Él ha dicho, en esa época, que nunca tuvo tanto miedo como cuando estaba en Chicago. O sea, después de todo lo que enfrentó en el sur, qué paso en Chicago…

TAYLOR BRANCH: Así es.

AMY GOODMAN: …en el norte de Estados Unidos.

TAYLOR BRANCH: Bueno, a menos de un mes de lo de Selma, en 1965, él ya decía: “tenemos que ir al norte”. Pero su equipo, incluida Diane, no querían que fuera y no querían ir al norte. “Todavía tenemos mucho que hacer en el sur”. Ella dijo eso. Pero King era cada vez más tenaz. En los primeros años había sido más vacilante. Estaba tratando de hacer crecer el movimiento por los derechos civiles. Recibe el Premio Nobel de la Paz. Andy Young cuenta: “Nosotros queríamos hacer cenas y pasar unos 20 años felicitándonos por nuestras victorias”. Pero él dijo: “No, vamos a Selma”. Y apenas hicimos lo de Selma dijo: “Ahora vamos al norte para mostrarle a Estados Unidos que la cuestión racial nunca… no es y nunca ha sido algo puramente sureño”. Pero su equipo no quería ir. Luego, todo su equipo salvo una persona estaba en contra de que él pronunciara ese discurso contra la guerra de Vietnam en la Iglesia de Riverside. Y nadie en su equipo… El documental muestra el desacuerdo del equipo con la Campaña de los Pobres y con lo de Memphis. Entonces, hubo un declive en la influencia de King en los últimos años; él se sentía obligado a pronunciarse públicamente sobre cosas sin tener la confianza de poder generar con eso logros importantes, como lo había hecho con su discurso “Tengo un sueño” o la Ley de Derechos Civiles de 1965. Entonces por eso está en el desierto y se siente solo. Pero él ya es un líder fortalecido, casi un líder obsesivo, con esa actitud de “tenemos que hacer esto”. Incluso dio un discurso a sus partidarios que decía: “Tenemos que seguir hasta el final. Hace una cita del Apocalipsis que dice ’Tenemos que seguir nuestros principios hasta el fin, aunque lo que nos quede sea muy poco”.

AMY GOODMAN: Quisiera que nos cuenten todo el recorrido que llevó a la marcha de Mississippi —que fue después de la Marcha de Selma a Montgomery, esto nos trae a James Meredith— y por qué King decidió participar, atravesando la disputa con Stokely Carmichael, quien más tarde se convertiría en Kwame Ture. La película tiene imágenes increíbles de ellos en una especie de pelea pública, o más bien, un fuerte intercambio de ideas sobre quiénes deberían participar en la marcha. Pero comienza con lo de Meredith.

TAYLOR BRANCH: Bueno, en la percepción pública del movimiento la marcha de Meredith fue un hito. Fue el nacimiento del “Black Power” (Poder Negro). Stokely acababa de hacerse cargo del Comité Coordinador Estudiantil No Violento que antes lideraba John Lewis. Lewis había sido expulsado porque al igual que Martin Luther King defendía con firmeza la política de la no violencia. Y cuando le disparan a Meredith, el Dr. King y Stokely empezaron a trabajar juntos para continuar su marcha a través de Mississippi.

AMY GOODMAN: Cuéntanos qué le pasó a James Meredith.

TAYLOR BRANCH: James Meredith estaba… había emprendido solo una Marcha contra el miedo, como forma de intentar motivar a la gente negra de Mississippi, que aún aprobada la Ley de Derecho al Voto tenía miedo de registrarse para votar. Entonces él dijo: “Si yo puedo marchar solo a través de Mississippi, entonces ustedes no deberían tener miedo de registrarse”. Pero en su tercer día de marcha le disparan, un grupo de personas blancas enojadas porque él estaba promoviendo que la gente negra fuera a votar. Y los líderes de la lucha por los derechos civiles, muchos de los cuales no… a quienes no se les había consultado acerca de la marcha, sintieron que tenían que darle continuidad, por la importancia pública que había adquirido. Y eso reunió al Dr. King y al nuevo líder de SNCC, Stokely. Stokely dijo abiertamente que quería aprovechar toda la atención mediática que tenía el Dr. King para anunciar esta nueva doctrina, para sacar al Comité Coordinador Estudiantil No Violento de ese segundo plano en el que sentía que estaba. Siempre sentían que el Dr. King recibía toda la atención, cuando ellos pasaban más tiempo en la cárcel que él. Así que ahí Stokely proclamó esta nueva doctrina: “¡Queremos Poder Negro!” y cautivó a los medios. O sea, hasta el día de hoy es mucho más popular. Hay muchos veteranos del movimiento de la no violencia que se avergüenzan de haber sido no violentos, por la popularidad que generó el Black Power. Y hay imágenes del Dr. King discutiendo con Stokely mientras iban marchando. Luego seguirían discutiendo por la noche.

AMY GOODMAN: Y había un periodista entre ellos…

TAYLOR BRANCH: Sí, con un periodista entre ellos.

AMY GOODMAN: …con un micrófono siguiendo la discusión.

TAYLOR SUCURSAL: Sí.

AMY GOODMAN: Y también estaba el tema de la participación en el movimiento de activistas que no fueran negros.

TAYLOR SUCURSAL: Sí pero.... Bueno, sí, querían… esa marcha estaba integrada por todo tipo de gente, la Marcha contra el miedo. Recordemos que eran más de 300 y pico de kilómetros y que duró casi un mes. Fue más grande que la marcha de Selma. Pero el aspecto fundamental que tuvo es que marcó una fuerte transformación en la tensión entre violencia y no violencia; fue la apertura del debate. Stokely decía: “¿Por qué nosotros tenemos que ser no violentos? ¿Cómo es que la gente de Estados Unidos admira la no violencia sólo en la gente negra pero luego idolatran a John Wayne? ¿Por qué tenemos que ser no violentos?” Y el Dr. King decía: “No tenemos que serlo. No te estoy diciendo que tienes que hacer esto. Lo que te estoy diciendo es que la no violencia es una doctrina de vanguardia, está un paso adelante de lo que pasa en Estados Unidos. Si ejercemos la violencia, no es que hacemos un avance para ser como John Wayne; lo que hacemos es retroceder desde el logro de la no violencia, del trabajo para tratar de llevar al país hacia la reconciliación, el derecho al voto, la no violencia y la espiritualidad”. Así que tuvieron una gran discusión sobre la no violencia como filosofía del movimiento por lo derechos civiles, si era necesaria, si acaso era… si era efectiva, si era una cuestion de ética y cómo funcionaba como estrategia de vanguardia. Ese debate dominó los últimos dos años de la vida del Dr. King.

AMY GOODMAN: Escuchábamos al historiador Taylor Branch, ganador del premio Pulitzer por su libro “Parting the Waters: America in the King Years” (Separando las aguas: EE.UU. en los años de King) que forma parte de una trilogía excepcional. Estamos compartiendo una entrevista sobre el nuevo documental de HBO “King in the Wilderness” (King en el desierto), dirigido por Peter Kunhardt. Volveremos con ellos después de la pausa. También conversaremos con el productor ejecutivo del documental Trey Ellis acerca de la mudanza de King a Chicago en 1966 y mucho más.

[pausa]

AMY GOODMAN: Escuchábamos “Programmed to Perceive” de Talia Keys. Seguimos en Democracy Now!, el Informe de Guerra y Paz. Soy Amy Goodman y estamos transmitiendo desde el Festival de cine Sundance en Park City, Utah. Estamos en el estudio de Park City TV. Seguimos con nuestra entrevista sobre el documental King in the Wilderness (King en el desierto) que acaba de estrenarse aquí en Sundance. El documental cuenta los últimos tres años del Dr. Martin Luther King Jr. Esta semana conversé con el cineasta Peter Kunhardt y con dos de los productores ejecutivos de la película, el escritor Trey Ellis, que realizó muchas de las entrevistas, y el historiador ganador del Premio Pulitzer Taylor Branch, autor de la trilogía “America in the King Years” (EE.UU. en los años de King). Ya continuamos con la entrevista, pero antes veamos un fragmento del documental, que se esta presentando ahora en Sundance y se estrenará por HBO en abril. Veremos ahora a Harry Belafonte, querido amigo y confidente del Dr. Martin Luther King.

HARRY BELAFONTE: No se si Martin estaba del todo preparado para todas las cosas que dijo o hizo. Él sentía que, en muchos sentidos, el resultado de la lucha en el Sur era más predecible, porque en el norte la hipocresía racial estaba desvirtuada. Daba la impresión de no ser como en el sur: el sur era el centro de todo mal y el norte era un lugar donde todo era mejor. Y el Dr. King dijo: “no, no es así”.

AMY GOODMAN: Veíamos a Harry Belafonte, una de las personas más cercanas al Dr. Martin Luther King en sus últimos 10 años de vida, hablando acerca de la decisión del Dr. King de ir hacia el norte. King no solo se fue a organizar marchas en Chicago, sino que se mudó allí con su familia y se abocó principalmente a la problemática de la vivienda. Taylor Branch, tienes una larga trayectoria como historiador en el tema de los derechos civiles. Has recibido el premio Pulitzer por tu libro “Parting the Waters” (Separando las aguas). Y sin embargo también a ti te sorprendieron algunas de las imágenes del documental King in the Wilderness.

TAYLOR BRANCH: Sí, me sorprendieron… Yo habia escrito, pero no habia sentido… En mi libro, yo describí el momento en que miles de personas blancas salieron a lanzar ladrillos. Y había mujeres con carteras, golpeando a la gente con sus carteras, gritando y chillando. Pero una cosa es escribir en base a material bibliográfico y otra es ver los símbolos nazis y la gente gritando y chillando en Chicago. Chicago era un lugar duro y difícil.

AMY GOODMAN: Pues sí, los carteles con cruces esvásticas, las esvásticas allí presentes.

TAYLOR BRANCH: Sí. Había muchas cruces esvásticas y también mucha gente joven. Pero bueno, por el otro lado, el Dr. King estaba tratando de experimentar la acción no violenta en el Norte, y en muchos aspectos era seguro. En Chicago no hubo situaciones, como sí sucedió en Memphis, de no poder sostener la no violencia dentro del movimiento. De hecho, había líderes de pandillas que solían ir al apartamento del Dr. King y discutían con él toda la noche. Y varios de esos líderes pandilleros participaban en las marchas. Por ejemplo, estaban los Blackstone Rangers, que varios miembros del grupo iban a las marchas. En algunos aspectos, Chicago fue donde mayor alcance tuvo la experimentación de ver quién podía ejercer la no violencia y si podía funcionar o no. En el documental lo que aparece es el otro lado de esto. El Dr. King dijo: “Tenemos que mostrarle a Estados Unidos que también hay racismo en el Norte, porque es sorprendente los millones de personas que piensan que ya no hay más racismo desde que se aprobó la Ley de derechos civiles”. Y en esa pequeña tarea, tuvieron un éxito admirable. Nadie siguió diciendo que en el norte no había racismo después de lo de Chicago.

AMY GOODMAN: ¿Él mismo no fue golpeado por un ladrillo en Chicago?

TAYLOR BRANCH: Fue golpeado por un ladrillo en esa misma marcha y también por una o dos piedras. Desde luego, en su vida fue golpeado muchas veces, fue apuñalado. O sea, siempre estuvo rodeado de violencia, toda su vida, desde antes de Memphis. Lo que pasó en Chicago no era algo nuevo. Pero creo que el tema es que, como decía Andy, en el sur te encontrabas con cientos de miembros del Klan y eso te daba miedo. Pero en Chicago eran miles de personas y estaban furiosas, y se las podía oir claramente. Era una multitud enojada.

AMY GOODMAN: Trey Ellis, háblanos un poco más sobre los disturbios de Chicago, los manifestantes nazis, blancos, con esvásticas, protestando contra King. Tú hiciste estas entrevistas cuando el presidente Donald Trump asumía como presidente. Después pasó lo de Charlottesville, con marchas de autoproclamados nazis y fascistas en Virginia. ¿Cómo ves estos sucesos a 50 años del movimiento por los derechos civiles?

TREY ELLIS: Sí, fue bastante movilizante y también un poco deprimente ver qué poco han cambiado las cosas, cómo aún hay segregación en gran parte del país. Y escuchar a Diane Nash y otras personas hablar sobre los problemas de Chicago y el… O sea, recuerdo cuando era chico los comentarios sobre la marcha de los nazis en Skokie, en Illinois también. La cuestión de este racismo del norte que surge en las entrevistas que hice, justamente en la víspera de la asunción de Trump. O sea, Trump apenas estaba asumiendo la presidencia cuando comencé estas entrevistas, así que ciertamente estas cuestiones resonaban en mi cabeza de un modo inquietante.

AMY GOODMAN: Vemos en el documental la inclusión de mujeres, algo no muy común cuando se habla del movimiento por los derechos civiles. ¿Pueden hablar sobre algunas de estas mujeres?

TAYLOR BRANCH: No fue que dijimos “tenemos que incluir algunas mujeres en la película”. Lo que dijimos fue: “¿Quiénes fueron las personas más importantes en diferentes etapas del movimiento y que aún vivan?” Y eran mujeres. O sea, Dorothy Cotton se encargó de la formación de jóvenes y niños negros e impulsó las marchas de los niños en Birmingham. Ese fue su trabajo como cantante. Y ese fue uno de los grandes hitos del movimiento por los derechos civiles, con la policía sacando mangueras de alta presión y perros contra los niños. Ella hizo esa marcha. Y Diane Nash, que la había ayudado, al ver esa reacción dijo: “Tenemos que hacer algo en respuesta a lo que sufrieron estos niños que fueron atacados”. Así que diseñó —está el documento— lo que se convirtió luego el plan de acción para Selma, para el movimiento por los derechos electorales de Selma. Así que no se trata de mujeres que se incluyeron solo porque sí. Son mujeres que fueron centrales en el movimiento, pero no han tenido un reconocimiento acorde a la magnitud de su aporte. Joan Baez tuvo una participación fundamental en las grandes discusiones que se dieron dentro del movimiento acerca de involucrarse en el tema de Vietnam o contra la pobreza. Marian Edelman tuvo la iniciativa, como sabes, de mediar entre el Dr. King y Bobby Kennedy para la Campaña de los Pobres. Así que son mujeres muy importantes, muy significativas, que creo que con esta película están recibiendo el reconocimiento que merecen. Y su importancia se expresa en las entrevistas.

AMY GOODMAN: Hablemos de la relación entre Lyndon B. Johnson y el Dr. King, que fue muy significativa, y en particular de la preocupación de Lyndon B. Johnson, la preocupación del presidente Johnson cuando comenzaron los disturbios, los levantamientos, las rebeliones. ¿A quién llamó? Llamó al Dr. King. Y es muy interesante que ustedes hayan conseguido los audios de eso ¿de dónde los sacaron, del FBI?

TAYLOR BRANCH: No, son grabaciones de la presidencia. Bueno, hay una de Lyndon B. Johnson hablando con J. Edgar Hoover, quien le dice que es un farsante, que el Dr. King es un farsante. “No está de tu lado, está en contra tuyo con respecto a Vietnam” le dice, tratando de desacreditarlo. O sea, una clara hostilidad, que se percibe al escuchar el audio. Y también hay cintas de Lyndon B. Johnson hablando con Martin Luther King, diciéndole: “Esto es terrible. ¿Qué podemos hacer?” Y era realmente una situación triste; en una de las conversaciones, que era demasiado larga para incluirla entera en la película, Lyndon B. Johnson dice: “Lo que hicimos en Selma, donde tú movilizaste al pueblo y yo pude dar ese discurso, así es como debería funcionar la democracia. O sea, con una ciudadanía activa y un gobierno receptivo; eso es lo mejor que nos ha pasado”. Y en esa misma conversación es que hablan de Vietnam. Hemos incluido esa parte en la película. Se puede percibir que Vietnam los separa y que Johnson está… él dice: “Mi legado son los derechos civiles y estos disturbios lo ponen en riesgo. Tengo esta guerra y el Dr. King, que era mi aliado, se está poniendo en mi contra por la guerra”. Así que hay un monton de… hay mucha pasión en esas conversaciones.

AMY GOODMAN: Bueno, hablemos de Vietnam y cómo fue que King llegó a dar ese discurso en Riverside, el discurso “Por qué me opongo a la guerra en Vietnam”. Quisiera mostrar un video de Vince Harding, un fragmento de una larga entrevista que hicimos antes de su muerte. Hablamos sobre ese discurso y sobre sus charlas con el Dr. King. Vince Harding, el hombre que ayudó a elaborar dicho discurso, estas son sus palabras.

VINCENT HARDING: Martin, hacia el final de su vida, en los últimos años de su vida, quizás lo recuerden, decía que Estados Unidos tenía que lidiar con tres… lo que denominaba el “triple mal”: el mal del racismo, el mal del materialismo y el mal del militarismo. Él veía esos tres males muy conectados entre sí. En cierto modo, Amy, Martin y yo siempre estábamos hablando de este tipo de cosas, que estuvieron presentes en ese discurso. Hablábamos del tremendo daño que genera la guerra en quienes participan de ella, en quienes son víctimas de ella, en quienes pierden tremendas oportunidades en sus vidas por la guerra. Y siempre hablábamos de lo que podría generar el esfuerzo de encontrar alternativas creativas y no violentas al terrible y anticuado recurso de la guerra como modo de resolver problemas. Y luego, cuando comenzó la guerra de Vietnam en todas las pantallas en los años ’60, hablamos mucho sobre el papel de nuestro país y nos planteábamos cuál era el papel de quienes creíamos en la lucha no violenta como modo de generar el cambio, cuál era nuestra responsabilidad como creyentes de la no violencia y como seguidores de las enseñanzas y los caminos de Jesucristo. Entonces, cuando Martin decidió que tenía que hacer un discurso público importante sobre ese tema, abordarlo con la mayor entereza que le fuera posible, empezó a buscar un entorno donde lo pudiera llevar a cabo, un lugar acorde a su postura religiosa. Así que cuando la organización de clero y laicos contra la guerra de Vietnam lo invitó a dar un discurso en Riverside, con motivo de su encuentro de abril de 1967, él supo que ese era el lugar adecuado para hacer ese discurso, para expresar su posición o más públicamente posible.

AMY GOODMAN: Ese era Vince Harding, un compañero muy cercano del Dr. King, quien lo ayudó a elaborar ese discurso titulado “Más allá de Vietnam”, o “Por qué me opongo a la guerra en Vietnam”, que el Dr. King pronunció en Riverside Church en Nueva York el 4 de abril de 1967, un año antes del día en que fue asesinado en Memphis. ¿Cuál fue el papel de Vince Harding en ese discurso, Taylor Branch?

TAYLOR BRANCH: Bueno, Vince Harding fue menonita y estudioso de la no violencia toda su vida. Vivía en Atlanta, no muy lejos del Dr. King. Cuando encaró lo del.... se comprometió a dar ese discurso, por razones que Trey puede explicar luego, fue uno de los pocos que discursos que preparó por escrito. Necesitaba tenerlo así; uno de los motivos era que querían difundirlo y dar a conocer sus puntos de vista. Y querían una versión escrita del discurso. En general…

AMY GOODMAN: Que escribió el Dr. King.

TAYLOR BRANCH: Sí. Normalmente, el Dr. King improvisaba y se dejaba llevar en sus discursos, era como tocar un jazz… pero esta vez necesitaba tener un discurso formal. Entonces, llamó a varias personas para eso, pero principalmente fue Vince Harding quien hizo el primer borrador del discurso porque la intención era hacerlo bien, en una sola ocasión, un discurso claro. La idea era… Su equipo no quería que diera ese discurso, entonces dijeron: “Si vas a hacerlo, hazlo de una manera en la que al menos no sea… que la prensa le preste atención. Sin muchas expresiones del tipo 'Oye, Lyndon B. Johnson, cuántos niños…' o sea, con pancartas de fondo y todo eso. No lo hagas así”.

AMY GOODMAN: Con expresiones del tipo “¿cuántos niños mataste hoy?”.

TAYLOR BRANCH: Claro. “No digas '¿Cuántos niños mataste?' ni nada que sea provocativo. Hazlo en un entorno agradable”. Ahí se contactaron con la organización Clero y laicos preocupados por Vietnam y con Dick Fernandez. Trey entrevistó a Dick Fernández sobre cómo fue que llegaron ahí. La cuestión es que querían que el discurso fuera lo más agradable posible para abrir la posibilidad de que el mundo escuchara la totalidad de su argumento, que abarcaba la historia de Vietnam, el pueblo vietnamita y su mirada sobre las declaraciones estadounidenses de que estábamos interviniendo en el país en pos de su futuro democrático. Así que él elaboró ​​ese discurso abarcativo y extenso; y nadie lo escuchó de todos modos. La reacción fue: “Eres un traidor, no deberías”… Y esa fue una de las grandes decepciones de su vida.

AMY GOODMAN: ¿Y qué dijeron King y Vince Harding?

TAYLOR BRANCH: En su siguiente encuentro… Vince me contó que se volvieron a ver en Atlanta y el Dr. King le dijo: “Vince, realmente me metiste en muchos problemas y te voy a echar la culpa de todo” y cosas por el estilo. Pero ellos vivían con ese humor negro. Y el Dr. King resistió con firmeza.

AMY GOODMAN: Trey, cuéntanos un poco más acerca de la importancia de ese discurso. Quiero que veamos otro video, este es del propio Dr. King. Muchas frases de este discurso se volvieron muy importantes tiempo después.

MARTIN LUTHER KING JR.: Les hablo como hijo de Dios y hermano de los pobres que sufren en Vietnam. Hablo en nombre de aquellos cuyas tierras están siendo devastadas, cuyos hogares están siendo destruidos y cuya cultura está siendo socavada. Hablo en nombre de los pobres de Estados Unidos, que están pagando el doble precio de esperanzas destrozadas en su hogar y de muerte y corrupción en Vietnam. Hablo como ciudadano del mundo, para el mundo que observa horrorizado el camino que hemos tomado. Como alguien que ama a Estados Unidos les hablo a los líderes de nuestra nación: la principal iniciativa de esta guerra fue nuestra; la iniciativa de detenerla debe ser nuestra también. En mis encuentros con jóvenes desesperados, marginados y enojados, les he dicho que las bombas Molotov y los rifles no resolverán sus problemas. He tratado de ofrecerles mi más profunda compasión, manteniendo mi convicción de que el cambio social será más significativo si se logra a través de la acción no violenta. Pero ellos preguntan, y con razón: “¿Pero qué pasa con Vietnam?”. Y preguntan si acaso nuestro propio país no esta usando dosis inmensas de violencia para resolver sus problemas, para lograr los cambios que quiere. Sus preguntas me han llegado al alma. Y se que nunca podré volver a alzar mi voz contra la violencia hacia los oprimidos en los guetos sin antes expresarme con claridad frente al mayor generador de violencia en el mundo de hoy: mi propio gobierno.

AMY GOODMAN: Ese era el Dr. King hablando de su país, Estados Unidos, como el mayor generador de violencia en la Tierra. Los medios corporativos, los medios dominantes, lo criticaron muy duramente, desde periódico The New York Times, hasta las revistas Time y Life. Tengo guardada esa edición de la revista Life. Y hablaron del hecho… dijeron que su discurso parecía un guión de Radio Hanoi. Dijeron que había perjudicado su propia causa, a su país y a su gente. Bueno, para la gente joven que hoy dice: “Para King las cosas fueron fáciles, porque todo el mundo idolatraba todo lo que el hacía”; ahí fue totalmente criticado y atacado.

TREY ELLIS: Sí, eso me llamó mucho la atención. En el documental, empezamos contando cómo se fue metiendo de alguna manera en asuntos de política internacional, hablando con el embajador Goldberg, con Andrew Young. Cada vez que intentaba decir algo que fuera más allá de denunciar la segregación que imponían los blancos del sur, era ridiculizado. Así que realmente hicieron todo lo posible, como decía Taylor, para evitar eso: “¿cómo podemos hacer que esta declaración tan fuerte suene lo más aceptable y agradable posible?”

AMY GOODMAN: ¿Y qué sucede después? King es asesinado justo un año después de ese discurso, de decir esas palabras.

TREY ELLIS: Sí, es simplemente increíble esa coincidencia, justo el día después de cumplirse un año de ese discurso él es asesinado a balazos en Memphis. Pero las reacciones en contra del discurso no fueron sólo de los medios o de la comunidad blanca También de Roy Wilkins y la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, en inglés). Todos los pastores negros estaban muy preocupados, e incluso dentro de la SCLC estaban preocupados.

AMY GOODMAN: La Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano.

TREY ELLIS: Sí, en la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, que él dirigía, estaban preocupados. Su dinero se agotaba. Él no tenía amigos. Y es por eso que Xernona Clayton, su gran consejera, abre nuestra película diciendo que él murió de corazón roto. Y esa fue realmente una de las grandes razones, que todos parecían haberse vuelto en su contra a partir de su posicionamiento en contra de la guerra.

AMY GOODMAN: Hablaba el escritor Trey Ellis, productor ejecutivo del nuevo documental “King in the Wilderness” (King en el desierto). Continuaremos hablando con él, con el historiador Taylor Branch, ganador del premio Pulitzer, y el director de la película, Peter Kunhardt, sobre el último año de la vida de King.

[Pausa]

AMY GOODMAN: Escuchábamos “Why (The king of love is dead)” de Nina Simone. Esto es Democracy Now, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman. “King in the Wilderness” (King en el desierto) es el nombre de este nuevo documental sobre los últimos tres años de la vida del reverendo Martin Luther King. Esta semana, aquí en el Festival de Cine de Sundance, estuve conversando con el cineasta Peter Kunhardt, así como con dos de los productores ejecutivos de la película, el escritor Trey Ellis y el historiador ganador del Premio Pulitzer Taylor Branch, autor de la trilogía “America in the King Years” (EE.UU. en los años de King). El documental fue estrenado aquí en el Festival de cine Sundance. Le pedí a Trey Ellis que hablara sobre la Campaña de los Pobres impulsada por King.

TREY ELLIS: Bueno, después su discurso contra la guerra de Vietnam, él está realmente en su momento de menor popularidad y apoyo. Algunas personas dirían, como Andy Young ha dicho: “Te lo mereces. Si quieres ser… o sea, quieres asumir lo de la iglesia Riverside e irte a vivir en el Upper West Side de Manhattan, bueno, te lo mereces”. Pero él dijo que no, que todavía quería seguir peleando. La primera entrevista que hice sobre esto fue con Marian Wright Edelman. Y ella dice que… La tenemos grabada contando sobre su visita a la gente pobre en Mississippi junto a Bobby Kennedy y cuenta que Bobby Kennedy le dijo: “Dile a King que lleve a los pobres a Washington”. Y esto se conecta con lo que decía Taylor acerca de la relación entre el Estado y el movimiento, del buen funcionamiento de la gobernabilidad, la posibilidad de que King y Johnson trabajaran juntos. Entonces ella lleva este mensaje a King, entra en su oficina y él está muy, muy triste. Y ella le cuenta esta idea que tuvo con Bobby Kennedy y él se ilumina. Y realmente, creo que vio que eso era una… empieza a hablar sobre una marcha a Washington, sobre una Campaña de los Pobres. Él realmente lo estaba viendo como algo que iba a ser más grande que el discurso “Tengo un sueño”. Se lo imaginaba como algo que incluía a toda la gente estadounidense; gente blanca, negra, hispana. Toda la gente pobre marchando a Washington, logrando un verdadero gran cambio. Y viendo lo que… las planificaciones para esa marcha, lo que podría haber sucedido en esa marcha, todo lo que quedó interrumpido por la bala de un asesino, una bala asesina, es algo realmente desgarrador.

AMY GOODMAN: ¿Taylor Branch?

TAYLOR BRANCH: Una razón por la que él se puede haber entusiasmado tanto, es esta idea sobre el racismo, la pobreza y la guerra, que mencionabas antes. Él lo llamaba el “triple flagelo del mal”. Andy Young lo menciona en la película. Se trata de una idea que no era nueva para King. Fue el tema de su conferencia al recibir el Premio Nobel, la relación entre racismo, pobreza y guerra, la violencia del cuerpo y la violencia del espíritu. Y bueno, él había enfrentado el racismo, había enfrentado la guerra, al ponerse contra la guerra de Vietnam. Y quedaba la pobreza, igualmente violenta según su cosmovisión. Entonces se le presenta una oportunidad para dar cuenta claramente de esa tercera pata de esto que llamaba el “antiguo triple flagelo” del racismo, la pobreza y la guerra. Creo que era algo que sabía que tenía que hacer para completar su mensaje, porque había hablado al respecto pero aún no había hecho una manifestación contra la pobreza.

AMY GOODMAN: Bueno, vayamos a lo sucedido en Memphis, no el momento final de Memphis, sino la primera parte. De nuevo, había una enorme tensión dentro de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano (SCLC en inglés) y a los consejeros más cercanos del Dr. King les preocupaba que fuera a Memphis. Había sido invitado a apoyar a los trabajadores de la basura que estaban intentando sindicalizarse.

TAYLOR BRANCH: Voy a hablar un poco sobre los orígenes de lo de Memphis. El equipo… él realizó… fue un esfuerzo enorme, como se ve en la película, lograr que su equipo se involucrara en la Campaña de los Pobres. Había mucho disenso. Algunas personas decían: “Si no logras terminar con la Guerra de Vietnam, nada de lo que hagamos importa”. Otras personas decían: “Todavía hay segregación en el sur y en el norte, deberíamos enfocarnos en las relaciones raciales”. Al final él logró que participen en la Campaña de los Pobres y sigan los planes, y luego ocurrió este incidente en Memphis. La huelga comenzó porque dos trabajadores de la basura habían muerto aplastados en la en la parte trasera de un camión de basura cilíndrico. No tenían permitido buscar refugio durante las tormentas porque eran negros y las reglas decían que no podían refugiarse en ningún barrio blanco porque ofenderían a la gente blanca. Así que el único lugar donde habían podido refugiarse fue en la basura, en medio de la basura. Y una escoba cayó y accionó una palanca, y fueron compactados, literalmente aplastados. Ese es el origen de la consigna “I Am a Man” (Soy un hombre). La eligieron porque la huelga tenía motivos económicos pero también se trataba de dignidad humana básica. Estaban siendo aplastados como la basura que recolectaban y a nadie le importaba.

AMY GOODMAN: Entonces ellos marcharon con carteles que decían “Soy un hombre”.

TAYLOR BRANCH: Llevaban esos carteles. La persona que lideraba las manifestaciones, Jim Lawson, había sido uno de los mentores del Dr. King en la no violencia. Y lo llama y le dice: “Martin, ¿puedes venir?” Así que ahí es cuando… Trey es quien hizo la mayoría de las entrevistas acerca de Memphis, pero por ahí fue la cuestión. King dijo: “Tengo que ir a Memphis. Si no respondemos a esto, ya se que es un desvío del camino planeado, pero es un pedido de Jim Lawson. Y no encontraremos una personificación más cabal que esta gente de lo que queremos generar con la Campaña de los Pobres”. Así que una vez más arrastra a su equipo a Memphis desviándose de la Campaña de los Pobres.

TREY ELLIS: Sí, creo que fue…

AMY GOODMAN: Dale, Trey, continúa desde allí.

TREY ELLIS: Bueno, creo que es realmente increíble cómo se repite la secuencia… Cada vez que, bueno, cuando quiso ir al norte y cuando quiso ponerse en contra de la guerra, tuvo ese freno de parte de su equipo. Y en este caso el disenso era tal que realmente llegaron… él hace pequeña huelga de hambre, ¿verdad? Era como si… Según Andy Young, fue la primera vez que él no podía convencerlos. Así que tuvo que hacer algo realmente extremo para que lo escuchen. A mí me pareció extraordinario lo que ocurre cuando va a la primera Marcha de Memphis y las cosas se ponen mal, y alguna gente… no está claro por qué motivos, pero algunas personas que estaban atrás de todo toman los carteles de madera que decían “Soy un hombre” y los usan para romper ventanas, no se sabe si eran infiltrados, pero eso es lo que sucedió y la marcha fue un desastre. Y lo que me impresionó fue que el Dr. King, eso está en la película, salió a decir: “Sí, fue terrible, yo debería haber hecho un mejor trabajo en la organización de esta marcha. No debería haber llegado a último momento a la marcha, sin saber bien cómo se estaba organizando”. Nunca he visto… jamas he escuchado en mi vida que una figura política admitiera que ha cometido un error de este tipo. Y luego, al volver la segunda vez, realmente redobló sus esfuerzos para que las cosas salieran bien.

AMY GOODMAN: Cuéntanos cómo fue su regreso a Atlanta.

TREY ELLIS: Bien.

AMY GOODMAN: Andy Young, un gran aliado del Dr. King durante muchísimos años —que luego fue alcalde de Atlanta— sale en la película diciendo: “Nunca había visto al Dr. King tan enojado”. ¿Taylor Branch?

TAYLOR BRANCH: Después de esa marcha estalló la tensión. Regresaron a Atlanta. Y gran parte del equipo, quienes nunca habían querido ir a Memphis, consideraron que habían estado en lo cierto: “No deberíamos haber ido a Memphis. Fue todo muy violento. Te dijimos que no debías hacerlo “. Y otra gente decía: “Sí, deberíamos estar haciendo otras cosas”. Y el Dr. King estaba obsesionado: “Tenemos que mostrarles… Tenemos que regresar y rectificar lo que pasó. Tenemos que mostrarles que la no violencia puede funcionar”. Y su gente le decía: “Martin, no puedes asumir la carga de lograr que cada persona negra de Memphis adhiera a la no violencia. Allí había chicos jóvenes que pensaron que podían lograr una reputación siendo más combativos. Esto es algo que no se puede imponer”. Y él dijo: “Tenemos que hacer el esfuerzo”. Pero bueno, él estaba obsesionado por lograr que todos lo siguieran. Y también estaba enojado con ellos, o sea, les decía: “No me digan que están conmigo, ya se que estoy solo en esto”. Fue un momento muy, muy fuera de lo común. Él les gritó a todos. Después lo siguieron, tratando… pero no lo podían encontrar. Él se fue a dormir a otro lado. Entonces, el equipo fue a hablar con Ralph Abernathy, que le pidió a la esposa de King que cocinara un bagre y se lo llevó a él para intentar convencerlo de que volviera. En fin, la cuestión es que terminaron yendo… volvieron todos juntos a Memphis. Y ahí estaban cuando ocurrió el asesinato. O sea, estaban tratando de rectificar lo ocurrido y probar que la no violencia aún era pertinente y posible. Y estaban tratando de conseguir una orden judicial para que pudieran volver a votar. Así que Andy Young había estado todo ese último día en la corte y cuenta que cuando regresó Martin lo golpeó con una almohada y tuvieron una pelea de almohadas, riendo como niños de 10 años.

AMY GOODMAN: Antes de seguir con la pelea de almohadas, que según Andy Young fue uno de los momentos más amenos que tuvo con King en años, quiero pasar un video del discurso que dio el Dr. King la noche antes de ser asesinado. Esto fue el 3 de abril de 1968.

MARTIN LUTHER KING JR: Bueno, no sé qué pasará ahora. Nos esperan días difíciles. Pero ya no me importa, realmente, porque he estado en la cima de la montaña. No me importa. Como cualquier persona, me gustaría vivir una larga vida. La longevidad es importante, pero eso no me preocupa ahora. Solo quiero hacer la voluntad de Dios. Él me ha permitido subir a la montaña. He mirado y he visto la tierra prometida. Puede que no llegue con ustedes hasta allí, pero quiero que sepan, esta noche, que nosotros, como pueblo, ¡llegaremos a la tierra prometida! Así que estoy feliz esta noche. Nada me preocupa. ¡No le temo a ningún hombre! ¡Mis ojos han visto la gloria de la llegada del Señor!

AMY GOODMAN: Así hablaba el Dr. King horas antes… la noche antes de ser asesinado. Ustedes entrevistaron a Jesse Jackson, que estaba a su lado en el momento de su muerte, y hablaron sobre ese discurso y lo que sucedió en las horas siguientes.

TREY ELLIS: Sí, fue realmente increíble hablar con alguien como Jesse Jackson, a quién conoces como una figura pública y verlo abrirse de una manera tan íntima y quebrarse contando la historia. Y bueno, esa es parte de mi trabajo como cineasta narrativo, casi como de director, hablar con alguien tratando de llevarlo a momentos, volver a situaciones que sé que son muy incómodos para ellos. Entonces, cuando él comienza a contar esta historia, al principio no sé hacia dónde está yendo. Están él y el Dr. King… él cuenta que King se estaba burlando de él por no llevar corbata. Y le dice: “Oh, solo necesito tener un interés por…” y luego cuenta… da un salto. Jesse Jackson da un salto. Y yo también salté de mi silla. Y ahí cuenta cómo la bala corta la corbata del Dr. King. Y escucharlo hablar de eso fue uno de los momentos más angustiosos de mi vida.

AMY GOODMAN: Y Jesse Jackson luego dijo que lo único que pensó fue en llamar a Coretta Scott King.

TREY ELLIS: Sí, él dice: “Tenía que llamar a Coretta Scott King”. Así que fue algo, él era un chico joven, Jesse Jackson, era ex jugador de fútbol, ​​un chico grandote. Y le toca hacer lo más difícil de su vida, ¿sí? la tiene que llamar a ella. Y le dijo: “Acaba de recibir un disparo en el hombro”. “No pude decirle. No pude decirle la verdad”, me dijo.

TAYLOR BRANCH: Ahí la película gira hacia Coretta, en cierto modo, y las imágenes se centran en cómo Coretta maneja el impacto de lo que pasó, en Atlanta desde la casa, con la gente que hemos visto, Xernona Clayton y otras personas, donde habia estado el Dr. King. Y Andy Young dice, con bastante franqueza: “No pudimos mantener al movimiento unido sin el Dr. King”.

AMY GOODMAN: El funeral se llevó a cabo en la Iglesia Bautista Ebenezer, la iglesia del Dr. Martin Luther King y su padre. En las imágenes se ve a su padre destrozado. Coretta Scott King se mantiene estoica, parada al lado del ataúd abierto de su marido. ¿Trey?

TREY ELLIS: Es realmente uno de los momentos más dolorosos del guión. Pero también me gustaría hablar… es uno de los momentos más dolorosos de la película. Pero respecto a lo progresista que fue el Dr. King, que es algo muy relevante especialmente en estos momentos, él habla —se ve en la película— acerca de lo bueno que sería un ingreso universal. Habla de su idea de llevar los movimientos contra la pobreza y contra la guerra a un plano internacional. Y también habla de los subsidios. Dice: “Escuchen, si es para personas pobres, son 'prestaciones sociales'. Si se trata de gente adinerada y lo usamos para las carreteras o la ley GI que beneficia a ex soldados, entonces son simples 'subsidios'”. Realmente, todo lo que decia era tan profético. Es exactamente todo lo que necesitamos oir en este momento.

AMY GOODMAN: Me gustaría terminar preguntando a Taylor Branch acerca de lo que esta pasando hoy. Esta película se estrena en la era de Trump, el año pasado hubo marchas de supremacistas blancos, de nazis, en Charlottesville y fortaleciéndose en todo el país. Y el presidente Trump, después de sus comentarios sobre los países “de mierda”, de calificar a los países africanos como “países de mierda”, al día siguiente se puso a exaltar las virtudes del Dr. Martin Luther King.

TAYLOR BRANCH: Bueno, creo que esta película es una gran oportunidad en dos sentidos. En primer lugar, muestra un lado del Dr. King que creo que la mayoría de la gente no conoce y encontrará sorprendente. Su sufrimiento, su dedicación a estas cuestiones en los últimos años de su vida. Pero sobre todo pensar que si lo hubiéramos escuchado y aceptado como líder en estos temas a los que se estaba abocando, el racismo, la pobreza y la guerra, hoy no estaríamos viviendo una era tan cínica. Gran parte de la política en los últimos 50 años ha buscado negar la incidencia del movimiento por los derechos civiles, que se extendió a la lucha de las mujeres y a los movimientos por la diversidad sexual, entre muchas otras cuestiones. Pero nuestra escena política es cínica, porque no tenemos… Trump sólo está haciendo explícito gran parte del cinismo anti Estado y contrario al mandato constitucional de “nosotros, el pueblo”, dominante en nuestra sociedad. Y espero que ahora que llegamos al final de este ciclo de 50 años, podamos cambiar de dirección, así el espíritu de King pueda unirse a los movimientos Black Lives Matter y #MeToo. Porque sin su disciplina para reconocer que el impulso debe ser a la vez espiritual y político —con un pie en la fé y el otro en la Constitución— no tendremos la profundidad necesaria para lograrlo, para dar un giro a la historia. Y creo que la película es muy, muy actual, porque muestra al Dr. King abordando los problemas que nuestro país necesita enfrentar ahora.

AMY GOODMAN: Hablamos con el historiador ganador del premio Pulitzer Taylor Branch; el escritor Trey Ellis y el cineasta Peter Kunhardt. Su nuevo documental, King in the Wilderness (King en el desierto), se emitira por HBO el 2 de abril, después de haberse estrenado aquí, en el Festival de Cine de Sundance. Mañana en Democracy Now! tendremos una entrevista en profundidad con Jane Fonda, quien hablará de los cinco capítulos de su vida, desde ser actriz a oponerse a la guerra en Vietnam y ser activista por los derechos civiles y la justicia económica. Eso es todo por hoy. El viernes daré una charla aquí en el Festival de Cine de Sundance, en la libreria Dolly’s, a la 1 pm. Es un evento gratuito, a la 1:00 en el Museo de Park City, 528 Main Street, justo al lado de la entrada de Dolly’s.


Traducido por Pamela Subizar. Editado por Verónica Gelman y Democracy Now! en Español.

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